Nevares Marcos, Sisinio. Carrión de los Condes (Palencia), 1.V.1878 – Valladolid, 15.V.1946. Sociólogo jesuita (SI).
Procedente de una familia de labradores acomodados, estudió la segunda enseñanza en el colegio de jesuitas de su pueblo natal, donde también ingresó en la Compañía de Jesús el 14 de julio de 1893. Acabados los dos años de noviciado (1893-1895), estudió un año de Humanidades en Carrión (1895-1896), dos de Retórica en Burgos y Veruela (1896-1898) y tres de Filosofía, los dos primeros en Veruela y el último en Tortosa (1898-1902). Siguieron cuatro años de experiencia docente en el Colegio San José de Valladolid, donde dio clases de Filosofía, Religión, Historia de España, Ética y Derecho Natural (1901-1905). En Oña (Burgos) estudió cuatro años de Teología (1905- 1909). Allí recibió la ordenación sacerdotal el 30 de julio de 1908. En Manresa realizó el curso de tercera probación (1909-1910). A lo largo de su formación demostró capacidad intelectual, dotes oratorias e inquietud cultural y social.
Fue profesor de Historia Universal y de España en la Universidad de Deusto durante dos cursos (1910- 1912), y al mismo tiempo estableció contactos con los ambientes obreros del entorno, en las clases de Catecismo que daba en el Patronato de Sestao y en las visitas a los altos hornos y las minas. Durante los veranos marchaba a tierras palentinas, para impulsar la fundación de sindicatos agrícolas. En 1909 aprovechó la estancia en Carrión durante el verano para fundar allí un sindicato, que fue modelo en su género. En el verano de 1911 amplió sus correrías por tierras palentinas: “Con entusiasmo de neófito —dice una crónica local— ha recorrido varios pueblos de esta provincia dando conferencias de carácter social y fijándose muy especialmente en la institución de sindicatos agrarios” (La Paz Social, 5 [1911]: 480). En la campaña del verano de 1912 fundó sindicatos en algunos pueblos del norte de la provincia de Palencia, en compañía de Antonio Monedero y otros propagandistas amigos de Ángel Herrera. Fue un recorrido triunfal. Así lo recuerda el mismo Monedero: “A la llamada de unas proclamas, enviadas por los pueblos días antes de los fijados para los mítines, acudían de toda la comarca al sitio señalado, por senderos, caminos y carreteras, con carros y carretas, a caballo y a pie, multitudes presurosas, compuestas de familias enteras, con sus ancianos y sus niños. Se nos recibía de ordinario a la entrada del pueblo con palio, con cohetes, con música y cantares, completando el cuadro el voltear de las campanas de las modestas iglesias” (La Confederación Nacional Católico Agraria en 1920, Madrid, 1921: 16).
Desde septiembre de 1912 Nevares dejó la docencia en la Universidad de Deusto y fijó su residencia en Valladolid, para dedicarse a las obras sociales que allí tenían los jesuitas, sobre todo desde que, en 1915, se inauguró la Casa Social Católica, que reunía toda clase de obras: círculo de obreros, escuelas, patronato de jóvenes, mutualidades, caja de ahorros y créditos, cooperativa, biblioteca y varios sindicatos obreros profesionales, de reciente creación.
Nevares impulsó la sindicación católica agraria y obrera por la región y procuró extenderla por el resto de España. Su primer objetivo fue la creación de una importante red de sindicatos agrarios. En 1913 se constituyó la Federación Católico-Agraria Palentina, que sirvió de modelo a las de otras provincias vecinas. En noviembre de 1915 se formó la Confederación Nacional Católico-Agraria de Castilla la Vieja y León, de la que Nevares fue consiliario y principal inspirador, que se extendió a Navarra, La Rioja, Región Valenciana y Andalucía, y se convirtió en la Confederación Nacional Católico agraria. En 1919 reunía cuarenta federaciones, dos mil sindicatos y unas 350.000 familias.
También fue Nevares un gran animador de sindicatos católicos obreros profesionales. En 1913 fundó el Sindicato Ferroviario, que desde Valladolid logró extenderse a otras provincias y se opuso al sindicato socialista, especialmente en las huelgas de 1916 y 1917. Fundó también, en 1918, apoyado por el marqués de Comillas, el Sindicato Católico Minero en las minas de Aller (Asturias), al que se adhirieron los de otros lugares de las cuencas mineras de León y Palencia. Nevares y sus colaboradores —Ildefonso Arroyo, Juan Duro, Agustín Ruiz, Vicente Madera— dirigían estos y otros sindicatos desde la Casa Social, donde se editaban revistas sociales —Castilla Social, El Ferroviario, El Minero— y se promovían estudios y actos académicos. En contraste con el éxito de los sindicatos agrícolas, los sindicatos católicos de obreros toparon con grandes dificultades por la agresividad de los socialistas y por las discusiones con los sindicatos católicos libres.
Las campañas de propaganda social de Nevares se extendieron desde Castilla a muchos pueblos de Galicia, Asturias, Cataluña y Andalucía. También le invitaban a dar charlas y cursillos por toda España en seminarios, casas religiosas y centros católicos, para inculcar las ideas sociales y formar dirigentes. Su conocimiento de la crisis social le llevó a formular claras denuncias ante sus superiores por la incuria y el desinterés con que se abordaba aquel grave problema en algunos medios eclesiásticos. Su activismo social nunca fue superficial. Buscaba la solidez y la eficacia, y por eso procuraba estar al día en el estudio y la difusión de la sociología cristiana. Su viaje a Alemania en 1923 fue muy fructuoso, no sólo por lo que aprendió de sociólogos como el padre Heinrich Pesch, sino también por los ejemplos que allí encontró para dedicarse, en adelante, al adoctrinamiento sistemático.
En 1925 comenzó una nueva fase en la acción social de Nevares, pues desde entonces dio más importancia a las tareas de orientador y publicista. Ese año lo destinaron a Madrid, con el cargo de director general de las obras sociales de la Compañía de Jesús y consiliario de la Confederación Nacional de Obras Católicas. En 1926 lo nombraron superior de la recién creada Casa de Escritores jesuitas, y director de una obra nueva, de la que había sido inspirador: Fomento Social, un centro muy activo de publicaciones y propaganda. Nevares colaboró aquellos años con el cardenal Enrique Reig en la reorganización de la Acción Católica, cuyas nuevas bases redactó. También publicó importantes artículos en la revista Razón y Fe sobre seguridad social, organizaciones sociales alemanas, sindicalismo agrario, salario mínimo, reforma agraria y otros temas laborales. Durante la República, a pesar de la disolución de la Compañía, continuó trabajando en Madrid hasta 1935, cuando fue destinado a Valladolid.
En los tres años de la Guerra Civil, Nevares actuó heroicamente como capellán castrense en la bandera de Castilla. Al pasar por Extremadura quedó asombrado por la injusticia y la pobreza que padecían los campesinos. En sus últimos años fue superior de la residencia de jesuitas de Valladolid (1940-1946). La unidad sindical impuesta por el régimen franquista significó la muerte legal de todos los sindicatos, incluidos los católicos. Nevares se quejó al nuncio Cicognani de que la absorción de la Confederación Nacional Católica Agraria por el sindicato estatal era “un procedimiento ilícito, injusto y de tendencia comunista”, sobre todo teniendo en cuenta que los sindicatos católicos “constituyeron siempre el organismo defensor y progresivo de la agricultura española y el antemural más fuerte contra el liberalismo económico y contra el marxismo en los campos” (carta de 1941, publicada en el epistolario Iglesia y Sociedad, IV: 856). La protesta fue inútil. Parecía que había fracasado la obra más preciada del padre Nevares. Sin embargo, su obra social no cayó en el vacío. Los sindicatos agrarios, aparte de los beneficios que proporcionaron a muchos labradores, sirvieron de base a partidos democráticos de inspiración cristiana. Otro de sus sueños incumplidos, la creación de una escuela agrícola, se hizo realidad después de su muerte (Instituto Nevares de Empresarios Agrarios [INEA], Valladolid).
Obras de ~: “El régimen obligatorio del retiro obrero en España”, en Razón y Fe (RF), 61 (1921), págs. 409-430; Los círculos católicos de obreros y la Confederación sindical en Alemania, Valladolid, 1924; Juventudes católicas de España, Madrid, 1927; “Los sindicatos agrícolas y la corporación obligatoria”, en RF, 83 (1928), págs. 338-355; El por qué de la sindicación obrera católica. Su origen y organización, Madrid, Razón y Fe, 1930; “La reforma agraria en España”, en RF, 99 (1932), págs. 289-314; 100 (1932), págs. 45-53 y 331-339; El Patrono ejemplar: una obra maestra de acción social, Madrid, Razón y Fe, 1936; La primera bandera de Castilla: su historia, Madrid, Editorial del Movimiento, 1968; Iglesia y sociedad en la España del siglo XX. Catolicismo Social (epistolario), t. I (1909-1917) y t. II (1918-1920), ed. por Q. Aldea, J. Martín Tejedor y J. García Granda, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1987; t. III (1921-1925) y t. IV (1926-1946), ed. por J. García Granda y F. del Valle, Valladolid, Fundación Escuelas de Cristo Rey, INEA, 1991.
Bibl.: “Un gran apóstol social”, en Revista de Fomento Social (RFS), 1 (1946), págs. 291-293; J. N. García Nieto, El sindicalismo cristiano en España, Bilbao, Instituto de Estudios Económico-Sociales Universidad de Deusto, 1960, págs. 62- 71; D. Benavides Gómez, El fracaso social del catolicismo español. Arboleya-Martínez, 1870-1951, Barcelona, Terra Nova, 1973; J. J. Castillo, Propietarios muy pobres (La Confederación Nacional Católico Agraria, 1917-1942), Madrid, Servicio de Publicaciones Agrícolas, 1979; C. Giner, “Sisinio Nevares, un doctrinario del catolicismo social español”, en RFS, 34 (1979), págs. 313-327; “El solidarismo en el pensamiento de Sisinio Nevares”, en Estudios Eclesiásticos, 55 (1980), págs. 368-362; F. del Valle, Sisinio Nevares, S. J. (1878-1946). Realizador y guía en la encrucijada social del s. XX. Su persona y su obra, Burgos, Caja de Ahorros del Círculo Católico, 1992; M. Revuelta González, “Iglesia y sociedad en Palencia durante el reinado de Alfonso XIII”, en VV. AA., Actas del III Congreso de Historia de Palencia, t. III, Palencia, Diputación Provincial, 1995, págs. 374-385; F. J. Gorosquieta, “Nevares Marcos, Sisinio”, en Ch. E. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu-Universidad Pontificia Comillas, 2001; J. M. Cuenca Toribio, Catolicismo social y político en la España contemporánea (1870-2000), Madrid, Unión Editorial, 2003; A. Monedero Martín, Siete años de propaganda (Crónicas de “Juan Hidalgo”), est. introd. de M. Revuelta González, Palencia, Diputación Provincial, 2003 (ed. facs.); M. Revuelta González, “El Padre Sisinio Nevares. Etapas de su acción social y promoción de los sindicatos agrarios palentinos”, en Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, Palencia, 76 (2005), págs. 355-393.
Manuel Revuelta González, SI