Saeta, Francisco Javier. Piazza Armerina, Enna (Italia), 22.IX.1664 – Caborca, Sonora (México), 2.IV.1695. Religioso jesuita (SI) y misionero.
A los quince años ingresó en el Colegio de la Compañía de Jesús de Palermo. Entre 1679 y 1691 completó el noviciado, dos cursos de Humanidades, tres de Filosofía, tres años de magisterio y tres cursos de Teología en el Colegio palermitano, en Mesina y en su ciudad natal de Piazza Armerina, también en Sicilia.
Durante su formación dio tempranas muestras de interés por el ministerio misional. Ya en 1682, por indicación de su director espiritual y del rector del Colegio de Palemo, escribió al general padre Noyelle para ofrecerse como misionero, sin especificar un destino predilecto. Cinco años más tarde, volvería a escribir, esta vez al nuevo general de la Compañía, padre Tirso González, recordando su anterior ofrecimiento como misionero; señaló entonces su preferencia por México o Filipinas, indicando que había aprendido español por su propia cuenta. Insistió en sus cartas al general de la Compañía hasta siete veces más antes de 1691, fecha en la que declaraba gozar de excelente salud, recordaba su conocimiento del idioma y sugería la posibilidad de terminar sus estudios en México. Por fin llegó la orden de su ansiado destino y a finales del verano de 1692 partió de Génova en dirección a Cádiz y Veracruz. Ya en México, fue ordenado sacerdote en diciembre del mismo año e inició su cuarto y último año de Teología en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo de la capital virreinal, haciendo su tercera probación en el Colegio del Espíritu Santo de Puebla.
En febrero de 1694 se encontraba en el centro misional de Matapé, en Sonora, desde donde se dirigió a la misión de Nuestra Señora de los Dolores, a cargo del padre Kino. Allí, el visitador de las misiones septentrionales, Juan Muñoz de Burgos, le encargó establecerse en la recién fundada misión de Caborca, a la que llegó el 21 de octubre de 1694 acompañado por Kino.
Con el apoyo de éste, la misión se consolidó bajo la dirección de Saeta: levantó un nuevo edificio, enseñó el catecismo a los indios y les instruyó para reproducir el ganado, labrar los campos y edificar mejor sus viviendas. No obstante, los tempranos logros fueron insuficientes para mantener a los ochenta indios recogidos y a los forasteros que se iban sumando y Saeta se vio obligado a emprender un viaje para recoger limosnas por las misiones de Sonora. A finales de enero de 1695, en Nuestra Señora de los Dolores, se reunió con Kino y juntos hicieron planes para el establecimiento de las misiones de California. Ya de regreso a Caborca, Saeta informó a Kino que los indios hojomes habían atacado la misión de San Pedro de Tubutama. Al día siguiente, Sábado Santo, 2 de abril de 1695, unos indios forasteros y hostiles llegaron a la misión de Saeta.
Éste intentó apaciguarlos, pero murió asaeteado junto a otros cuatro indios de su misión. Al mes siguiente su cuerpo fue llevado a Cucurpe y enterrado en la iglesia de la misión. Se ha dicho que sus restos fueron posteriormente trasladados hasta Sicilia, sin que esta afirmación pueda confirmarse.
Bibl.: E. F. Kino, Vida del P. Francisco J. Saeta, S.J. Sangre misionera en Sonora, ed., pról. y notas de E. J. Burrus, México, Editorial Jus, 1961; C. E. O’Neill y J. M. Domínguez (dirs.), Diccionario histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico- Temático, vol. IV, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societas Institutum-Universidad Pontificia de Comillas, 2001, págs. 3461-3462.
Jaime J. Lacueva Muñoz
