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Diego de Figueroa y Cajamarca

Biografía

Figueroa y Cajamarca, Diego de. Cajamarca. Quito (Ecuador), c. 1517 – 1597. Cacique, alcalde mayor, músico, maestro de canto.

Hijo del curaca Carguatanta de la etnia huayacunto en el norte del Perú, cuyos miembros acompañaron a Huayna Capac en la conquista de Quito, tras lo cual muchos de sus soldados con sus mujeres se quedaron a vivir en la zona. En 1528 intervino en la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa. Al concluir el conflicto gobernó a los suyos en el Perú. En 1532 lo mató en Cajas una tropilla de soldados españoles al mando del capitán Hernando de Soto. Su hijo Cajamarca vivía en Quito y fue promovido a curaca de su etnia y cuando el 6 de diciembre Sebastián de Benalcázar repartió solares a los primeros vecinos españoles, fue entregado a los frailes franciscanos. En el bautizo recibió los nombres de Diego de Figueroa y Cajamarca y en el convento aprendió a leer, a escribir y a tocar más de diez instrumentos musicales.

En 1540 viajó a la región de Cajas. En 1542 recibió a varios vecinos de Quito que huían de la rebelión de Gonzalo Pizarro y siguió con ellos a Lima, acompañado de doce parientes de la familia Pampamarca- Collana, la principal entre los huayacuntos.

En Lima encontraron mal ambiente. Gobernaba Alfonso de Ulloa, que había sido paje de Francisco Pizarro, quien los desterró sin bastimentos a Chile, pero se amotinaron en el barco, bajaron a las playas de Acari y en otro barco llegaron a México, donde fueron bien recibidos por el virrey Antonio de Mendoza.

En 1543 resolvió instalarse en el convento franciscano de Quito y ayudar a los frailes. En 1555 ocurrió que los indios llactaios o señores de las etnias originales quisieron arrebatar las chacras a los mitimaes, trasladados por los incas desde otras regiones del imperio, pero intervino el Cabildo de Quito y volvió la paz.

En 1557, los franciscanos le designaron preceptor del colegio de indios nobles de San Andrés y se aplicó a la enseñanza de flautas, chirimías, sacabuches, órganos o teclas y otros instrumentos musicales, tanto indígenas como españoles. También dio clases de Gramática Castellana a los niños indígenas y españoles.

En 1560 fue varayuc o alcalde de los naturales de Quito, por designación de la Audiencia, y edificó el templo parroquial de San Blas dando de comer y beber a los trabajadores. En 1573 era alcalde mayor de los naturales de la parroquia de San Sebastián de Quito, y fundó los pueblos de Chillogallo y Machángara, trazó sus calles y plazas y concedió solares. Vestía a la española con capa y vara alta de justicia. “Se le consideraba quiteño pacífico, amado y querido por el buen ejemplo de su vida arreglada.” En 1577 obtuvo una probanza sobre su linaje y servicios de sus antepasados a los incas y españoles. En ella se dice que era de la más antigua aristocracia andina.

En 1579 se sublevaron los indios quijos y el Cabildo de Quito dispuso la prisión de todos los indígenas de los contornos. Después los liberaron con las debidas disculpas y Cajamarca fue designado jefe de Chasquis para la defensa de la isla Puna y el puerto de Guayaquil, amenazados por los piratas.

En 1580 pretendió el alguacilazgo mayor de Quito pero no lo consiguió. Felipe II le envió una cédula muy laudatoria y dispuso que la Audiencia le pagase 600 pesos de plata al año, que nunca recibió. Vivía pobremente del producto de una chacra de árboles frutales en Tucana, cerca de Quito. En 1580 despachó pólvora a Lima y ayudó a recoger entre los indígenas un empréstito forzoso ordenado por el Rey. En 1590 volvió a informar sobre sus servicios. Para comienzos de 1597 había muerto en Quito y fue sucedido en su empleo por el cacique Pedro Zambiza. Tuvo talento, se sometió al nuevo estado de cosas, fue alumno y luego preceptor, ayudando a la consolidación del régimen colonial.

 

Bibl.: R. Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico del Ecuador, t. XX, Guayaquil, Imprenta de la Universidad, 2002 (2.ª ed.).

 

Rodolfo Pérez Pimentel

 

 

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