Ciríaco, San. ?, s. iii – c. 305. Mártir y santo.
Son confusas las noticias que han llegado acerca de los santos mártires Ciríaco y Paula, a los que la ciudad de Málaga tiene por patronos. Usuardo, que el año 858 visitó España, los introdujo en su martirologio el día 18 de junio, pues aseguraba que habían sido lapidados tras muchos tormentos en la ciudad de Málaga. Sin embargo, en un pasionario de San Pedro de Cardeña (Burgos) aparece una passio, redactada posiblemente a finales del siglo x, donde se dice que los dos hermanos eran originarios de la ciudad africana de Tremeta y que en ella fueron lapidados junto a dos palmeras (y no atados a ellas, como es costumbre a representarlos), por orden del procónsul de Cartago. Sus nombres aparecen recogidos en los calendarios litúrgicos hispanos, pero el himno de esta liturgia, a ellos dedicado, y la noticia del santoral de Recemundo, del año 961, afirman su martirio en tierras africanas.
A pesar de todo, basándose en el testimonio de Usuardo, el papa Inocencio VIII, en respuesta a una carta de los Reyes Católicos, en la que le notificaban la toma de Málaga (el 18 de agosto de 1487), aseguraba que esta ciudad había sido santificada con la sangre de ambos mártires. Desde entonces fueron venerados como patronos por los malagueños. Los argumentos que militan a favor del origen español de estos santos, reducidos prácticamente al testimonio de Usuardo, no son suficientes para contrarrestar los sólidos apoyos de la tesis africanista, mucho más segura.
Bibl.: B. de Gaiffier, “La passion des SS. Ciriaque et Paule”, en Analecta Bollandiana, LX (1942), págs. 1-15; A. Fábrega Grau, Pasionario hispánico, vols. I y II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1953 y 1955, pág. 240 y págs. 387-391, respect.; J. Novo, “Ciríaco y Paula”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, CSIC, Instituto Enrique Flórez, 1972, págs. 411-412; Ciríaco y Paula, patronos de Málaga, Málaga, Ayuntamiento, 2004.
Miguel C. Vivancos Gómez