Lerga Donamaría, José. San Martín de Unx (Navarra), 28.II.1816 – 26.V.1892. Mariscal de campo carlista y caballero de San Fernando.
A los dieciséis años, al comienzo de la guerra carlista, se puso bajo las órdenes del coronel Eraso. Formó parte de la expedición de Guergué a Cataluña. Su acción valiente en Orgañá le valió el ascenso a teniente. La misma zona sería testigo de otros encuentros, como el de Perutillo (Lérida), el 28 de febrero de 1836, por cuya acción se le concedió la cruz de San Fernando de 1ª clase. Por su comportamiento en el Bruch, el 15 de marzo de 1836, donde fue hecho prisionero el batallón de Oporto, se le dio el empleo de capitán.
En Casbás (Huesca) cayó prisionero y estuvo a punto de ser fusilado. Canjeado por otros prisioneros, se le destinó al 12° batallón de Navarra, con el que partió nuevamente hacia Cataluña. Fue herido en el ataque de Huesca y tras su recuperación se le encomendó el mando de la compañía de granaderos, pero con tan mala suerte que otra vez fue herido en la batalla de Villar de los Navarros (Zaragoza), el 24 de agosto de 1837, por lo que se le concedió el grado de teniente coronel.
En la acción de Monreal (Navarra) recibiría nuevas heridas, esta vez de gravedad. Tras el Convenio de Vergara se refugió en Francia.
De regreso a su casa, desempeñó el oficio de tapicero, pero la falta de trabajo y la pobreza de sus padres le hicieron regresar a Francia en 1847. Allí recibió dos años después, según él, las amenazas de jefes carlistas, que le obligaron a entrar en España en enero de 1849 con las armas en la mano, consiguiendo desertar días después, tras lo cual solicitó el indulto a Isabel II.
En la última guerra carlista se unió a Ollo, enrolándose en el primer batallón de Navarra. En el ataque a Villaro (Vizcaya) cayó herido y fue hecho prisionero. Por esta acción se le nombró coronel en abril de 1873, encomendándosele la jefatura del 3er batallón de Navarra. El 6 de febrero de 1874 fue ascendido a brigadier y el 7 de octubre de
Fue jefe de la primera división, comandante general de Navarra y gobernador militar de Estella. Al finalizar la guerra emigró y a su regreso a España rechazó los empleos y honores que le ofreció el gobierno liberal, prefiriendo trabajar de jornalero en las carreteras de Navarra, hasta que, debido a su avanzada edad, fue recogido por el párroco de su pueblo natal, en cuya iglesia falleció. En su mausoleo sus compañeros pusieron en 1892 la siguiente leyenda: “Espejo de humildad y sacrificio, tesoro de fidelidad y valor. Los que acaudillaste honran tu memoria”. A ella añadió en 2008 la Fundación de Amigos de la Historia del Carlismo una placa de mármol en la que está escrito: “Por ser fiel a sus ideales renunció a una capitanía general, y terminó sus días picando piedra en la carretera. Murió en el coro de la iglesia parroquial, mientras rezaba las vísperas”.
Estuvo condecorado con las Grandes Cruces de Carlos III (1874) y al Mérito Militar por servicios de guerra (1875).
Obras de ~: Breve reseña de la vida militar de don José Lerga escrita por él mismo, Pamplona, 1892.
Fuentes y bibl.: Gaceta de Madrid; Hemeroteca Nacional; Escalafones del Arma de Infantería; Archivo General Militar de Segovia, expediente personal, L-690.
J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. II, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel Sánchez
