Ricoy, Alberto. San Miguel del Campo, Cotobade (Pontevedra), f. s. XVII-p. s. XVIII – ?, c. 1790. Maestro de obras.
Las primeras referencias en relación con la actividad como maestro de obras de Alberto Ricoy conducen a la localidad coruñesa de Puentedeume. Aquí participó en un buen número de obras, que fueron financiadas por el arzobispo compostelano Bartolomé Rajoy y Losada, que ejerció una destacada labor de mecenazgo en su villa natal. Así, su intervención se constata en dos de las más significativas construcciones llevadas a cabo en las décadas de 1750 y 1760, como las obras del convento de los agustinos y las de la iglesia nueva de Puentedeume, los dos diseños del dominico fray Manuel de los Mártires. En ocasiones se ha atribuido al propio Ricoy la autoría de las tres torres que rematan la fachada de la iglesia, obra que contrató en 1761, aunque la adjudicación de su diseño, basada en diferencias estilísticas con el conjunto de la fachada —un barroco recio y monumental que contrasta con el carácter marcadamente decorativo, y hasta festivo, con que se conciben las torres—, no concuerda con la trayectoria seguida por el maestro, más tendente a la interpretación de trazas ajenas, en alguna ocasión al diseño de empresas meramente utilitarias, o en la línea de un barroco popular. Quizá por ello, parece más asequible la atribución de templos de factura más tosca, como el de San Martín del Puerto (Cabañas, La Coruña), en el que posiblemente contó con la colaboración de su hermano, Melchor Ricoy, maestro de obras al igual que él, o la Capilla de Nuestra Señora de Covés, reedificada hacia 1761. De carácter exclusivamente funcional son las diez lonjas, sufragadas también por Rajoy, que levantó junto al puerto en 1763, destinadas a almacenes o a albergar otras labores en relación con la actividad pesquera.
Otra de las obras vinculadas al arzobispo que han generado mayor controversia en cuanto a la paternidad de su traza es la del palacio que el prelado mandó construir en la villa eumesa, se especuló incluso con el nombre de Ricoy, algo poco probable atendiendo a los argumentos esgrimidos para el caso de la iglesia parroquial.
En Santiago, junto con Juan López Freire, el Mayor, contrató en 1767 la primera fase de la obra del Seminario de Confesores, Consistorio y Cárceles —hoy Ayuntamiento— que comprendió la construcción del edificio hasta la altura de la plaza del Obradoiro.
Su intervención en la Catedral de Lugo pasó por ser uno de los momentos menos afortunados en la trayectoria profesional del maestro de obras. Siguiendo las trazas para la nueva fachada neoclásica que Julián Sánchez Bort había dado en 1769, hacia el año 1776 Ricoy contrató la conclusión de las bóvedas de los pies de la iglesia, una empresa cuya financiación, puesto que se liquidó más del total de lo presupuestado en una primera fase finalizada en 1775, fue asumida por el canónigo tesorero, Tomás Ramírez de Arellano. Sin embargo, los trabajos no se desarrollaron como quizá hubiera cabido esperar, persistieron problemas económicos o de otra índole, hasta tal punto que, en 1777, se requirió al arquitecto Miguel Ferro Caaveiro para reconocer la obra. El informe de Caaveiro fue sumamente negativo, denunció no sólo las desviaciones respecto al proyecto original, sino que incluso llegó a proponer el derribo de lo construido, como la solución más acertada.
De nuevo en Compostela, actuó como asentista junto con José Pérez Machado en la obra del nuevo edificio para la Universidad, concretamente en la construcción de su ala Este, siguiendo para ello las trazas de Miguel Ferro Caaveiro, que dirigió la obra entre 1785 y 1792, sustituido en este cargo por fray Plácido Caamiña. Ésta es la última obra en la que se constató la participación de Alberto Ricoy, que por fallecimiento fue sustituido por su hermano Melchor.
Obras de ~: Iglesia de San Martín do Porto, Cabañas (La Coruña), 1759-1760; Capilla de Nuestra Señora de Covés, Puentedeume (La Coruña), 1761; Lonjas para pescadores, Puentedeume (La Coruña), 1763.
Bibl.: M. Murguía, El arte en Santiago durante el siglo XVIII, Madrid, Est. Tipográfico de R. Fé, 1884; J. Couselo Bouzas, Galicia artística en el siglo XVIII y primer tercio del XIX, Santiago, Imprenta del Seminario, 1932, págs. 563-567; A. Couceiro Freijomil, Historia de Puentedeume y su comarca, Puentedeume, Ed. Compostela, 1944; M.ª S. Ortega Romero, “Noticias sobre la construcción del Ayuntamiento de Santiago de Compostela”, en Cuadernos de Estudios Gallegos, vol. 21 (1966), págs. 81-101; F. Olbes, “Los hermanos Ricoi”, en Museo de Pontevedra, vol. XXXIX (1985), págs. 255-264; J. García-Alcañiz Yuste, Arquitectura neoclásica en Galicia. S. XVIII al XIX. (Historia y estética), tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, Servicio de Reprografía, 1986, 2 vols.; M.ª D. Vila Jato, “Aspectos del mecenazgo del arzobispo Rajoy: sus construcciones en Puentedeume”, en Homenaje al polígrafo eumés D. Antonio Couceiro Freijomil en el primer centenario de su nacimiento 1888-1988, La Coruña, Diputación Provincial, 1990, págs. 185-197; A. Vigo Trasancos, “El Arzobispo Compostelano Bartolomé Rajoy y Losada (1751-1772). Gusto artístico y mecenazgo arquitectónico”, en Norba-Arte (Universidad de Extremadura, Departamento de Historia del Arte), vol. XIII (1993), págs. 115-140; R. Y zquierdo Perrín, “Arquitectura neoclásica en la catedral de Lugo”, en Congreso Nacional de Historia de la arquitectura y el arte. “Experiencia y Presencia Neoclásicas”, La Coruña, Universidade, 1994, págs. 109-125; M.ª C. Folgar de la Calle, “O edificio da Universidade”, en O patrimonio histórico da Universidade de Santiago de Compostela. Estudios, Santiago, Universidade, 1996, págs. 44-54.
Irene Mera Álvarez
