Manrique de Lara, Jorge. ?, 1499 – Sevilla, 1566. Abad general benedictino (OSB) de la Congregación de San Benito de Valladolid.
Hijo natural de Pedro Manrique de Lara, I duque de Nájera, fue reconocido por su padre, quien en su testamento disponía que entrara al servicio del Rey.
No se sabe si llegó a servir a Carlos V, pues ingresó, en fecha y lugar desconocidos, en la Orden jerónima.
En 1539, cuando ya contaba cuarenta años de edad, tomó el hábito en el monasterio de San Benito de Valladolid, cabeza de la Congregación del mismo nombre, donde profesó el día 5 de octubre del mismo año.
Desde 1541 hasta 1550 fue abad de San Benito de Sevilla, monasterio que volvió a presidir desde 1553 hasta 1559, después de un trienio como abad de Irache (Navarra).
El 14 de junio de 1559 fue elegido general de la Congregación de San Benito, cargo que ocupó, según lo dispuesto, por un trienio. Durante este tiempo el papa Pío IV intervino por medio del nuncio en el gobierno de la Congregación, a fin de acabar de una vez con las disensiones que enfrentaban al monasterio de Valladolid con el resto de los monasterios a causa de la forma de elección del general. El mismo Papa, en 1560, aprobó el estatuto de limpieza de sangre aprobado por el Capítulo de 1559. Por orden de Felipe II, se vio obligado a realizar en 1561 una junta de veintidós monjes que trataran de la reforma de la Congregación, que, a pesar del interés regio, no produjo el resultado apetecido, aunque fray Jorge puso todo su empeño en que los monasterios aceptaran los puntos de reforma definidos en la junta.
Al renunciar a su cargo en el Capítulo de 1562, fray Jorge fue despojado de todos los poderes extraordinarios que, a petición de Felipe II, la Santa Sede le había concedido con vistas a la reforma. Sin embargo, en 1563 fue nombrado miembro de la comisión que redactó las nuevas constituciones. Como éstas no emanaban de un Capítulo General, fueron denunciadas por la mayor parte de los monasterios, que se negaron a aceptarlas. Fray Jorge fue uno de los visitadores encargados de imponer las nuevas leyes, cargo que debió de ocupar hasta 1565. Poco antes, el 4 de septiembre de 1564, el Rey premió sus desvelos en pro de la reforma nombrándole predicador real. En el Capítulo de 1565 fue nombrado abad de San Benito de Sevilla, y murió al año siguiente.
Bibl.: E. Zaragoza Pascual, Los Generales de la Congregación de San Benito de Valladolid, II. Los abades trienales (1499- 1568), Silos, Stvdia Silensia, 1976, págs. 317-344 y 453.
Miguel C. Vivanco s Gómez, OSB