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José San Juan y Martín

Biografía

San Juan y Martín, José. Tudela (Navarra), m. s. xvii – ?, p. t. s. xviii. Retablista.

Arquitecto de retablos oriundo de Tudela (Navarra) y conocido entre sus paisanos como Sanjuanico, es, sin lugar a dudas, uno de los maestros más carismáticos de la región en ese período que está a caballo entre los siglos xvii y xviii en que se prodigaron los modelos churriguerescos y las influencias madrileñas y vallisoletanas. De ahí su aparición por diferentes lugares de La Rioja un tanto alejados de su ciudad natal (Haro, Tricio, Navarrete, Entrena, etc.), para asumir comprometidas obras o asesorar sobre otras. Se sabe que el 11 de mayo de 1696, por ejemplo, José de San Juan y Martín ajustaba la fábrica del retablo mayor de Igea, localidad para la que también haría el colateral de San Juan Bautista. Pero fue su consorcio con Juan de Peralta, natural como él de Tudela, y el alfareño Juan Zapater Martínez, lo que le reportaría notoriedad por toda La Rioja, especialmente gracias a sus intervenciones en Entrena y Navarrete.

En 1701 el Cabildo de la Colegial de San Miguel de Alfaro le encargaba la traza y condiciones para hacer el retablo mayor de ese templo junto a Francisco de la Cueva, Francisco Gurrea y José de Tobar, si bien su realización quedaría en manos de este último por expreso deseo de los comitentes al considerar que era “maestro de reconocidos méritos”. Sin olvidar la baza tan importante que en 1709 jugaría José de San Juan y Martín junto a Juan de Peralta en favor de Juan Zapater Martínez hasta conseguir que José de Tobar, agobiado por las tensiones, tomara finalmente la determinación de abandonar la obra a su suerte.

Precisamente fruto de la colaboración de José de San Juan y Martín con Juan Zapater Martínez y Juan de Peralta será el retablo mayor de Entrena, el cual, pese a su espectacularidad formal, marca ya de algún modo el agotamiento a que habían llegado estas fórmulas tan queridas por él y que tan rentables se habían revelado tan sólo muy pocos años antes en Igea y otros lugares del entorno. Él mismo, incluso, había dado trazas y condiciones para este retablo de Entrena: trazas y condiciones que el 26 de enero de 1702 Fernando de la Peña y Francisco de la Cueva reconocían eligiéndolas por sus especiales calidades frente a las presentadas por Martín de Zuazola. Y quién mejor que él para adjudicarse en unos primeros momentos la construcción de este retablo (a pesar de que el 23 de septiembre de 1702, y dado el volumen de la obra, optara por formar consorcio con Juan de Peralta y Juan Zapater Martínez para hacerlo en mancomunidad) o para introducir inmediatamente después en su alzado algunas mejoras que se consideraban necesarias. Su prestigio por entonces era tal que el 2 de junio de 1704 la Catedral de Calahorra le encomendaba la realización de un camarín para el retablo mayor, con arreglo a sus trazas y condiciones, al objeto de poder esconder en él las andas y la custodia.

Pero el desfase de este tipo de soluciones arquitectónicas, tan identificadas con el temperamento creativo de José de San Juan y Martín, quedará bien patente tan sólo unos pocos años después, en 1710, cuando se traslada hasta Haro para dar traza y condiciones para el relicario en templete que se pretendía hacer en el altar mayor como complemento necesario de un llamativo retablo, siendo desestimada su propuesta, al igual que la de José de Tobar, por ser demasiado tradicional. No obstante, en ese momento de transición en seguida acabaría por asimilar las nuevas fórmulas que acabarían por imponerse desde La Rioja Alta por el burgalés Santiago del Amo. Tan es así que el 11 de octubre de 1713 el propio José de San Juan y Martín proponía y asumía la reforma del retablo mayor de Navarrete que acababa de terminar pocos años antes Fernando de la Peña con el fin de ganar espacio en el presbiterio e introducir algunas reformas en su alzado, dando un protagonismo especial a los estípites gigantes y a su relicario en templete, a la vez que prolongaba toda la estructura hacia los flancos con sendos colaterales. Y prueba de que supo ponerse al día es que el 30 de octubre de 1714, mientras estaba residiendo en Navarrete, se obligaba a construir el relicario y primer cuerpo del retablo mayor del Colegio de Jesuitas de Logroño a base de salomónicas y estípites.

 

Obras de ~: Retablo mayor, Igea (La Rioja), 1696; Retablo mayor, Entrena (La Rioja), 1702; Reforma del retablo mayor, Navarrete (La Rioja), 1713.

 

Bibl.: J. M. Ramírez Martínez y J. M.ª Ramírez Martínez, La Escultura en La Rioja Durante el Siglo xvii, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1984; J. M. Ramírez Martínez, La Iglesia de Navarrete, Oyón (Álava), Argraf, 1988; Retablos Mayores de La Rioja, Agoncillo (La Rioja), Labelgrafic, 1993; Edificios Religiosos de Calahorra, Logroño, Tipografía Digital, 2004.

 

José Manuel Ramírez Martínez