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Ildefonso Guépin et Le Coniac

Biografía

Guépin et Le Coniac, Ildefonso. Quintin (Francia), 27.X.1836 – Santo Domingo de Silos (Burgos), 30.IV.1917. Abad benedictino (OSB).

Nació en el seno de una familia de pequeños comerciantes. Cursó sus primeros estudios con los padres Eudistas en Redon, pero a los dieciséis años, en vez de seguir las carreras de abogado o ingeniero hacia las que le inclinaba su padre, ingresó en el seminario de Saint-Brieuc. Pronto manifestó deseos de abrazar la vida monástica en Solesmes y, con el fin de disuadirlo, su padre le envió a proseguir los estudios eclesiásticos en Roma.

Los dos años pasados en la Ciudad Eterna fueron decisivos para afianzar en el joven su amor por la historia y la arqueología, pero no lograron eliminar sus deseos de ser monje. En 1858 ingresó en el noviciado de Saint-Pierre de Solesmes y allí profesó el 29 de junio de 1860 en manos del abad restaurador de la vida monástica en Francia, dom Guéranger, de quien dom Guépin guardará siempre un grato recuerdo. El 12 de marzo de 1864 fue ordenado sacerdote y pronto comenzó a colaborar con dom Guéranger en la publicación de sus obras; además, recibió el encargo de escribir una vida de san Josafat, monje basilio y arzobispo polaco del siglo xvii, a quien Pío IX iba a canonizar.

Fue una obra magna que le ocupó diez años y que llegó a traducirse al polaco. Sin embargo, con la muerte de dom Guéranger en 1875, dom Guépin tuvo que abandonar su dedicación al estudio y emplearse, por orden de su nuevo abad, en la búsqueda de fondos con los que sanear la precaria economía solesmense.

El anticlericalismo del Gobierno de Jules Férry puso en 1880 en una situación insostenible a las congregaciones religiosas, que en su mayoría buscaron refugio en el extranjero. España, cuya situación política parecía estable en aquellos momentos gracias a la restauración canovista, fue el destino final de muchas comunidades.

Animado por una de ellas (la de los padres de los Sagrados Corazones, que se habían establecido en Miranda de Ebro), dom Guépin llegó a España por vez primera el 29 de mayo de 1880. Buscaba un refugio para la comunidad de Saint-Martin de Ligugé, de su misma congregación solesmense, toda vez que el abad de Solesmes, al menos de momento, no juzgaba oportuno abandonar Francia. Comenzó entonces un largo recorrido por todo el norte de España, buscando el monasterio adecuado. Dom Guépin se inclinó desde un primer momento por San Pedro de Cardeña, cuyo emplazamiento, cercano a Burgos y a su estación de ferrocarril, permitía una rápida comunicación con Francia. Pero se le adelantaron los monjes trapenses de Divielle y eso hizo que al final se decidiera por Santo Domingo de Silos, abadía que visitó por primera vez el 19 de junio de 1880 y que, si bien le entusiasmó por su belleza, no le convenía en absoluto por su apartamiento de toda vía de comunicación.

El 18 de diciembre, previa autorización del Gobierno español, los monjes de Ligugé se instalaron en Santo Domingo de Silos. Tras cuarenta y cinco años de casi total abandono, la obra de restauración adquiría enormes proporciones. El abad de Ligugé nombró a dom Guépin primer superior de la casa, cargo que ya no abandonaría hasta su muerte. De carácter abierto y simpático, se granjeó numerosas amistades entre la nobleza española que le ayudaron con su dinero y sus influencias. Pero dom Guépin no se limitó a una restauración material. Consciente de que Silos era algo más que un refugio provisional, logró recuperar para su comunidad el archivo de los antiguos monjes y parte de su biblioteca. Abrió en 1884 un oblatorio o escuela monástica que fuera cantera de vocaciones y pronto logró crear una comunidad mayoritariamente española. Este afán por hispanizarse lo observó hasta en detalles menores, como fue el cambio de la forma francesa de su nombre, Alphonse, por la más española de Ildefonso. Por su labor restauradora, fue nombrado, el 5 de marzo de 1892, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia.

En mayo de 1894 una visita del primado de la Orden Benedictina, dom Hildebrando de Hemptine, daba el visto bueno a la erección de Silos como abadía independiente dentro de la Congregación Benedictina de Francia. El abad de Ligugé, dom Joseph Bourigaud, nombró a dom Guépin primer abad del restaurado monasterio. Apadrinado por la reina María Cristina, fue solemnemente bendecido el 16 de septiembre de 1894. Comienza una nueva etapa en la que dom Guépin, siempre agobiado por la falta de dinero, buscará salida al creciente número de monjes. Ya desde 1887, año en que el oblatorio fue elevado por Real Orden a la categoría de Colegio de Misiones de Ultramar, se estaba pensando en una fundación. La pérdida de las colonias españolas obligó a pensar en otros lugares donde establecerla.

La primera fundación se comenzó en Santa María de Cogullada (Zaragoza) en 1896, aunque fue traspasada a Ligugé en 1900. A ésta siguieron las de México en 1901, Nuestra Señora de Montserrat de Madrid en 1913 y San Benito de Buenos Aires en 1914. Pero dom Guépin también se preocupó, en la medida de sus posibilidades, de la formación académica de sus monjes, enviando a algunos de ellos a Roma, París o Madrid para ampliar sus estudios, especialmente orientados hacia la investigación histórica.

La salud de dom Guépin comenzó a deteriorarse notablemente desde octubre de 1914, por lo que, poco a poco, debió dejar el gobierno de la comunidad en manos del prior. En agosto de 1916 una congestión cerebral lo dejó postrado en el lecho hasta su muerte a los ochenta y un años de edad, siendo enterrado en el claustro románico de su monasterio.

 

Obras de ~: Solesmes et Dom Guéranger, Le Mans, 1876; Description de deux églises abbatiales de Solesmes, Le Mans, 1876; Un Apôtre de l’union des Églises au xviie siècle: Saint Josaphat, Paris, H. Oudin, 1897, 2 vols.; De ratione Breviarii romani monastici eiusque emendatione commentarium, Paris, H. Oudin, 1908; Dom Guéranger et Madame Durand, Paris, H. Oudin, 1911; La vida monástica en la abadía benedictina de Santo Domingo de Silos, Burgos, Polo, 1915.

 

Bibl.: Bibliographie des Bénédictins de la Congrégation de France, Paris, H. Champion, 1906, págs. 53-55; T. Moral, “Guepin, Ildefonso”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 1064; Q. Tajadura, Menologio silense (1880-1981), Silos, 1981, págs. 11-14; C. del Álamo, Silos, cien años de historia (1880-1980), Madrid, Familia Silense, 1983, págs. 31- 151.

 

Miguel C. Vivancos Gómez, OSB

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