Olmedo, Diego de. Diego de Olmedo I. Segovia, c. 1550 – c. 1617. Platero.
Hijo del platero Hernando de Olmedo y de María de Guiomar de San Martín. Casó en 1573 con María de Coca, hija del cordonero Antonio de Coca, con la que tuvo al menos seis hijos —Antonio y Francisco, María, Manuela, Luisa, Diego y Jerónima, nacidos entre 1575 y 1590—; los tres varones siguieron la tradición profesional familiar.
Es el maestro central de la platería segoviana del tercer tercio del siglo xvi, y uno de los más prolíficos de su época. Hubo de iniciarse con su padre, aunque también asumió influencias de Diego y Sebastián Muñoz y de los Medina. En lo estilístico es uno de los maestros más apegados aún en estas fechas a la tradición gótica, en mayor grado que su padre, lo que en lo esencial hubo de responder a los requerimientos del clero, aunque otros maestros impusieron ya antes criterios renacentistas.
Fue platero de la Catedral, al menos entre 1614 y 1616, y le sucedió su hijo Francisco en 1618. Ejerció también de contraste, y como proveedor ocasional de oro de la Casa de la Moneda.
En 1580 realizó la arcaizante custodia de asiento de Santa María de Fuentepelayo, de templete hexagonal estrictamente gótico, que recuerda al mismísimo Enrique de Arfe. Entre las portátiles, en que se decanta por enmarcar el viril con templete edicular de columnillas, desarrolla cierta variedad; las de Valleruela de Sepúlveda (1579), Ochando (c. 1594), y Navas de San Antonio (1593), son de pie cruciforme, y ya redondas las del Museo de Artes Decorativas, de Madrid (1585; procedente de Villacastín), la Alberca (Salamanca) —de columnillas helicoidales— y Caballar, de estructura clasicista. También se le deben las de Escalona de Prado, y las procesionales de Muñoveros y Fuentepiñel.
En 1592 hizo un portapaz para Armuña; en 1594 un cáliz para Encinas; un par de años después un incensario y una naveta de Chañe; en 1599 la lámpara del Santísimo de Fuentepelayo y en 1614 la de la capilla de Francisco Gutiérrez de Cuéllar en la Catedral, sobre la que se puso pleito por no cumplir las trazas.
Entre sus muchas cruces procesionales, las de Armuña (1593), San Justo de Segovia y Zarzuela del Pinar son las más arcaizantes, mientras que la de Olombrada supone cierta asimilación de la severidad herreriana, y la de El Espinar, de 1596, es réplica de la realizada un año antes para los jesuitas de Segovia por Juan de Arfe, ensayador de la Casa de la Moneda. Se le atribuye además la de Chañe, sin marcar, de similar tipología, y semejante a ella es la de la Trinidad de Segovia; los elementos ornamentales adicionales denotan en todas ellas la influencia de Francisco Ruiz.
En los cálices usa nudo ovoide y gollete cilíndrico, sin reminiscencias góticas, quizá por influencia de Diego Muñoz II. Hizo uno para San Martín, y son también suyos los de Villafranca (1589), Vegas de Matute, Fuentesoto, Aldea Real, Pinarejos, Añe, Pinarnegrillo —con copa de gallones—, uno de la Catedral, dos de Santo Domingo el Real de Segovia — semejantes a los de Hernando de Olmedo— y otros de San Vicente el Real. También puso su marca en el Lignum Crucis de Santo Domingo el Real, con estructura de cruz latina con plaquetas semiovales y pie de custodia, y en el de las carmelitas descalzas, con forma de templete herreriano, pie de cáliz liso y remate en medallón. También en las carmelitas son suyos los candelabros, con decoración como la cruz de Fuentesoto, y se le deben los incensarios de Sauquillo, Navafría y Vegas de Matute, una cajita hostiaria de San Vicente el Real y un portapaz de Nuestra Señora de la Peña, en Sepúlveda, en que armoniza los motivos ornamentales religiosos y profanos.
Su mujer, María de Coca, y sus hijos Antonio y Diego se hicieron cargo de terminar a su muerte la cruz procesional de Santiuste de San Juan Bautista. Punzón: “diºde / olmedo”.
Obras de ~: Custodia portátil, Valleruela de Sepúlveda (Segovia), 1579; Custodia de asiento, Santa María de Fuentepelayo (Segovia), 1580; Cáliz, Villafranca (Segovia), 1589; Custodia portátil, Navas de San Antonio (Segovia), 1593; Cruz procesional, Armuña (Segovia), 1593; Custodia portátil, Ochando (Segovia), c. 1594.
Bibl.: M. de Lozoya, “Algunas notas sobre plateros segovianos del siglo xvi”, en Boletín de la Sociedad Española de Excursiones (1926), pág. 156; M. Quintanilla, “Plateros segovianos (1563-1653). Notas documentales”, en Estudios Segovianos (ES), vol. IX (1957), págs. 163 y 176; “Notas sobre plateros segovianos del siglo xvi”, en ES, vol. XXIII (1971), pág. 221; E. Arnáez, “Custodias procesionales de Diego de Olmedo”, en Archivo Español de Arte, vol. L (1977), págs. 145- 153; Orfebrería religiosa en la provincia de Segovia hasta 1700, vol. I, Madrid, 1983, págs. 293-334; J. M. Cruz Valdovinos, “Platería”, en Las artes decorativas en España (II), en J. Pijoán (dir.), Summa artis: historia general del Arte, XLV, Madrid, Espasa Calpe, 1999, pág. 554.
Fernando Collar de Cáceres