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Joaquín de Espinosa Dávalos

Biografía

Espinosa Dávalos, Joaquín de. Lima (Perú), c. 1715 – Valdivia (Chile), 8.X.1781. Gobernador de Tucumán y Valdivia.

Hijo único de Juana Dávalos Rivera y Fernández de Córdoba y de Gregorio de Espinosa Carvajal, ingresó en 1730 como colegial en el Real de San Martín de Lima; desde sus tiernos años se inició en la carrera militar, en España, sirviendo veintiún años en el Regimiento de Infantería de Vitoria. Llegó a capitán de fusileros y granaderos, hallándose en las guerras de Italia, entrada a Saboya y Piamonte, funciones en que fue herido dos veces.

Provisto corregidor de Andahuaylas, cargo que no ejerció, en 1756, fue nombrado interinamente gobernador de Tucumán, recibiéndose el mando el 10 de febrero de 1758.

Durante su mando refeccionó fuertes, construyó terraplenes de cal y canto en Córdoba, afrontó insurrecciones en La Rioja y Catamarca, persiguió las malversaciones a la Real Hacienda, fomentó las reducciones, obtuvo del virrey recursos para su mejora y, en combinación con el gobernador de Buenos Aires, Pedro de Cevallos, hizo entrada general a Chaco, el 15 de marzo de 1759, enviando quinientos soldados y tres mil indios al mando de Felipe de Alurralde; reunido a éste con otros setecientos hombres, fundó la reducción jesuita del Río Dorado, en Valbuena, en abril de 1763, y visitó la mayor parte de su gobierno, reconociendo los fuertes de su frontera, que proveyó de gente, municiones y pertrechos, creando la villa de San Carlos, en Jujuy, para la explotación de minerales de oro y plata.

Pasado a La Plata en febrero de 1764, el presidente, Pestaña Chumacero, lo empleó en la expedición contra los portugueses que ocupaban indebidamente sus fronteras, levando la tropa, que disciplinó e instruyó; comandando su batallón, en Santa Cruz de la Sierra, el 19 de noviembre de 1765, que le fue conferido el empleo de mayor general e inspector de toda la tropa, cargo que el virrey amplió al de segundo jefe; tanto en esta expedición como en el extrañamiento de los jesuitas del pueblo de Magdalena, según certificación del gobernador de Mojos, Aymerich, cumplió con todas sus obligaciones; comandante de otra expedición, el 9 de julio de 1768, el presidente de Charcas, Victorino Martínez de Tineo, le agradeció estos servicios. Vacante el Gobierno de Tucumán por separación de quien lo servía, el virrey Amat lo nombró por segunda vez, el 4 de junio de 1761, tomando posesión el 14 del mismo.

En este nuevo mandato reabrió un antiguo camino de Salta y Jujuy a Paraguay que, sin embargo, el Rey prohibió por temor a las incursiones portuguesas; al entregar el gobierno a su sucesor, en 1764, manifiestó la persecución de que era objeto por sus émulos.

Atendiendo a sus méritos, el Rey le confirió, el 14 de octubre de 1771, el gobierno de Valdivia con grado de coronel, y el 31 de marzo de 1774, la merced de hábito en una de las órdenes, sin exceptuar la de Santiago; tomando posesión de la misma, el 5 de marzo de 1773.

Durante su mando emprendió la construcción del reducto de Chorocamayo Alto y, en la ciudad, de dos torreones en los accesos del frente de tierra; publicó el 18 de octubre de 1774 un Bando sobre el trato fraternal y caritativo de los indios; fundó siete misiones para su asistencia, logrando por primera vez un parlamento en la misma ciudad, al que asistieron caciques antes enemigos, y presidió, en julio de 1777, otra junta con los de las parcialidades de Osorno.

El proyecto que más lo absorbió entonces fue el de la expedición en búsqueda de la llamada Ciudad de los Césares, siendo enviado al lago Ranco con cien hombres, el 18 de septiembre de 1777 y que, aunque volvieron en febrero siguiente sin haber descubierto poblaciones, reconoció el territorio, fundando dos fuertes.

El 20 de marzo de 1779 entregó el mando a Pedro Gregorio de Echenique, certificando el veedor Marzán que, habiéndose concluido la expedición a los Césares, no había resultado gasto alguno para la Hacienda Real, por haber salido del caudal del propio gobernador; apresado éste por el juez de residencia, Pérez Cavero, la Capitanía General mandará ponerlo en libertad, previniendo el ministro José de Gálvez que “los hechos que ha practicado [el juez] carecen de aquel decoro que se merece un oficial de su graduación, estrecho arresto de su persona en un castillo sin permitirle comunicación aun con sus familiares, de contribuírsele sólo con dos pesos diarios para alimentos y ocasionándole otros vejámenes y atropellamientos que son efectos de poco pulso en las determinaciones”. El Consejo de Indias revocó la sentencia de Pérez Cavero, lo multó en mil pesos y declaró a Espinosa por bueno y celoso ministro; ordenó ponerlo inmediatamente en libertad, le devolvió sus caudales secuestrados y previno sobre la conducta del juez.

Habiendo dirigido al presidente Jáuregui un nuevo proyecto de expedición en busca de la mencionada Ciudad de los Césares, de acuerdo con el gobernador de Chiloé, Martínez de la Espada, por cédula de 3 de agosto de 1779, se le alcanzó a nombrar comandante principal, cargo y empresa no materializados por su fallecimiento.

Había casado en Valdivia, sin real licencia, el 13 de febrero de 1780, con Teresa Campillo y Goyonete, matrimonio del que nació una hija; durante su primer gobierno en Tucumán tuvo con Martina Castellanos Moreno otro hijo, Juan Manuel, que lo acompañó durante su gobierno en Valdivia.

 

Bibl.: G. Guarda, La sociedad en Chile austral antes de la colonización alemana. 1645-1850, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1979, págs. 316-319.

 

Gabriel Guarda, OSB

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