Anglasell i Roca, Narcís d’. ?, m. s. xvii – p. s. xviii. Regente de Audiencia.
Pertenecía a una familia que se distinguió sobremanera durante el conflicto de los Segadores, ya que durante el asedio de Lérida fallecieron su padre, el regente Benet d’Anglasell y su hermano. Pero tanto él como su madre fueron detenidos cuando huían a Madrid; Narcís d’Anglasell i Roca fue encarcelado en el castillo de Arbeca, de donde fue liberado por su madre mediante el pago de un rescate, lo cual evitó que fuera trasladado a Barcelona. Se casó dos veces, emparentando primero con Jerònima Càrcer i Fumas i de Puig de Pons, hija de Antoni Joan Càrcer, ciudadano honrado. Pero más trascendente fue su segundo matrimonio con Maria Cortada, hija de Jaume Cortada, barón de Maldà y correo mayor del Principado, y de Teresa Cabanyes. De esta unión nacieron cinco hijos, según el testamento correspondiente.
Fue colegial de la Universidad de Alcalá de Henares y su trayectoria profesional efectuó un salto cualitativo cuando fue nombrado asesor de la Bailía del Principado en 1662 antes de acceder a la Real Audiencia al conseguir una de las tres plazas de juez de lo penal gracias al apoyo decidido del Consejo de Aragón y del virrey, ya que decidieron que encabezara sus respectivas ternas. Ingresó en la sala del regente a mediados de 1670. A excepción de las tres salas de la Real Audiencia, todos propusieron por unanimidad que encabezara sus respectivas ternas. Pero no lo hicieron sólo el virrey y el Consejo de Aragón, sino que el bloque formado por Pere de Villacampa, por Rafel de Vilosa y por el marqués de Castelnovo ratificó el criterio expresado a lo largo de todo el proceso.
Tardó casi once años en conseguir la plaza de oidor de la sala tercera. Tuvo el apoyo sin fisuras del virrey y del Consejo de Aragón, que lo situaron en primera posición. Incluso los votos particulares de los regentes Joan Bautista Pastor y Josep Rull sintonizaron con las ternas presentadas. Y aunque los regentes Miquel de Salbà y de Vallgornera y el marqués de Castelnovo preferían que permaneciera en la sala del regente, ello no se debía a una animadversión personal, sino que preferían que los buenos magistrados no ingresaran en la tercera sala. Pero al plantearse la disputa entre Felipe V y el archiduque abrazó la causa austriacista como tantos otros magistrados de la época.
Fuentes: Archivo Histórico de Protocolos de Barcelona, Jaume Rondó, Llibre de capítols matrimonials, 1660-1674, cap. matrimonial de 5 de junio de 1661, fol. 7; Bonaventura Torres, Llibre primer de capítols matrimonials, 1659-1671, cap. matrimonial de 3 de enero de 1671, fol. 449; Bonaventura Torres, Tercius liber testamentorum, 1674-1702, fol. 243; Archivo de la Corona de Aragón, Consejo de Aragón, leg. 553, s/n (consulta efectuada el 18 de febrero de 1666); leg. 553, s/n (consulta efectuada el 9 de mayo de 1670); Reg. Officialium, n.º 21 (1665-1678), 21 de mayo de 1670, fol. 117; leg. 226, doc. n.º 12 (consulta efectuada el 8 de noviembre de 1681).
Miguel Ángel Martínez Rodríguez
