Portu, Sebastián de. Andoain (Guipúzcoa), s. m. s. xvii – ?, ú. t. s. xviii. Retablista.
Arquitecto natural de Andoain (Guipúzcoa), es otro más de los artistas que se dejó seducir por la efervescencia del foco de Calahorra en los finales del siglo xvii, pues no en vano esta ciudad era sede episcopal de un vasto territorio en el que quedaba incluida buena parte del País Vasco. Amigo de Juan Félix de Camporredondo, se dedicaría como él a lo largo de su vida a los más variados menesteres, incluyendo la arquitectura en piedra y madera. Precisamente, es esa condición de maestro de obras la que aflora en unos primeros instantes.
Consta, por ejemplo, su participación en las obras de la girola de la iglesia de Santa María de Viana que se desarrollaron desde 1693 hasta 1717 y en las que llevaron la iniciativa José González de Saseta y Bernardo de Munilla de acuerdo con las trazas dadas previamente por Santiago Raón. Incluso en 1697 planteaba la reestructuración interior de la nueva sacristía de la iglesia de Andosilla que había llevado a cabo dos años antes Damián Romeo, vecino de Falces.
Arrendador del estanco del tabaco en Calahorra y Logroño, el 19 de julio de 1699 declaraba haber rescindido oficialmente dicho arrendamiento, posiblemente para poder atender mejor la lista de encargos que ya tenía pendientes por entonces. De otro lado, su amistad con el canónigo Francisco Fernández de Medrano le sería sumamente provechosa. Tal ocurre, por ejemplo, cuando el 16 de diciembre de 1696 este último facultaba a Sebastián de Portu para que lo presentara como su fiador tras haberse adjudicado la construcción del retablo de Nuestra Señora de la Peña en San Pedro Manrique (Soria).
En ese círculo de relaciones, se sabe que el 9 de julio de 1699 daba poder en Calahorra para actuar contra el arquitecto José de Ortega, quien había promovido un pleito contra él tratando de forzar la tasación del retablo que habían hecho juntos para la cofradía de la Vera Cruz del Villar de Arnedo y cobrar conforme a lo que cada uno había realizado. El 5 de marzo de 1701 ajustaba la obra de la sillería del coro para el Convento franciscano de Vico en Arnedo (hoy en la iglesia de Igea) siguiendo el esquema de la sillería existente en el también Convento franciscano del Salvador de Calahorra.
Un poco más tarde sus relaciones carnales con Antonia Magaña, moza soltera, con la que tuvo una hija, lo conducirían preso a la cárcel de Calahorra hasta que, finalmente, el 12 de marzo de 1702, el albañil Juan de Eguía y Juan Félix de Camporredondo se veían obligados a salir como sus fiadores con el fin de que Sebastián de Portu fuera liberado temporalmente, justo en unos momentos en que su hermana Magdalena de Portu formalizaba su matrimonio con José Ramírez de ahí que el 6 de mayo de 1702 ambos cuñados llegaran a un acuerdo por el que se comprometían a trabajar en mancomunidad por espacio de diez años, algo que no acabaría de fructificar por cuanto el 20 de septiembre de ese mismo año, y ante las desavenencias surgidas, decidían rescindir dicho convenio.
Encargado de construir las portadas laterales de la colegial de La Redonda de Logroño en 1705 siguiendo trazas de Fernando de la Peña, el 26 de diciembre de 1705 se responsabilizaba de cubrir una parte del claustro de la iglesia de Palacio de Logroño.
También en esta última localidad concertaría el 25 de octubre de 1709 la fábrica de la torre de la iglesia de Santa Coloma (La Rioja) siguiendo un planteamiento muy sencillo que en 1711 traspasaría asimismo a la nueva torre de la iglesia de El Salvador de Pedroso, si bien sería obligado luego a retirarse de las obras por no seguir el plan que estaba propuesto inicialmente.
En 1716, vecino por esas fechas de Navarrete, se comprometía a rehacer la capilla mayor de la iglesia de Alberite, pero su intervención sería tan controvertida que en 1720 tendría que hacerse cargo José de Raón de demoler todo lo que había hecho y reedificar la mayor parte de la iglesia.
Su hijo del mismo nombre, Sebastián de Portu el Joven, se limitaría de algún modo a seguir sus pasos.
Afincado como él en Calahorra, supo también compaginar su condición de arquitecto de retablos con la de maestro de obras, familiarizándose sin dificultades con los prototipos rococó que en un momento determinado acabarían imponiendo su hegemonía a través de Diego de Camporredondo y el carmelita fray José de San Juan de la Cruz, tan aficionado a los tratados clásicos. Autor del pórtico de la iglesia de San Vicente de la Sonsierra en 1744, en 1746 se responsabilizaba de hacer el colateral de Nuestra Señora del Rosario para la iglesia de San Torcuato según sus propias trazas y condiciones, lo que provocaría la hilaridad del arquitecto Juan José de Ortega, que acabaría interponiendo pleito contra este acuerdo por entender que esa obra se había adjudicado directamente por el cura de dicha localidad sin sacarla a remate público, como era obligatorio. Pero como esta obra era a expensas del cura, el 12 de febrero de 1746 se autorizaba este concierto. Su prolongada estancia en la zona riojalteña se traduciría en abundantes encargos y peritaciones.
En la realización del retablo mayor de la Basílica de Nuestra Señora de los Remedios en San Vicente de la Sonsierra estaba trabajando por encargo expreso de Félix de Davalillo y la Piscina, director general de las Rentas del Tabaco, cuando en 1752 se obligaba a fabricar el retablo mayor de la iglesia logroñesa de San Bartolomé. En 1753 daba trazas para hacer unos colaterales en la iglesia de Labastida, responsabilizándose de hacer cuatro de ellos, aparte de otras intervenciones más por el territorio riojano lindante con el Ebro (colaterales de la iglesia de San Vicente de la Sonsierra) en las que, poco a poco, irá definiendo unas querencias estéticas de claras raíces madrileñas que tantos paralelismos mantienen con las de Manuel Adán. Tal ocurre con el sagrario que incorpora al colateral de San Miguel de Murillo de Río Leza en 1755. El 29 de diciembre de 1756 se comprometía a hacer dos colaterales para la iglesia de San Vicente de la Sonsierra.
Pero su obra de conjunto más importante hay que localizarla en Pipaón, donde en 1770 ajustaba la construcción del retablo mayor, dos colaterales y el consiguiente tornavoz a juego.
Obras de ~: Retablo de Nuestra Señora de la Peña en San Pedro Manrique, Soria, 1696; Retablo de la Vera Cruz, Villar de Arnedo (La Rioja), 1699; Sillería del coro para el Convento franciscano de Nuestra Señora de Vico, Arnedo (hoy en Igea) (La Rioja), 1701; Portadas laterales de La Redonda, Logroño, 1705; Torre de la iglesia, Santa Coloma (La Rioja), 1709.
Bibl.: M. C. García Gainza et al., Catálogo Monumental de Navarra, t. II, Merindad de Estella, Estella (Navarra), Institución Príncipe de Viana, 1982; J. M. Ramírez Martínez, “La Basílica de los Remedios en San Vicente de la Sonsierra”, en La Rioja del Lunes, 16 de enero de 1989; Guía Histórico-Artística. Logroño, Logroño, Gráficas Ochoa, 1994; “La Iglesia Parroquial de San Martín de Alberite”, en El Chapitel (Logroño), 8 (enero de 1999), págs. 87-89.
José Manuel Ramírez Martínez