Lastarria, Miguel José de. Arequipa (Perú), V.1759 – España, 1.I.1827. Fiscal del Crimen de Buenos Aires, escritor.
Hijo de Antonio José Lastarria, y de Antonia Villanueva, vecinos de Arequipa en los reinos del Perú.
En los Reales Estudios de la ciudad de Lima dio los exámenes de Filosofía y Teología Dogmática, y fue allí colegial del Real Seminario de Santo Toribio, y recibió en las primeras cuatro órdenes (1774). Luego pasó al reino de Chile y en la ciudad de Santiago ingresó al Real Convictorio de San Carlos (10 de enero de 1779) y se matriculó en tal carácter en la Facultad de Cánones y Leyes de la Real Universidad de San Felipe (11 de febrero de 1779). Durante sus estudios en el Real Convictorio de San Carlos sirvió como pasante interino de Teología (del 1 de febrero de 1779 al 18 de mayo de 1780) y luego en propiedad (del 18 de mayo de 1780 al 26 de mayo de 1782). Recibió el grado de bachiller en Cánones y Leyes por la Real Universidad de San Felipe (6 de noviembre de 1782) y un año más tarde obtuvo los mayores de licenciado y doctor en ambas Facultades (13 de enero de 1783) y antes de que acabara aquel año fue recibido como abogado por la Real Audiencia de Santiago de Chile (28 de noviembre de 1783).
El regente de la Real Audiencia de Santiago de Chile y presidente interino del reino, don Tomás Álvarez de Acevedo, le nombró director y administrador de las minas de azogue de Coquimbo (1788) y allí se trasladó junto a su mujer, dedicándose al trabajo de las minas y tiempo después regresó a Santiago de Chile, donde actuó como asesor del gobernador marqués de Avilés, en cuya compañía pasaría a Buenos Aires, cuando aquél fue promovido a virrey del Río de la Plata, donde actuó como su “asesor y secretario de confianza”, desplegando una amplia actividad de fomento económico y comercial y de defensa de las posesiones de la banda oriental frente a las amenazas portuguesas. Acabado el gobierno del marqués de Avilés pasó a los reinos de España a dar cuenta de su residencia (1803) y allí fue nombrado para que asistiera a la Junta de Generales consultiva de fortificaciones de las Indias, lo que hizo durante tres años (1805-1808).
El Consejo de Regencia, sobre consulta de la Comisión de España e Indias (23 de diciembre de 1809), le hizo merced de la plaza de fiscal de lo Civil y Criminal de la Real Audiencia de Quito (19 de febrero de 1810), que se hallaba vacante por fallecimiento de Andrés José de Iriarte y se le despachó título a los pocos meses (13 de mayo de 1810) y en el año siguiente fue promovido a la fiscalía de Real Hacienda de Buenos Aires (13 de junio de 1811), plaza de la que no tomó posesión debido a las alteraciones de la independencia.
Se mantuvo en los reinos de España y, sin pretender plaza alguna, desplegó una incesante actividad por mover, primero a la Regencia y luego a las Cortes y al Monarca, a ejecutar muchos de los planes ilustrados que había concebido durante su estancia americana, junto al marqués de Avilés y así, por ejemplo, aprovechando su experiencia y conocimientos mineros, presentó una “Nota sobre la importancia de un establecimiento Químico Mineralógico en Chile” (8 de mayo de 1810), ocupándose también en sugerir una serie de medidas para la recuperación y mantenimiento de las posesiones de la Corona en la América del Sur, cuestiones sobre las que escribió tres tomos titulados Reorganización y Plan de Seguridad de las colonias orientales del Río de la Plata y un opúsculo nombrado Río de la Plata de la Real Corona y Sedición o Apéndice a su Memoria cronológica sobre los Derechos de las Reales Coronas de España y de Portugal en América Meridional y para tratar de estas proposiciones e informar sobre ellas se mandó formar una Junta (7 de septiembre de 1816) integrada por los ministros del Consejo de Indias José Pablo Valiente, Francisco Arango y Manuel de la Bodega, junta de la que el mismo Lastarria fue nombrado secretario y dos años más tarde presentó una extensa Memoria sobre el estado de las colonias de América meridional (26 de diciembre de 1818), sin que se resolviera nada sobre ello y ya, durante el régimen constitucional, nuevamente tuvo ocasión de proponer algunas de sus ideas al actuar como diputado suplente por Lima en las Cortes (1820-1821).
Obras de ~: Reorganización y Plan de seguridad esterior de las mui interesantes colonias orientales del Rio Paraguai o de la Plata, 1803 (ms.); Apuntes geodésico-políticos, relativamente a la nueva división territorial de la Península de España, para verificar el cumplimiento del artículo 11 de la Constitución Política, Cádiz, 1813; Río de la Plata de la Real Corona y Sedición o Apéndice a su Memoria cronológica sobre los Derechos de las Reales Coronas de España y de Portugal en América Meridional, s. f. (ms.).
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Estado, 78, n. 47; Estado, 85, n. 61; Estado, 87, n. 36; Estado, 89, n. 11; Archivo Nacional Histórico de Chile, Universidad de San Felipe, lib. 7, fols. 60r.-63r.; Universidad de San Felipe, lib. 9, fols. 301r.-307r.; Universidad de San Felipe, lib. 14, fols. 153r.-160r.
J. T. Medina, Biblioteca Hispano Chilena (1523-1817), III, Santiago de Chile, Imprenta Elzeviriana, 1899, pág. 446; A. Fuenzalida Grandón, Lastarria y su tiempo (1817-1888).
Su vida, obras e influencia en el desarrollo político e intelectual de Chile, I, Santiago de Chile, Imprenta Barcelona, 1911, págs. 7-8; J. T. Medina, Historia de la Real Universidad de San Felipe de Santiago de Chile, I, Santiago de Chile, Imprenta y Litografía Universo, 1928, págs. 531 y 543; M. Burkholder y D. S. Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers in the Americas, 1687-1821, Westport, Greenwood Press, 1982, pág. 178; R. Abadie, “La común función de Chiquitos e Itatin en el pensamiento de Miguel Lastarria”, en Anuario del Archivo y Bibliotecas Nacionales de Bolivia (1997), págs. 139- 150.
Javier Barrientos Grandon
