García Pérez, Juan Zoilo. Juan del Corazón de Jesús. Madrid, 17.VI.1809 – Toro (Zamora), 17.III.1887. Restaurador de la Orden de la Merced Descalza (OMD).
Juan Zoilo García Pérez era su nombre antes de entrar en religión. Hijo de una familia de hondas convicciones cristianas, a los cuatro días de su nacimiento fue bautizado en la parroquia madrileña de San José.
El 15 de noviembre de 1826, a la edad de diecisiete años, tomó el hábito mercedario en el convento de Santa Bárbara y profesó el 25 de noviembre de 1827 con el nombre de fray Juan García Pérez del Corazón de Jesús. Estudió Artes y Teología en Valladolid y Alcalá.
En esta ciudad tuvo como maestro a fray Francisco de Acevedo de Santa Lucía, con quien entabló una relación de amistad que permanecería más allá de distancias y penosas exclaustraciones.
Poco después de recibir la ordenación sacerdotal (1832), tuvo lugar la exclaustración de religiosos y fray Juan pudo ejercer su acción apostólica en los pueblos de Canillejas, Paracuellos, Carabaña, Perales de Tajuña y, por fin, en la madrileña iglesia de Santiago, de la que fue cura titular. La turbulenta situación de la época no impidió que la orden mantuviera su estructura jerárquica bajo el nombramiento de un general apostólico, cargo que ostentó hasta su muerte el padre fray Francisco Acevedo de Santa Lucía.
En 1877, con la restauración monárquica de Alfonso XII, llegó también el reconocimiento legal de los religiosos en España, y fray Juan, nombrado por el papa León XIII, el 21 de agosto de 1884, general apostólico, dio los primeros pasos para restaurar la maltrecha Orden de la Merced Descalza. Se dirigió primeramente al duque de Ribas, actual propietario del antiguo convento de Ribas. Las gestiones resultaron baldías. El duque, desde París, lugar donde residía, no hizo más que acumular inconvenientes para la devolución del convento a la orden.
Se dirigió entonces al Ayuntamiento de Herencia (Ciudad Real). El antiguo convento era propiedad del Ayuntamiento que había empleado el convento como cuartel de la Guardia Civil y como escuela pública. Acudió entonces al obispo de Zamora, Tomás Belestá, quien acababa de adquirir el antiguo convento de capuchinos en la ciudad de Toro. Belestá le cedió gustoso el usufructo perpetuo del edificio, y allí, en la recoleta población de Toro, iba a surgir la primera comunidad recoleta mercedaria.
Fray Juan García Pérez del Corazón de Jesús, con el acompañamiento de tres religiosos y cuatro novicios, reanudó la descalcez mercedaria, pasando a la historia de la orden con el glorioso título de El Restaurador.
Su avanzada edad no fue óbice para entregarse a la vida rigurosa impuesta en el convento restaurado en Toro. Su gastado corazón no resistió la prueba. A las ocho de la tarde del 17 de marzo de 1887 fallecía en el convento de Toro y sus restos fueron inhumados en el cementerio de la ciudad. Acababa de cumplir los setenta y ocho años de edad.
Bibl.: F. Cano Manrique, “La Restauración de la Orden. Hombres y circunstancias”, en Boletín de la Orden de la Merced Descalza (Madrid), 6 secc. Historia (1979), págs. 30-50.
Francisco Cano Manrique, OMD
