Sellés Nondedeu, Aurelio. Aurelio de Cádiz. Cádiz, 4.XI.1887 – 19.IX.1974. Cantaor.
Nacido en la calle Santa María de Cádiz, fue el menor de una familia numerosa que había emigrado de Altea, en Alicante. Realizó sus primeros estudios en el Colegio de Mirandilla y trabajó como aprendiz de herrero y como marinero en la Junta de Obras del Puerto. Antes de cantaor quiso ser torero y comenzó como matador de novillos con el nombre de el Gaditano, pero no tuvo demasiado éxito, así que, con veinticinco años, siguiendo los pasos de su hermano El Chele Fateta, se decidió por dedicarse al cante. Fue un cantaor de la más pura aristocracia flamenca.
Conoció a los grandes maestros del cante flamenco, como a Enrique Mellizo, de cuya escuela fue principal depositario y transmisor, con una única y perfecta versión, y pronto se dedicó a cantar en tabernas y reuniones privadas en los reservados de las ventas y los colmaos.
Nunca quiso actuar en tablaos y teatros, a excepción de una gira que realizó con Pastora Imperio durante el bienio de 1925-1926, ya que prefirió grabar discos y asistir a las fiestas privadas, donde su cante era muy cotizado.
Su fama de cantaor fue cada vez mayor y comenzó a viajar por diferentes puntos de España y de otros países extranjeros, como Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Cuba y Estados Unidos, donde era solicitado por aficionados cabales y aristócratas. Aunque solía vivir en su Cádiz natal (barrio de Santa María), durante un tiempo, residió en Madrid y allí actuó con destacados artistas del momento en los colmaos de Los Gabrieles y Villa Rosa, cantando únicamente para entendidos.
Se convirtió en uno de los más importantes cantaores gaditanos del siglo xx y fue el maestro de la generación siguiente a la de Enrique Mellizo. En opinión de algunos autores como F. Quiñones, era un intérprete sosegado, sabio, de gran dominio técnico, ordenado, ejemplar y representante de las virtudes de la escuela gaditana; o como afirmó Manuel Ríos Ruiz, “Aurelio pasa a la historia del flamenco como un payo maestro del cante puro, especialmente en los estilos genuinos de su tierra. Ha sido una especie de institución, en una época que precisaba de cantaores como él, de conservadores de unos aires flamencos inconfundibles y antiguos”. Lo cierto es que Aurelio fue un maestro en todos los palos del flamenco, pero destacó principalmente con las soleás, alegrías y malagueñas, tal y como F. García Lorca afirmó en unos de los ejemplares del Romancero Gitano que regaló al cantaor.
Entre sus actuaciones destacó la que realizó en 1953, cuando fue contratado para intervenir en las fiestas de la coronación de la reina de Inglaterra y su intervención en los actos celebrados durante el viaje inaugural del transatlántico Covadonga a América en el mismo año.
En 1955 y 1964 recibió homenajes en Cádiz, rotulándose una calle con su nombre y un año más tarde, recibió el Premio Nacional de Cante, otorgado por la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces de Jerez de la Frontera.
Obras de ~: Aurelio de Cádiz, Pasarela, 1928; Magna Antología del cante flamenco, Madrid, Hispavox, 1978; Antología del cante flamenco de la provincia de Cádiz, Jerez, Caja de Ahorros de Jerez, 1983; El cante de antaño. Arte flamenco, vol. 4. Mandala, 1995.
Bibl.: F. Rodríguez Gómez, Arte y artistas flamencos, Madrid, Imprenta Helénica, 1935; A. Moreno Delgado, Aurelio, su cante, su vida, Cádiz, Escélicer, 1964; F. Quiñones, De Cádiz y sus cantes, Madrid, Ed. Del Centro, 1974; J. Blas Vega, Conversaciones flamencas con Aurelio de Cádiz, Madrid, Librería Valle, 1978; A. González Climent, “Aurelio de Cádiz”, en Candil, n.º 61 y 63 (enero-febrero de 1989 y mayo-junio de 1989); A. Álvarez Caballero, El cante flamenco, Madrid, Alianza, 1994; M. Ríos Ruiz, “Cádiz, Aurelio de (Aurelio Sellés Nondedeu)”, en E. Casares Rodicio (dir.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, pág. 871.
Gema Rivas Gómez-Calcerrada