Rosado y Castaños, Antonio. Cañete la Real (Málaga), 1793 – ?, 1856. Militar, brigadier de Ingenieros.
En la Guerra de la Independencia entró a formar parte del batallón de honor de la Universidad de Toledo, de donde pasaba, el 8 de mayo de 1809, a la Academia Militar de San Fernando en Cádiz. En la misma realizaba sus estudios hasta 1811, en que ingresaba en la Academia de Ingenieros, provisionalmente en la misma ciudad. Permanecía estudiando en la citada academia hasta 1812, año en el que, después de aprobar los exámenes correspondientes, se integraba en el Cuerpo de Ingenieros. Destinado a la Dirección-Subinspección de Ingenieros de Granada, prestó servicios trabajando en las fortificaciones de Melilla, pasando posteriormente a la Dirección-Subinspección del Cuerpo en Castilla la Nueva. Había ascendido a capitán segundo de Ingenieros, el 13 de diciembre de 1815. En 1817 era nombrado para formar parte, como ingeniero, en la expedición a Ultramar que debía ir a Venezuela, Veracruz y El Callao (Perú) y en 1821 estaba destinado en la Dirección de Ingenieros de Andalucía.
Después de la entrada de “Los Cien Mil Hijos de San Luis” en 1823 para reponer a Fernando VII en el absolutismo, la plaza de San Sebastián quedaba bajo la custodia de tropas francesas. El 3 de mayo de 1828, éstas evacuaban la plaza, haciéndose cargo de la misma tropas españolas. Entre las autoridades a las que se les entregaba formalmente la ciudad estaba, como comandante de Ingenieros, Antonio Rosado.
Durante la Primera Guerra Carlista trabajó activamente como ingeniero, fortificando la villa de Tolosa, el monte de San Antón en Guetaria, el puerto de Pasajes, Castellón de la Plana, Orihuela, Alcoy, el castillo de Lorca y varios pueblos de la orilla del río Blanco. Tomó parte igualmente en las acciones de los sitios de Morella y fuertes de Gerica, Caspe y Villafarnés, siendo recompensado en 1841 con la Cruz de San Fernando de 1ª clase, por Real Cédula de 21 de enero, concedida por los méritos contraídos en la toma del castillo de Beteta los días 20 y 21 de junio del año anterior. Había sido promovido a comandante de Ingenieros el 28 de octubre de 1834, y a teniente coronel del Cuerpo, igualmente por antigüedad, el 24 de septiembre de 1836.
Terminada la guerra, ascendía a coronel, el 15 de enero de 1844, con destino a la Dirección Subinspección de Cataluña, y el 3 de octubre de 1854, era designado al mando de la Dirección-Subinspección de Ingenieros de Navarra y Provincias Vascongadas.
Además de la Cruz de San Fernando, ya citada, tenía la Cruz y Placa de la Real Orden de San Hermenegildo y era Comendador de la Orden Americana de Isabel la Católica.
Obras de ~: Resumen histórico de la ciudad de Cádiz, con relación al modelo que existe en el Museo de Ingenieros, 1823.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. personales.
Estados (escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1843-1863; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, 1876; P. M. de Soraluce, “El bloqueo de San Sebastián en 1823 por el Ejército de S.A.R. el Duque de Angulema. (Continuación)”, en Euskal-Erria, 32 (1895), págs. 41-46; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.º 63-66 (2001 y 2002).
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño
