Hevia y Noriega, José de. Oviedo (Asturias), 31.VII.1766 – Madrid, 23.VII.1834. Magistrado, consejero de Castilla, consejero honorario de Estado, presidente del Supremo Tribunal de España e Indias, prócer del reino.
Fue hijo de José Hevia y Noriega y de Margarita de la Villa Hevia, naturales de la parroquia de San Félix de Valdesoto, concejo de Siero. Un tío suyo, Gabriel Hevia y Noriega, era vicario eclesiástico de Madrid, decano del Consejo de la Inquisición y canónigo de la iglesia de Toledo.
En la Universidad de su ciudad natal estudió Filosofía y Jurisprudencia, y obtuvo los grados de bachiller en ambos Derechos y el de licenciado en Cánones; regentó durante cuatro años la cátedra de Vísperas. En 1786 opositó a las becas del colegio mayor de San Bartolomé de la ciudad de Salamanca, y fue consultado para una, en la Facultad de Cánones. Fue recibido de abogado en la Real Audiencia de Asturias, y, más tarde, se incorporó en la clase de abogados de los Reales Consejos. Por espacio de siete años ejerció la profesión de abogado, hasta que emprendió la carrera de la toga.
El 7 de octubre de 1800 fue nombrado fiscal de lo Criminal de la Real Audiencia de Sevilla, y poco después promovido a la Fiscalía de lo Civil. En la propia Sevilla contrajo matrimonio el 10 de febrero de 1805 con María Francisca Pastoriza y Rebolledo, nacida en esa ciudad, hija de Alberto Pastoriza y Gómez, natural de San Martín de Buen (Galicia), y de María Francisca Rebolledo Jiménez de Cuevas, de Popayán. El 16 de septiembre de 1806 nació en Sevilla su hija María de los Dolores. El Gobierno le nombró fiscal togado del Consejo de Guerra y Marina el 8 de agosto de 1809. Suprimidos en 1812 los Consejos, volvió a prestar sus servicios en la Audiencia de Sevilla, cuya ciudad le nombró alcalde primero constitucional. El 29 de diciembre de 1814 fue destinado en comisión para servir la regencia de la Real Chancillería de Granada con el sueldo y honores de fiscal togado del supremo Consejo de la Guerra. Por un Decreto de 24 de febrero de 1815 ascendió a fiscal del Supremo Consejo y Cámara de Castilla. Esta elección fue aprobada por el público en general, y celebrada con júbilo y regocijo por la ciudad de Oviedo y el claustro de su Universidad, que le confirió el doctorado, para poder contarle entre sus maestros. También la Real Academia de la Historia, deseando asociar un magistrado tan benemérito y entendido, le expidió el 2 de junio de 1816 el título de académico honorario.
Suprimido en 1820 el Consejo Real, cesó en la Fiscalía que hasta entonces había desempeñado, pero restablecidos los Consejos tres años después, volvió a su empleo. El 24 de junio de 1820 nació su hija Juana María y el 29 de enero de 1824 su hijo Francisco de Sales. Un Decreto de 3 de junio de 1824 le concedió plaza en el Consejo Real y su Fiscalía 1.ª se asignó a Juan Antonio Sánchez Heredia, fiscal 2.º o más moderno. El 14, tomó posesión de su nuevo destino. Por Reales Cédulas de 2 de septiembre de 1824 y de 22 de diciembre de 1828 obtuvo los nombramientos de juez protector del colegio de San Nicolás de Bari y de la casa hospital de convalecencia de Madrid. También fue nombrado por otra Cédula de 1828 juez protector y conservador de las memorias fundadas por Mateo de la Viz y Calera.
Fernando VII le nombró el 13 de febrero de 1830 juez subdelegado general de imprentas y librerías del reino, cuya comisión ejerció hasta la creación de la inspección general de dicho ramo, de la que fue presidente. Al mismo tiempo tuvo a su cargo la subdelegación general de Penas de Cámara. Aquel Rey le concedió el 23 de febrero de 1833 plaza de la Cámara de Castilla, que juró el 4 de marzo, y el 2 de agosto obtuvo la Gran Cruz Americana de Isabel la Católica. El testamento otorgado por Fernando VII el 12 de junio de 1830 —hecho público el 3 de octubre de 1833— había dispuesto que a su muerte un Consejo de Gobierno auxiliara a la Reina Gobernadora para resolver los asuntos arduos de política y administración durante la minoría de edad de su hija Isabel II. El propio testamento había fijado la composición del Consejo de Gobierno, del que Hevia formó parte en calidad de vocal suplente.
Por un Decreto de 19 de diciembre de 1833 María Cristina le otorgó los honores del Consejo de Estado, y por otro de 1 de abril del año siguiente ascendió a la cúspide de la carrera en la magistratura, pues fue nombrado presidente del Supremo Tribunal de España e Indias, instituido el 24 de marzo anterior. El 2 de abril, a las nueve de la mañana, prestó juramento de su cargo en la casa del duque de Bailén, presidente del Consejo Real de España e Indias. El gobierno de la regente le elevó a la alta dignidad de prócer del reino.
En julio de 1834 el cólera morbo le arrebató su vida en pocas horas. La necrológica que publicó con motivo de su muerte la Gaceta de Madrid expuso que se había robado a la patria un gran hombre de Estado, a la Reina uno de sus más adictos y leales servidores y a la toga un magistrado integérrimo y eminente. El 31 de octubre de 1834 se concedió a su viuda la pensión anual de 14.000 reales, que percibió desde el día siguiente al del fallecimiento de su marido. María Francisca Pastoriza murió el 31 de enero de 1838 de una erisipela nervioso-pútrida.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Ministerio de Hacienda, leg. 528/13; Ministerio de Justicia, Jueces y Magistrados, leg. 4505/3985.
J. R. Coronas González, “El Consejo de Gobierno de la monarquía española (1833-1836)”, en De la Res Pública a los Estados Modernos, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1992, págs. 343-364; E. Montanos Ferrín, “El Consejo de Gobierno (1833-1836)”, en Homenaje al profesor Alfonso García-Gallo, t. II, Madrid, Editorial Complutense, 1996, págs. 267-317.
Ricardo Gómez Rivero