Pardo de Zela y Vidal, Juan. Ferrol (La Coruña), 2.VII.1788 – Lima (Perú), 6.VIII.1868. Militar.
Era hijo del capitán de la Real Armada, José Pardo de Zela, y de Josefa Vidal. A los doce años de edad, se embarcó en el buque que comandaba su padre, y lo acompañó en las correrías contra los corsarios ingleses.
Viajó por América y arribó a Buenos Aires en la corbeta Mosca, el 14 de junio de 1803. En los primeros tiempos se dedicó al comercio, y cuando los ingleses invadieron la ciudad, se alistó en las fuerzas que llevaron a cabo la Reconquista. Formó en el Tercio de Gallegos y peleó en la Defensa de la segunda invasión, en julio de 1807. Atraído por la carrera de las armas, a instancias del jefe del batallón n.º 3, Francisco Ortiz de Ocampo, sentó plaza en el mismo cuerpo en calidad de cadete hasta el 12 de agosto de 1807, en que fue promovido a subteniente.
Participó del movimiento de enero de 1809, donde contribuyó a mantener la autoridad del virrey Liniers.
Producida la Revolución del 25 de mayo de 1810, abrazó la causa de los patriotas. Como ayudante del general Ortiz de Ocampo marchó a la expedición al Alto Perú. Estuvo presente en los sucesos que sofocaron la contrarrevolución de Córdoba, encabezada por Gutiérrez de la Concha y Liniers, donde casi todos los cabecillas fueron fusilados. Asistió por esos días a la entrada del general Castelli a Oruro. Se halló en los combates de Cotagaita, Suipacha, Las Piedras, Tucumán y Salta. Estuvo en el avance del Ejército Auxiliar sobre Potosí, y asistió a los desastres de Vilcapugio y Ayohuma, acción, esta última, en que fue hecho prisionero. Llevado a las Casas Matas de Callao, recuperó su libertad merced al tratado de Punchauca, al ser canjeado por el general José de San Martín, en mayo de 1821.
Se incorporó al Ejército Libertador del Perú, mandando la división que hizo la campaña de Ica.
Con el ejército del general Santa Cruz, en 1823, desembarcó en Quilca, tomó Arequipa y fue ascendido por méritos de guerra a general de brigada. Bolívar le encomendó la administración de los departamentos del centro de Perú y la pacificación de las insurrecciones de los indios de Huanta.
En octubre de 1826 era prefecto-comandante y subinspector del departamento de Ayacucho, gobernador militar de la costa del sur y de los departamentos de Arequipa, Cuzco y Puno. A pesar de los cargos desempeñados no intervino en las contiendas civiles.
Hasta su fallecimiento, a los ochenta años de edad, el general Pardo de Zela fue considerado en el Perú como una figura destacada, noble y austera. Dejó a la posteridad una Memoria sobre los episodios castrenses que se desarrollaron desde las Invasiones Inglesas hasta su incorporación al Ejército de San Martín.
Bibl.: J. Yaben, Biografías argentinas y sudamericanas, t. IV, Buenos Aires, Metrópolis, 1938, págs. 445-446; R. Piccirilli, “Memoria del general don Juan Pardo de Zela, español al servicio de Buenos Aires y del Perú”, en Boletín de la Academia Nacional de la Historia (Buenos Aires), 1.ª sección, t. XXXVI (1964), págs. 387-426; A. Vilanova Rodriguez, Los gallegos en la Argentina, t. I, Buenos Aires, Galicia, 1966, 2 vols.; V. O. Cutolo, Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, t. IV, Buenos Aires, Elche, 1975, pág. 300.
Sandra Fabiana Olivero