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José Ignacio Aguirrebengoa y Aguirre

Biografía

Aguirrebengoa y Aguirre, José Ignacio. Zumárraga (Guipúzcoa), 5.VII.1765 – París (Francia), 1848. Comerciante y banquero, corresponsal del Banco Español de San Fernando y del Banco de Isabel II en París.

Era el quinto de los hijos del matrimonio formado por Tomás Aguirrebengoa y María Francisca de Aguirre.

Como tantos segundones en el País Vasco, José Ignacio debió probar fortuna fuera del entorno familiar.

Junto con su paisano Juan de Eguren emigró a la Nueva España. Allí contrajo matrimonio con Ana Francisca de Aguirre. Fueron sus hijos María Jesús y José María, nacidos ambos en la Nueva España.

En México, y formando compañía mercantil con Juan de Eguren, José Ignacio pronto consiguió hacerse con un capital, lo que le permitió invertir también en la actividad minera e incrementar aún más su fortuna. Su prosperidad en los negocios y sus relaciones con el virrey de la Nueva España le llevaron, en 1811, a solicitar de éste el apoyo económico para los que en la metrópoli luchaban contra los ejércitos de Napoleón. A partir de ese momento, Aguirrebengoa se convirtió en el paladín de la campaña española contra los franceses, encargándose de conseguir fondos para enviarlos a la metrópoli para sufragar los gastos de la guerra. Y cuando años más tarde estalló el movimiento de independencia en México, José Ignacio se puso del lado del Gobierno de Madrid y no de los principios independentistas proclamados y apoyados por la elite criolla. En consecuencia, Aguirrebengoa se vio forzado a salir del país una vez proclamada la independencia, como ocurrió con otros recién llegados o nacidos en la metrópoli. Con él se llevó una parte del capital disponible, dejando bienes y negocios en México. Su destino primero en Europa fue el puerto de Burdeos, donde abrió una casa-banca, de la mano de su yerno José Javier Uribarren, trasladándose posteriormente a París. Los acontecimientos vividos en México debieron marcar a José Ignacio, quien a pesar de haber fijado su residencia en Francia declaraba “[n]o por esto he dejado de ser español, ni perdido los derechos de tal porque siempre he permanecido y permanezco miembro de mi nación y ciudadano de mi patria”.

Los apoyos financieros prestados al Gobierno español, además de su capacidad económica y experiencia en los negocios ultramarinos, le valieron a él y sus sucesores la corresponsalía del Banco de San Fernando y posteriormente del Banco de Isabel II y del Banco de España en París. Primero desde Burdeos y luego desde la capital francesa, la casa dirigida por José Ignacio se convirtió en una de las más dinámicas al servicio del banco nacional español, actuando en ocasiones en compañía de los Rothschild Hermanos parisinos, no sólo como corresponsales sino como prestamistas del Gobierno de Madrid. Además, la participación en el comercio ultramarino y su relación con otras bancas de Londres como la de los Murrieta, que al igual que ellos fueron corresponsales de la banca nacional española en la capital británica, sumaron eficacia a la gestión de Aguirrebengoa para proceder a liquidaciones patrimoniales en América y trasvasar posteriormente a Europa el capital de cuantos desearon abandonar su residencia americana y solicitaron sus servicios. Relacionados como estaban con el Gobierno español, proporcionaron a sus clientes la posibilidad de invertir en Deuda Pública, tanto española como francesa.

Los hijos de José Ignacio Aguirrebengoa participaron en los negocios de su padre tanto en Burdeos como en París. María Jesús, que se había casado en México con el vizcaíno José Javier Uribarren, siguió perteneciendo a la firma bancaria que había fundado su padre, y que continuaría bajo la razón Aguirrebengoa fils et Uribarren con sede en París. Por su parte, el otro hijo de José Ignacio, José María, se trasladó a Cádiz después de haber permanecido por un tiempo en Burdeos junto a su padre. En la ciudad gaditana abrió una casa mercantil con agentes en Estocolmo, Gotemburgo, Riga, Odesa y Londres, al tiempo que continuó como socio de la banca familiar de París.

Fruto de la actividad económica y éxito de los negocios de José Ignacio Aguirrebengoa fue el elevado número de propiedades rústicas y urbanas que dejó a sus herederos, tanto en España como en Francia, así como títulos de Deuda Pública, y su participación en diversos negocios mercantiles e industriales. También para su villa natal dejó un legado que sirvió para costear diversas obras públicas y el establecimiento y mantenimiento de una escuela de primeras letras.

 

Fuentes y bibl.: Biblioteca Nacional de México, ms.12962/49-2 y 30; Gaceta del Gobierno de México, t. II, n.º 50 (26 de abril de 1811), págs. 375-378; Archivo Histórico de Protocolos de Cádiz, sign. 2572, fol. 1.907v.; Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, legs. 32013, 32014 y 32019; Archivo Histórico del Banco de España, Libro de Contabilidad Mayor, n.os 517 y 731.

M.ª M. Gárate Ojanguren, “Finantial circuits in Spain: merchants and bankers, 1700-1914”, en A. Teichova, G. Kurgan- van Hentenryk y D. Ziegler (eds.), Banking, Trade and Industry. Europe, America and Asia from the Thirteenth to the Twentieth Century, Cambridge, Cambridge University Press, 1997, págs. 78-81.

 

Montserrat Gárate Ojanguren