Álvarez de Faria, Gabriel. Badajoz, 20.I.1721 – 11.IV.1802. Eclesiástico, canónigo, chantre, deán y obispo.
De familia de la nobleza media, tras cursar los estudios primarios en una escuela de su ciudad natal, ingresó en el seminario diocesano pacense para seguir la carrera sacerdotal. Ordenado, llevó una vida apartada y consagrada por entero al ejercicio de la caridad.
Si bien algunas fuentes lo hacen doctor en Sagrada Teología, es muy probable que nunca obtuviera tal título. El más cercano e informado de sus biógrafos alude a ello de forma sutil al par que un tanto pintoresca: “Si no subió al trono de la sabiduría por la brillante carrera de las letras y de los conocimientos humanos, fue porque su prudencia le aconsejó que sólo el temor de Dios es la verdadera ciencia de un cristiano”. Canónigo del cabildo catedralicio pacense en febrero de 1792, chantre un año más tarde (enero de 1793) y deán en septiembre de 1795 —“dignidad para la que el rey le dispensó de los grados académicos”—, visitador general del obispado en 1797, en julio de ese mismo año fue designado obispo de la silla de San Atón, consagrándose el 6 de marzo siguiente.
Como se ve con patencia, el cursus honorum de su tío materno es por completo paralelo al de su sobrino Manuel Godoy, descubriendo así un ejemplo más de la tabidez moral que, no obstante los muchos aspectos positivos del gobierno del favorito de Carlos IV y su esposa, inundaba diversos campos de la España de su tiempo. Presumiblemente, su nombramiento se debiese a las presiones de su hermana o al deseo de encumbramiento universal de su sobrino, pues parece constatado la reticencia del anciano sacerdote a recibir la dignidad episcopal, así como la modestia de su tenor de vida y la abnegada dedicación a una misión pastoral, que encontró sus terrenos predilectos en la promoción de las clases menesterosas y en la reforma del clero, extremos ambos de una singular atención en un pontificado tan breve como “activo y celoso”.
Bibl.: l. de leria, Oración fúnebre que en las solemnes exequias que celebró el reverendísimo ilustre cabildo de la real insigne iglesia colegial de la villa de Zafra el día 17 de mayo de 1802 a la buena memoria del excelentísimo e ilustrísimo señor don Gabriel Álvarez de Faria, obispo de Badajoz, caballero Gran Cruz de la real y distinguida orden de Carlos III, del consejo de S. M., etc., dijo el doctor don [...], prebendado de dicha iglesia. El mismo cabildo lo dedica al Excmo. señor Príncipe de la Paz, Madrid, Josef Herrera, 1802; A. del Solar Taboada y J. de Rujula y de Ochotorena, marqués de Ciadoncha, Godoy, Príncipe de la Paz: notas históricas y documentos, Badajoz, Tipografía Viuda de Antonio Arqueros, 1944; j. m. cuenca toribio, Sociología del episcopado español e hispanoamericano (1789-1985), Madrid, Ediciones Pegaso, 1986.
José Manuel Cuenca Toribio
