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Francisco de Quevedo de la Pedrosa

Biografía

Quevedo y la Pedrosa, Francisco de. Cotillo de Anievas (Cantabria), 10.XI.1754 – ?, p. m. s. xix. Militar.

Fue hijo de Francisco Antonio Quevedo y la Pedrosa, de Villa Suso de Anievas, y de María Guerra y Gutiérrez de Liaño. Muy joven pasó a América y se hizo vecino de Santa Fe de la Vera Cruz, en donde casó con Francisca Xaviera de Magallanes Mendoza, santafecina nacida en 1755 y muerta en Villa Real 1827. De Santa Fe pasó al Paraguay y residió por un tiempo en Piribebuy. Estando allí recibió hacia 1792 el despacho del Rey para la tenencia de milicias de la primera compañía de Costa Arriba con asiento en Villa Real de Concepción.

Se estableció en Villa Real con su familia: un hijo varón, Francisco Antonio y varias hijas casadas con hombres también prominentes, como Juan Manuel González, Juan Bautista de Egusquiza, Pedro de Vásquez Romero, españoles peninsulares, y Casimiro Uriarte Escobar, paraguayo, nieto de vizcaíno.

Se desempeñó en todos los cargos de autoridad de la villa y su jurisdicción. El 19 de junio de 1806 fue nombrado diputado consular por el virrey del Río de la Plata; fue pues político, mayordomo de fábrica de la iglesia local, capitán de puerto y comandante militar.

Este último cargo lo ocupó como el último español en hacerlo en Concepción y durante su ejercicio se produjo la revolución del 14 de mayo de 1811.

Por méritos, en el primer reparto de mercedes reales le fue adjudicada la antigua “Estancia del Rey”. Fue uno de los principales industriales de la yerba mate y como tal, defendió los derechos de los pobladores ante los arbitrios del cura rector, padre Fermín Sarmiento de Sotomayor; además poseyó una flota de barcos con la que realizaba comercio con la Asunción, Santa Fe y Buenos Aires. En sus embarcaciones hizo transportar cañones para la defensa de la provincia contra los porteños, así como para la retoma de la fortaleza de Borbón de mano de los portugueses y acompañar al gobernador de Lázaro de Ribera y Espinoza de los Monteros contra los puertos instalados en el Alto Paraguay por los portugueses (Corumba, Coimbra, etc.).

El 8 de junio de 1811, en su casa, llevó a cabo la reunión o junta de vecinos y autoridades de Villa Real para la elección de diputado ante el Primer Congreso Nacional o Junta General de la Provincia, y habiendo resultado paridad de votos entre José Miguel Ibáñez y el comandante Juan Manuel Gamarra, Quevedo en su carácter de comandante militar y juez político convocante, rompió dicha paridad a favor de Gamarra.

En su mismo domicilio los vecinos principales juraron el reconocimiento de la primera Junta Superior Gubernativa. Pasados estos acontecimientos Francisco de Quevedo presentó su renuncia a los cargos al darse cuenta del rumbo que iba tomando la provincia y por permanecer fiel a la Corona de Castilla. Siguió siendo vecino rector entre los concepcioneros.

Entre sus descendientes se cuenta Basilio Quevedo, su bisnieto, restaurador de la Villa Real tras el desastre de la guerra contra la Triple Alianza. Como legado quedó una ciudad llena de modernos servicios, y obras de arte y progreso como palacetes, bancos, monumentos, iglesias, colegios y donó la construcción del palacio municipal; fue senador por el primer departamento en 1807 y siempre permaneció muy ligado a su tierra creando toda una época histórica que en Concepción se conoce como “Tiempos de Quevedo”. Casó con Genaira Cabañas Escobar y tuvo numerosa e importante descendencia.

Asimismo, descienden de Francisco, entre otros muchos, el presidente de la República general Juan Bautista Egusquiza Isasi; el obispo Julio B. Laschi González, primero nacido en Concepción, administrador apostólico de esta diócesis y luego obispo auxiliar de la Asunción, y Arsenio López Decoud (1868-1945), político, “hombre del renacimiento”.

 

Bibl.: C. R. Centurión, Historia de las Letras Paraguayas, vol. II, Buenos Aires, Editorial Asunción, 1948; P. Alvarenga Cavallero, Génesis Concepcionera, Asunción, El Grafico, 1990.

 

Pedro Antonio Alvarenga Caballero