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Ramón Ignacio Yoldi

Biografía

Yoldi, Ramón Ignacio. Pamplona (Navarra), 1745 – ¿México?, 1784 pos. Ingeniero ordinario y teniente coronel de Ejército.

Era sobrino del gran ingeniero militar Silvestre Abarca, con quien llegó a La Habana al ser nombrado este último director subinspector del Cuerpo en Cuba. El 1 de septiembre de 1763 era admitido como ingeniero voluntario en Santo Domingo (isla de La Española) y en 1767 se encontraba trabajando, igualmente como ingeniero voluntario, en La Habana, “[e]mpleado en levantar los Planos y Perfiles para los proyectos de fortificación en esta Plaza, y asistiendo a las obras de la Cabaña, Morro, Atharés, y delineando lo que se ha ofrecido en casa del Ingeniero Director”.

El primer informe sobre Yoldi, de 1766, realizado por el ingeniero director de las obras en Cuba, Silvestre Abarca, señala el buen trabajo llevado a cabo por ingenieros y trabajadores en las obras de fortificación. Abarca solicitaba premiar su esfuerzo pidiendo la categoría de subteniente de Ingenieros para Antonio Fernández Trevejo y Ramón Ignacio Yoldi. Como consecuencia de tal solicitud, el día 13 de febrero de 1767, Yoldi era admitido en el Cuerpo de Ingenieros por un Real Despacho, como subteniente e ingeniero delineador.

Respecto a su trabajo como voluntario, existe un plano, a falta de firma, posiblemente realizado por Yoldi: Plano superior del Castillo del Morro situado a la Embocadura del Puerto de La Habana, el que se empezó a redificar por Enero de 1764, y se concluió por Septiembre de 1767 con todos los Edificios a prueba de Bomba.

En su hoja de servicios, de nuevo firmada por Silvestre Abarca, se dice de él: “Este voluntario entró en el Cuerpo de Ingenieros el día 13 de febrero de 1767. Su conducta buena, theorica regular y práctica la va adquiriendo en estas obras, puede serbir en Campaña y los encargos que se le han dado correspondientes al Real Serbicio los ha executado a su satisfacción”.

En los años setenta, Yoldi trabajaba en dos edificios emblemáticos de La Habana, Correos y la Fábrica de Tabacos. La construcción del de Correos se inició en 1770, según el proyecto elaborado por el ingeniero Silvestre Abarca. Su fachada fue posiblemente realizada por el ingeniero Ramón Ignacio de Yoldi, como se refleja en el dibujo inserto en el plano general para la remodelación de la plaza de Armas, firmado por él en 1773.

Según Yoldi, la obra de la fábrica de tabacos debía de comenzarse sobre el nuevo terreno adquirido, con el fin de no entorpecer los trabajos que se llevaban a cabo en la antigua factoría. Cuando este estuviese concluido, entonces se mudarían las estancias y se continuarían sin retraso con las tareas hasta que el otro frente finalizase. La construcción dio comienzo en marzo de 1773 con el derribo de las casas y cinco años más tarde estaba ya casi acabada. En 1779 se daba comienzo a la segunda parte, con el derribo del hospital de negros y de la antigua factoría.

En el proyecto de la plaza de Armas de La Habana, formado por el ingeniero del Ejército don Ramón Ignacio Yoldi, se representa una plaza “proporcionada a su numeroso vecindario […] con demostración de la hermosura de ella y utilidades que se seguirán al Real Servicio y al Bien Público”. Existía otra anterior más reducida, sobre la que este ingeniero diseñó una nueva, con mejor trazado y amplias dimensiones, de forma rectangular, de 90 por 45 varas de Castilla. En ella situó la Casa de Correos, “que se está construyendo y ha de servir de modelo para las otras que se han de fabricar en la Plaza”, y además dejaba solares para la Casa de Gobierno y el Cabildo, pendientes de construcción.

Yoldi había ordenado la plaza, formando una fachada falsa con arcadas de dos alturas que pasaría por delante del castillo de la Fuerza. En cuanto a la iglesia y su hospital adyacente fueron demolidos al estar situados junto a la fortificación y, aunque se respetaron las calles laterales y solo se construyeron los dos citados edificios (Casa de Gobierno y Cabildo y Casa de Correos), la plaza quedó perfectamente formada. En el plano, se representa un alzado del diseño original de la Casa de Correos, empleado como eje modular y estilístico del nuevo espacio urbano. Dicho alzado, especificado en la relación con la letra A, indica que la “casa de correos manifica que se está construyendo y debe servir de modelo para las otras que se han de fabricar en la plaza, todas uniformes en sus fachadas para mayor hermosura”.

La Habana sufría desde su fundación un grave problema en el suministro de agua al no disponer de manantiales próximos, teniendo que llevarla desde cierta distancia por medios terrestres o marítimos con embarcaciones, procedente de los ríos Luyanó o Chorrera. Dentro de la ciudad se construyeron cerca de 1.000 aljibes para almacenarla o centenares de pozos para poder solucionar el problema extrayéndola del subsuelo, aunque siempre subsistió la carencia señalada.

Como es natural, en el siglo XVIII fueron hechas numerosas gestiones a fin de atender esta necesidad, transportando el agua por medio de unas zanjas o conducciones, como se ha señalado, que evitaran el farragoso y lento sistema empleado hasta entonces. Las quejas sobre la escasez de fuentes en la población y su poco caudal eran continuas en aquellos años, y así otro plano del ingeniero Yoldi acompañaría a los expedientes formados sobre esta cuestión en 1773. En el mismo año, Yoldi levantó nuevo plano de la ciudad donde detalla el corto número de depósitos y fuentes, insuficientes para la población y por consiguiente para un buen sistema de evacuación y “que el pueblo pueda estar servido con alguna comodidad”. Sus afanes urbanizadores no se detenían, y también en 1773 proyectaba la plaza, anteriormente aludida, “proporcionada a su numeroso vecindario”, situada cercana al castillo de la Fuerza. Además, aún realizó otro proyecto de un sistema de pavimento con enmaderado para las calles y plazas de la ciudad, “equivalente al enlosado común de otras partes”, siguiendo la idea lanzada por el capitán general, marqués de la Torre.

Yoldi también estuvo destinado en el virreinato de Nueva Granada, donde recorrió más de 1.000 kilómetros al viajar de una ciudad a otra del virreinato, en función de las obras que debía visitar o dirigir su construcción.

En 1775 debía estar en la Península, ya que era destinado a la fracasada expedición de Argel. En 1779, Gibraltar fue sometido a un bloqueo marítimo que perseguía impedir la entrada de víveres y pertrechos en la colonia británica con el fin de rendirla. Para llevar a cabo tal operación, uno de los ingenieros destinados a esta operación, Bruno Caballero, solicitó desde Cádiz una serie de técnicos que ocupasen los puestos avanzados en San Roque y La Línea de la Concepción. En tal sentido, emitía una relación en Cádiz, el 25 de junio de 1779, y posteriormente otra el 31 de julio, en la que pedía otro grupo de ingenieros para el bloqueo, requiriendo, entre otros, los servicios del ingeniero extraordinario Ramón Ignacio de Yoldi. Este ingeniero, el 21 de agosto de 1781, ascendido a capitán de Ingenieros, era nombrado vocal de la Real Junta de Fortificaciones y comandante interino de las obras de defensa de la plaza e Cádiz.

De nuevo en Hispanoamérica, Yoldi figuraba como socio de la Real Sociedad Bascongada de Chihuahua (Nueva España) en 1784. Era ingeniero ordinario y teniente coronel de Ejército. En ese año realizaba el Plano del Castillo de San Carlos, situado en la costa occidental de la barra de Maracaibo, Venezuela.

Ramón Ignacio de Yoldi se convirtió en un renombrado cartógrafo, al que se deben, entre otros, los siguientes planos: Plano que demuestra el Proyecto general para la Factoría de Tabacos, 1772; Plano que demuestra el proyecto Gral. para la fábrica de Tabacos en el mismo terreno que oy existe…, 22 de junio de 1772; Plano de la Factoría, Hospital, Tendedero e Isla de Casas que oy existen, 1772; Proyecto para la formación de la plaza de Armas por Ramón Ignacio de Yoldi, 1773; Proyecto para la formación de una plaza en la Ciudad de La Habana, 1773; Plano de la ciudad de La Havana, en que se demuestra el corto número de depósitos de agua y fuentes que existen para tan crecido vecindario, las que se deben aumentar para que el pueblo pueda estar servido con alguna comodidad; Plano de la Ciudad de La Habana, 1775.

 

Bibl.: G. M. de Robles y Revilla, Extractos de las juntas celebradas por la Real sociedad bascongada de los Amigos del País en la villa de Bilbao, por septiembre de 1784, Vitoria, 1784; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; J. Aguilera Rojas, “La Habana la Vieja, mapas y planos en los archivos de España”, en Ciudad y Territorio. Revista de ciencia urbana, 63-64 (1983), págs. 99-110; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; Z. Márquez Terrazas y J. I. Tellechea Idígoras, “Socios de la RSBAP en Chihiuahua, (México)”, en La Real Sociedad Bascongada y América. III Seminario de Historia de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, San Sebastián, Fundación BBVA, 1991, págs. 171-186; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1994; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.; A. García Santana, “Pedro de Medina y el barroco andaluz en La Habana de finales del siglo XVIII”, en Quiroga, Revista del Patrimonio Iberoamericano, 5 (2014), págs. 60-73; P. Cruz Freire, Silvestre Abarca. Ingeniero de la Monarquía Hispana, tesis doctoral, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2016; M. Gámez Casado, “Ingenieros militares en la Nueva Granada durante el siglo XVIII. Movilidad, proyectos y expediciones”, en Revista de Indias, 89, 277 (2019), págs. 765-796.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño