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Cristóbal Martín Cubero

Biografía

Martín Cubero, Cristóbal. Segovia, m. s. XVII – Cartago (Costa Rica), 1707. Alcalde de Cartago, gobernador interino.

Nació en Segovia a mediados del siglo XVII y murió en Cartago (Costa Rica), en 1707. En 1699 se casó con Catalina González del Camino, que sumado a su propia condición, lo convirtió en vecino influyente de la ciudad y de la provincia.

Por lo anterior, ocupó diversas posiciones y desarrolló acciones destacadas en el Ayuntamiento cartaginés, durante muchos años. En primer término, fue alcalde primero, cargo responsable de ejercer justicia y del buen gobierno. Para ocupar el cargo, se debía ser persona de calidad y de competencia judicial, lo que era absolutamente cumplido por Cristóbal. Así, también fue el depositario general, cuya función primordial era la de hacerse cargo de los bienes que estaban en litigio judicial, este puesto estaba incluido entre los que se sacaban a subasta pública.

Otra de las funciones importantes que tenían los alcaldes, en su misión de justicia y buen gobierno, eran las visitas públicas y privadas a las cárceles. Las privadas se hacían una vez por semana, y su objetivo era verificar el estado de las mismas y el trato que recibían los presos; y las públicas eran las que, con especialidad, se realizaban en tres fechas determinadas: en las vísperas de las pascuas de Resurrección, Petecontés y Navidad. Su finalidad era aplicar el “don de Gracia”, pero en Costa Rica sólo se efectuaba para la Navidad, fecha en que Martín Cubero ejercía esta función junto con el gobernador, aunque en algunas oportunidades se encontró, afortunadamente, con la circunstancia de que no había presos.

Por último cabe señalar un hecho que refleja claramente las limitaciones económicas y humanas de la provincia de Costa Rica: en 1717 le correspondió a Martín solucionar un serio problema de salubridad pública, que creaba muchos problemas en la comunidad de Cartago. El tema se refería al abasto de carne, que a fines del siglo xvii, se hacía de la manera más impropia que se tenga recuerdo. Los encargados del suministro de reses, llevaban el ganado a la plaza pública, en donde se subastaba y luego se vivía, en plena plaza, el triste espectáculo de la matanza, con todas sus consecuencias; luego, a falta de locales adecuados para el expendio, la carne era llevada a casas particulares para ese efecto.

Una función pública de tan especial importancia para la salubridad y salud de la población no podía mantenerse en ese estado; sobre todo porque del triste negocio participaban miembros del Cabildo de Cartago. Por ello, a pesar de que se habían tomado disposiciones para solucionar el problema desde 1679 construyendo un matadero, no fue sino hasta 1707 en que Cristóbal Martín, en su condición de alcalde ordinario de primer voto, asumió la responsabilidad de la construcción y acabar así, con aquel inminente peligro para la salud, para lo cual financió de su propio peculio, la mayor parte del costo de la obra.

Eficiente funcionario y de honrado proceder, murió en Cartago en 1707 el mismo año en que terminó con aquel problema.

 

Bibl.: S. Chavarría, El Cabildo de Cartago (1564-1750), tesis de grado, Heredia, Costa Rica, Escuela de Historia Universidad Nacional, 1979, págs. 28-29, 95 y 195; R. Obregón Loría, De Nuestra Historia Patria (Los Gobernantes de la Colonia), San José, Universidad de Costa Rica, Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, 1979, págs. 103-104; G. Malavassi y P. Gutiérrez, Diccionario Biográfico de Costa Rica, San José, Costa Rica, Universidad Autónoma del Centro América, 1993, pág. 146.

 

Óscar Aguilar Bulgarelli