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Cristiano Pontifeser Worelin

Biografía

Pontifeser Worelin, Cristiano. Chiusa (Alemania), 1653 – 2.XII.1706. Capuchino (OFMCap.), predicador, confesor real.

Cristiano Pontifeser nació en la villa de Chiusa, en la provincia de Bolzano, a principios de 1653. Sus padres eran Pedro Pontifeser y Ana María Worelin.

Recibió una formación esmerada, como era típico de su nivel social, y obtuvo un brillante doctorado en Filosofía y Derecho. Ingresó en los capuchinos en el Convento de Ausburgo, el 30 de julio de 1673, a los veinte años de edad, allí cambió su nombre de bautismo por el de Gabriel de Chiusa. Se ordenó sacerdote en 1679. En 1682 fue destinado nuevamente a Ausburgo, donde se convirtió rápidamente en un famoso predicador y defensor de la fe católica, desempeñando su ministerio entre católicos y protestantes.

En 1685, el príncipe elector Felipe Guillermo, que se encontraba al frente del Palatinado, pidió como médico de cabecera al capuchino Emerico de Weser, por lo que los superiores consideraron prudente que le acompañese a residir al palacio de Heidelberg el joven Gabriel de Chiusa. En la elección del padre Gabriel como compañero debió de influir también el príncipe, que veía en el predicador un buen elemento a favor de la cruzada católica. Para este momento el predicador gozaba ya de gran fama de controversista y de eminente orador, que llevará a la conversión de un número significativo de protestantes en el seno de la Corte. Aunque el religioso deseaba retornar a la vida claustral y quietista, a mediados de 1690 se le encomendó que acompañese al príncipe elector a Viena.

Nuevamente mostró su dificultad hacia el tipo de vida que se llevaba en la Corte, pero recibió la consigna de trabajar por el bien de la religión y de su propia familia religiosa, por lo que el padre Gabriel debería continuar en la Corte, intentando acercar a todos a la fe.

En diciembre de 1698, con la muerte del jesuita Juan Bodler, confesor real, la electriz Isabel Amalia, que en ese momento era ya viuda de su esposo Felipe Guillermo, pensó en el padre Gabriel para sustituir al jesuita; lo cual vino confirmado por la Santa Sede el 25 de enero de 1691, con el permiso al religioso para que residiese en el palacio y pudiese usar carroza en sus viajes.

Con la muerte de María Luisa de Orleans, esposa de Carlos II, fue elegida para sustituirla y dotar de descendencia a la Corona española a Mariana de Neoburgo, hija de los príncipes palatinos. La boda se celebró por poderes el 28 de agosto de 1689 y el 3 de septiembre salió Mariana camino de España. El matrimonio se consumó el 4 de mayo en Valladolid y el 30 entraron los Reyes en Madrid. La reina pronto gozó de la antipatía del pueblo español, que se agravó en su postura desde el momento en que murió la Reina madre y ella se mostró como la Soberana. Ante la incomprensión social, política y religiosa, la Reina decidió buscar un confesor que le pudiera ser afín y dar la paz que ella necesitaba. A tal efecto escribió a la electriz y al general de los capuchinos, solicitando la presencia en Madrid del padre Gabriel, para que le diese paz y sosiego.

Después de innumerables maniobras y dificultades, el 15 de abril de 1692 partió el capuchino de Neoburgo para Madrid, en un viaje sin retorno y a pie, como mandaba la Regla de San Francisco, y llegó a la Corte el 26 de junio. La reina Mariana se movió con gran rapidez y, un mes más tarde, el 28 de julio, nombró al padre Gabriel su confesor, cargo en el que permaneció por más de diez años. Para septiembre de aquel año, la Reina había logrado ya la confirmación de la Santa Sede. A partir de este momento el confesor entró en la estructura de la Corte madrileña, y sintió el fuerte rechazo existente hacia los alemanes.

Al confesor le correspondió estar presente en el difícil y sinuoso momento de la sucesión real, apoyando la postura de la Reina, hasta el 4 de junio de 1699 en que solicitó a sus superiores abandonar la Corte de Madrid. Con todo, el 2 de febrero de 1701 acompañó a la Reina a Toledo. Concluida su tarea en la Corte española se trasladó a Italia, y permaneció confinado en el Convento de Urbino, hasta 1706, en que hizo un viaje a su provincia del Tirol que ya no tuvo retorno, porque falleció el 12 de diciembre de ese mismo año en su ciudad natal.

 

Bibl.: M. da Rossiglione, Cenni biografici e ritratti di padri illustri dell’ordine capuccino: sublimati alle dignità ecclesiastiche dal 1581 al 1804, vol. III, Roma, Bertinelli, 1850; A. Hohenegger y P. B. Zierler, Geschichte der Tirolischen Kapuziner- Ordensprovinz (1593-1893), Innsbruck, Wagner, 1913-1915, 2 vols.; “Gabriel a Chiusa”, en Lexicon Capuccinum. Promptuarium Historico-Bibliographicum OFMCap (1525-1950), Romae, Biblioteca Collegii Internationalis S. Laurentii Brundusini, 1951, págs. 652-653; “Un capuchino alemán en la corte de Carlos II el Hechizado: el P. Gabriel de Chiusa, confesor de la Reina Mariana de Neuburg”, en Collectanea Franciscana, 34 (1964), págs. 131-176.

 

Miguel Anxo Pena González, OFMCap.

 

 

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