Sempronius Fidus, Caius. C(aius) Sempronius M(arci) f(ilius) Gal(eria) Fidus. Calahorra, (antes Calagurris) (La Rioja), s. m. s. I – ?, p. m. s. II. Sacerdote de la provincia Hispania citerior y militar de rango ecuestre.
Nacido en la segunda mitad del siglo i de nuestra era, Caius Sempronius Fidus perteneció a la familia de los Sempronios de Calagurris y, como miembro de la élite local, pudo prescindir del desempeño de cargos en la administración urbana para ser promocionado directamente al rango ecuestre.
Al servicio del estado desarrolló una larga carrera militar como oficial con mando de tropas (tribunus militum) en cuatro legiones. La primera de ellas fue la IV Scythica, estacionada en Capadocia; la segunda, la VI Ferrata, que operaba en la provincia de Siria y que sería desplazada a Bostra tras anexionar Trajano el estado nabateo el año 106; más tarde pasó a la III Gallica, también en Siria. En los tres casos se trataba de unidades desplegadas en el frente oriental que tuvieron una participación directa en los acontecimientos bélicos durante el reinado de Trajano (98-117). Al término de esta estancia en el próximo Oriente, Caius Sempronius Fidus fue trasladado a Britannia, donde ejerció de nuevo como oficial en la legión XX Valeria Victrix, una unidad que durante el reinado de Domiciano (81- 96) participó en los combates contra los pueblos del norte de Gran Bretaña y que sería luego estacionada en Chester para vigilar el territorio de Gales.
Concluida su etapa en el Ejército Caius Sempronius Fidus regresó a la Península Ibérica, donde la asamblea provincial de la Hispania citerior (concilium provinciae) le eligió para desempeñar el sacerdocio del culto imperial en el templo de Roma y Augusto en Tarraco, la capital de la provincia. Esta actividad le valdría, como era costumbre, la colocación de un pedestal con su estatua en el foro provincial de esta ciudad a finales del siglo i o comienzos del siglo ii; el texto grabado en ese monumento es la única información que tenemos sobre la vida de este oficial calagurritano.
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Géza Alföldy y Juan Manuel Abascal Palazón