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Juan Manuel Lombera y Rivero

Biografía

Lombera y Rivero, Juan Manuel. Limpias (Cantabria), 17.VI.1818 – ?, 1875 pos. Militar, brigadier del Ejército, coronel de Ingenieros.

Estudió en el Colegio General Militar de Segovia de 1834 a 1836, pasando a servir como subteniente en el Regimiento de Infantería “Borbón”. En ese año de 1836 ingresaba en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, de la que salió como teniente el 26 de diciembre de 1839, en plena Guerra Carlista, una vez completada su formación. Debido al estado de guerra, el plan de estudios en la Academia se acortó de cuatro a tres años de estudio.

Aún como alumno, participó en la defensa del cuartel y del fuerte de San Francisco en Guadalajara, durante las expediciones carlistas, y posteriormente en la de Madrid, atacada por partidas carlistas mandadas por el general Cabrera y el propio pretendiente.

Destinado al único Regimiento del Arma (el Regimiento Real de Zapadores-Minadores) al terminar sus estudios, se integró en el Ejército de Aragón, tomando parte en el sitio y toma de Morella (Castellón), en mayo de 1840, así como en el de Berga, en el marco de la Primera Guerra Carlista, haciéndose merecedor a la Cruz de San Fernando de 1ª clase, que se le concedió según Real Orden de 3 de diciembre de 1841.

El 22 de octubre de 1842 ascendió a capitán de Ingenieros, con destino en la Dirección de Andalucía, aunque fue enviado a Barcelona, para encargarse de las obras de reconstrucción de la ciudadela, que se encontraba en su interior prácticamente arruinada.

En 1846 era promovido a comandante en Ultramar (al ser destinados a ultramar, recibían el grado inmediato superior, que perdían al volver a la Península) y destinado en la Dirección-Subinspección de Ingenieros de Puerto Rico, donde realizó numerosas obras civiles y militares y de donde regresaba a la Península en 1855. Respecto a las obras de defensa, en 1847 propuso nuevas obras de mejora del castillo de San Felipe, El objetivo de Juan Manuel Lombera era reforzar la defensa de la batería de Santa Bárbara, construida en el siglo XVIII, y levantar en ella los cuarteles de artilleros y un almacén de pólvora. La citada batería se comunicaba con el “caballero alto” mediante una poterna abierta en la muralla norte que permitía la retirada de la tropa en caso de necesidad, ya que era la batería más cercana al mar.

En un informe de 20 de noviembre de 1850, Lombera planteó la necesidad de realizar obras de mejora en los alojamientos de la tropa del fuerte de la Concepción, construido en el municipio de Aguadilla, al oeste de la ciudad de San Juan, con el fin de evitar posibles desembarcos en este sector. Era una batería de planta semicircular, abierta por la gola, con capacidad para alojar doce piezas de artillería y cuya defensa quedó reforzada mediante la construcción de un muro aspillerado, y un foso de dieciocho pies. En su informe señalaba la necesidad de reedificar las estancias destinadas al alojamiento de la tropa que se encontraban en muy mal estado. En octubre de 1853 elaboró un presupuesto extraordinario destinado a realizar nuevas obras de mejora en el cuartel de Ponce y, el 17 de septiembre de ese año, la reina aprobaba la construcción de este cuartel y otro en Mayagüez de la misma tipología arquitectónica.

Tras las obras de mejora propuestas por Lombera en el sistema defensivo de la ciudad de San Juan, fue ascendido al Grado de coronel de infantería el 20 de julio de 1854 (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas: en la de su cuerpo, por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército, y efectivo en el mismo), siendo encargado de la comandancia de Ingenieros exenta de la plaza hasta el 2 de mayo de 1855, fecha en la que, tras recibir licencia del rey, debido a su quebrantado estado de salud, abandonaba Puerto Rico, arribando a San Sebastián el 3 de julio.

El 10 de agosto de 1855 fue destinado a la Dirección Subinspección de Andalucía y en ese mismo año se formó una comisión presidida por el gobernador militar de Melilla, Manuel Buceta del Villar, en la que por primera vez se apuntaba la idea de construir un dique que uniera las islas del Rey e Isabel II. En 1856, Lombera firmaba una memoria descriptiva del muelle de unión de las citadas islas de Isabel II y del Rey y del rompeolas del Congreso, firmada también por el comandante José María Aparici y Biedma. En el proyecto aparecen detalladas las obras a realizar, que incluyen la dirección del eje del muelle de unión, su longitud, sondas, perfiles, etc. Según el proyecto, se estaba ensayando una técnica nueva, consistente en formar escollera con prismas artificiales que se podían fabricar en el mismo lugar de las obras.

De Andalucía pasó a la Dirección de la Subinspección de Navarra, en la que se encargó del detall y comandancia de la plaza de Pamplona. En su nuevo destino, realizó varios planos de la ciudad y sus inmediaciones, en los que representó la orografía e hidrografía del terreno, al tiempo que proyectó varias obras de mejora en el cuartel de caballería de la plaza, con el objetivo de aumentar el número de hombres alojados en él.

El 20 de febrero de 1857 fue destinado a la Dirección de la Subinspección de Burgos, ciudad a la que llegó a primeros de abril del mismo año tras haber sido ascendido a teniente coronel de ingenieros. El 7 de septiembre fue destinado a la Dirección de la Subinspección de Granada, cargo que desempeñó desde el 20 de octubre y seis días después fue enviado a Málaga para embarcarse hacia Melilla y encargarse del detalle y comandancia de la ciudad.

Ascendió a coronel el 22 de agosto de 1863. Estando con destino en Andalucía, pidió y obtuvo el retiro voluntario el 25 de noviembre de 1868.

Fue académico de número de Bellas Artes de Cádiz. Junto a la Cruz de San Fernando, estaba en posesión de la Cruz de San Hermenegildo, siendo Comendador de la Orden de Carlos III.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. personales.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros de Ejército, 1839-1869; G. de Morales, Datos para la Historia de Melilla 1497-1907, vol. II, apéndice X, Melilla, Servicio de Publicaciones del Centro UNED, 1992; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Ingenieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.os 63-66 (2001 y 2002); E. Fernández, “Ingenieros militares en la Islas Chafarinas”, en Memorial del Arma de Ingenieros, 84 (julio de 2010), págs. 119-129; N. Hinarejos Martín, “Aportaciones a la ingeniería militar del siglo XIX: la obra de Juan Manuel Lombera y Rivero (1818-post. 1875)”, en Actas de las segundas jornadas sobre historia, arquitectura y construcción fortificada. Madrid, 6-7 de octubre de 2016, Madrid, Instituto Juan de Herrera - Fundación Cárdenas - Centro de Estudios José Joaquín de Mora, 2016, págs. 325-342.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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