Beranguer (o Berenguer) y Renaud, Carlos de. Barcelona, 18.IX.1719 – Montmaneu (Barcelona), 27.II.1793. Militar, brigadier del Ejército, coronel de Dragones e ingeniero voluntario.
Era hijo de Carlos Beranguer, brigadier de los Reales Ejércitos e ingeniero director. Ingresó con 15 años en la Real Academia de Matemáticas de Barcelona, obteniendo el título de ingeniero, aunque no se integró en el Cuerpo a pesar de sus buenas calificaciones por la escasez de plazas. Debido a ello, realizó toda su carrera militar en el Ejército, salvo un pequeño periodo de tres años, al terminar sus estudios, en el que trabajó como ingeniero voluntario para el ingeniero militar Pedro Superviela.
Ingresó en los Reales Ejércitos en 1731 y sirvió inicialmente como cadete y más tarde como oficial en el Regimiento de Dragones de Orán hasta 1748. Al disolverse esta unidad, pasó al Regimiento de Dragones de Batavia, al mando del coronel Manuel de Amat y Junyent, en Mallorca, con el que llegó a establecer una cordial relación.
En 1752, recomendado por el capitán general de Cataluña, marqués de la Mina, coronel fundador a partir de 1709 del Regimiento de Pezuela, llamado más tarde Lusitania, se hacía cargo del Pabellón Real en el campamento de Aranjuez. En 1760 estaba en Mallorca, recibiendo la orden de trasladarse a Chile, siendo promovido a capitán de Dragones.
Berenguer llegaba a Lima a finales de 1761 reclamado por Amat para actuar como ingeniero (a pesar de no haber ingresado en el Real Cuerpo), siendo nombrado capitán de la guardia del virrey. Amat había pasado a América en 1755 como presidente de la Capitanía General del reino de Chile y designado, en 1761, virrey del Perú.
Nada más llegar, recibía el encargo de trabajar en las tareas más urgentes, como las fortificaciones de Valdivia, la construcción de almacenes para armas y pólvoras, la dirección de la fundición de balas y morteros y las reparaciones del Real Presidio de El Callao (1762), en el puerto del mismo nombre (el puerto de Lima, que se había visto gravemente afectado por el terremoto de 1746, que arruinó la población y las fortificaciones existentes). Desde 1763, Berenguer, junto al ingeniero Antonio O’Brien, trabajaron en la gran fortaleza pentagonal, en cuyo diseño intervendría el propio virrey, que poseía amplios conocimientos de matemáticas.
Además, Amat encargaba a Beranguer un proyecto, fechado en Lima el 3 de mayo de 1762, de un palacio para el virrey. Tenía carácter de proyecto abierto, sujeto a las modificaciones que el propio Amat considerara introducir. Decía Berenguer: “Excmo. Sor. se ha de dignar V.E. aprovar este plano o corregirlo mandando lo que hallare por combeniente, para que arreglándose el Yngeniero a las superiores órdenes de V.E. logre el azierto de obedecerlas”. El proyecto consistía en un edificio de una sola planta, con patio central para el virrey y servicio, con salones, despachos y otras dependencias, y disponía de una tribuna para asistir el virrey a los cultos de la vecina capilla. La fachada, de gran sencillez, tenía una gran portada barroca, rematada con escudo tallado en mármol blanco. Sin embargo, las imperiosas necesidades de las fortificaciones impidieron la construcción del palacio y en su lugar fue levantado un hospital.
En julio de 1764 Beranguer fue nombrado gobernador y superintendente general de la Villa y Mina de Huancavelica y gobernador de la provincia de Angaraes. Este nombramiento era de gran importancia, ya que la mina de mercurio de Huancavelica (“la más preciosa joya de S. M. en América”) era la única existente en todo el Nuevo Continente de la que podía obtenerse el mercurio (azogue), metal que era un elemento esencial para la obtención de plata por el procedimiento de amalgamación. El nombramiento se realizó directamente por el virrey para sustituir al marino Antonio de Ulloa, una de las grandes figuras científicas del Setecientos y cuyo gobierno había dado lugar a importantes conflictos y que fue designado gobernador de La Luisiana Meridional.
Después de sus tres años de gobierno, Carlos Beranguer fue sustituido en octubre de 1767 por Domingo Antonio de Jáuregui y, como era habitual, en septiembre de ese mismo año se le formaba juicio de residencia. El 19 de diciembre, siempre de 1767, la Real Audiencia de Lima confirmaba la sentencia favorable dada con anterioridad por el juez instructor. En ella se valoraba la capacidad de trabajo de Beranguer, demostrada en sus trabajos de reparación de la mina y su seguimiento, en el gran esfuerzo realizado para apaciguar los ánimos exaltados de los mineros por el anterior gobernador, y finalmente la abundancia de azogue obtenido durante su mandato, y en su gran prudencia en la administración de justicia. En definitiva, se recomendaba a la corona que “se le honre, premie, y ponga en mayores cargos y puestos en que ciertamente cumplirá con sus muchas y grandes obligaciones”.
En noviembre de 1767 se designaba a Carlos Berenguer como gobernador y comandante general de la isla de Chiloé, donde realizaba obras en los puertos de Lacui y Callao y exploraba el archipiélago de las Guatecas e islas Chonos. En esta zona de América del Sur llevaba a cabo un amplio plan para la defensa de la citada isla de Chiloé (objetivo de elevado interés para Inglaterra), de la que se afirmó que era “la que con propiedad debe considerarse llave de todos los reinos de Chile y el Perú, y aún de todas nuestras costas del Océano Pacífico”. En consonancia con lo anterior, el 20 de agosto de 1768 fundaba la villa de San Carlos de Chiloé, actual ciudad de Ancud, cuyas fortificaciones se consideraban esenciales para convertir a Chiloé en el bastión defensivo fundamental para la defensa, como se ha señalado, del sur de Chile y el paso meridional del Atlántico al Pacífico. Para la protección de su puerto (el de San Carlos) Berenguer realizó el Fuerte Real (de planta cuadrada, con un revellín en la cortina que daba al mar y cuatro baluartes iguales), la batería de Campo Santo, que dominaba con sus fuegos a la ciudad, y el fuerte de Chaicura, llamado del Príncipe, simétrico del Real, con el que cruzaba sus fuegos, batiendo la bahía y el fondeadero. También efectuaba diversos reconocimientos, llegando en uno de ellos hasta el estrecho de Magallanes en 1770. Durante la crisis por las islas Malvinas del último año citado, el virrey Amat le puso al frente de la dirección y construcción de almacenes de pólvora y pertrechos de guerra. Dos años después, el 22 de octubre de 1772, se le concedía el grado de teniente coronel de Dragones.
Por problemas de salud, Beranguer solicitó el relevo de su cargo, que le fue concedido en 1772, regresando a España al año siguiente. En 1773 ingresaba en la Orden de Santiago. Tras su llegada a España, Beranguer fue requerido por la corona para realizar un informe sobre las fortificaciones de Valdivia, que elaboró en 1784. Con anterioridad, en 1777 y como teniente coronel estaba destinado en el Regimiento Lusitania.
Participó en el sitio de Gibraltar desde el 10 de agosto de 1779 hasta el 19 de diciembre de 1782. En junio de 1788 solicitó el gobierno de Valencia de Alcántara con el apoyo del duque de Crillón, avalado por su comportamiento en Gibraltar y por el príncipe de Monforte. Era promovido a coronel en 1789, siendo, además, premiado por el rey con el mando del Regimiento Lusitania, hoy Villaviciosa. Ascendía, finalmente, a brigadier de Caballería, con fecha de 26 de febrero de 1791.
Murió el 27 de febrero de 1793 en la localidad de Montmaneu a la edad de 73 años. El hijo de Carlos Beranguer Renaud y su nieto siguieron igualmente la carrera de las armas, ambos como marinos de guerra: uno llegaría a ser jefe de escuadra y presidente de la Junta del Almirantazgo y otro, ministro de Marina con Amadeo de Saboya y con Alfonso XII.
Obras de ~: Relación que comprehende generalmente la situación y consistencia de la Ysla de Chiloé, 1774.
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Juan Carrillo de Albornoz Galbeño