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Juana Lasuén Uríszar de Aldaca

Biografía

Lasuén Uríszar de Aldaca, Juana. Perigueux (Francia), 24.VI.1840 – Murguía (Álava), 8.V.1924. Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl (HC), superiora local.

De padres españoles y española ella, nació en una familia distinguida por su buena posición económica y social. Fue la tercera hija de José Lasuén y Muñoz y Ana Uríszar de Aldaca y Montoya. Conscientes sus padres de la gran capacidad intelectual de Juana, la enviaron al internado de un colegio muy competente de Burdeos. De él salió con una madurez personal y un acervo cultural que llamaba la atención.

Ya en España, conoció el carisma vicenciano y atraída por él solicitó la entrada en la Compañía de las Hijas de la Caridad. Ingresó en el Real Noviciado de Madrid el 15 de octubre de 1865, donde recibió su formación como Hija de la Caridad. Desde hacía tiempo una gran epidemia de cólera afectaba a la población sembrando muerte y desolación. Se necesitaban personas para atender a tantos enfermos; esto motivó su salida anticipada del Real Noviciado y el destino al hospital cívico-militar de Aranjuez recientemente fundado por la reina Isabel II (1865). Eran muchos los soldados enfermos ingresados en el hospital; en un solo día fueron doscientos los recibidos y no había recursos para atenderlos.

Sor Juana acudió, acompañada de su superiora, al Palacio Real para entrevistarse con la Reina y exponerle la situación del hospital. Su Majestad, la Reina, puso en manos de las hermanas una fuerte suma de dinero con la que pudieron hacer frente a las necesidades más apremiantes.

Poco después estalló la Revolución (1868) que destronó a Isabel II y como consecuencia corrían malos presagios para el hospital de Aranjuez. La intrepidez de sor Juana la llevó a entrevistarse con el general Prim, a quien, en ésta y en otras entrevistas sucesivas mantenidas con él, pronto le interesó por el buen funcionamiento del hospital.

Dejó sor Juana Aranjuez el 1 de noviembre de 1870 para ir al colegio y asilo de Murguía (Álava), ambas instituciones fundadas por Domingo de Sautu e Isasi con el fin de que todo el valle del Zuya tuviera un centro de enseñanza gratuita para niños hasta los catorce años y niñas hasta los dieciocho, y un hospital y asilo para los necesitados de la zona. Habían sido inagurados el día 8 de diciembre de 1868. Cuando llegó sor Juana se encontraban aún en sus comienzos y atravesaban momentos difíciles. Su llegada disipó los nubarrones y comenzó para dichas instituciones una etapa de esplendor. El colegio cobró fama en toda la región y muchos alumnos llamaron a sus puertas, sor Juana se constituyó en el alma de la obra educativa en él desarrollada. Al asilo acudieron también muchos ancianos que encontraron en él cariñosa acogida y respuesta a sus necesidades.

La Tercera Guerra Carlista (1872-1876) tuvo como escenario principal las regiones del norte de España.

De nuevo la intrepidez de sor Juana la llevó a convertir el colegio, amenazado de destrucción, en hospital.

Ofreció el edificio a los ejércitos, mandó izar la bandera de color rojo y a partir de ese momento quedó convertido en hospital de sangre y respetado como tal. Fueron ahora sus vastos conocimientos de enfermería los que sor Juana puso a disposición de los heridos y de la asistencia a moribundos, sin tener en cuenta cansancios o dificultades. Pasaba días y noches al servicio de los soldados.

Terminada la guerra, el colegio reanudó las tareas educativas y el número de alumnos creció considerablemente.

Sor Juana brilló ahora por sus dotes de excelente educadora. Supo adaptarse a las necesidades de cada alumno; su palabra, siempre a punto, tocaba la fibra más delicada del corazón. Su inteligencia llegaba al fondo de los problemas, y tanto ancianos como niños y jóvenes encontraron en ella una verdadera madre.

En el año 1908 fue nombrada superiora local de la comunidad que atendía a todas estas instituciones, cargo en el que permaneció hasta su muerte.

Su labor desarrollada en los cincuenta y cuatro años pasados en Murguía tuvo como resultado una reconocida promoción cultural de toda la región. El día de su muerte, autoridades, ancianos, jóvenes e incluso exalumnas salidas del colegio hacía más de cincuenta años, rindieron un sentido homenaje y lloraron a la que siempre reconocieron como su querida profesora y madre.

 

Bibl.: “Notas biográficas de Sor Juana Lasuén. Superiora de las Hijas de la Caridad de Murguía (Álava)”, en Anales de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad (Madrid), t. XXXII (1924), págs. 334-343 y 380-383; P. Vargas, Historia de las Hijas de la Caridad de la provincia española, Madrid, 1996, págs. 762-763 (ed. restringida).

 

María Socorro Martín Vicente, HC

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