Gómez, Miguel Antonio. ?, 1731 – ¿Manila?, f. s. XVIII. Capitán e ingeniero ordinario.
En noviembre de 1753, el virrey marqués de las Amarillas, enviaba a Gómez como ingeniero voluntario a las obras de Veracruz. Más tarde, ya como ingeniero delineador con carácter interino de la dirección de dicha plaza, prestaba señalados servicios durante varios años. Por ello le fueron expedidas certificaciones de aptitud por el coronel ingeniero en jefe, Carlos Luján, y por el brigadier e ingeniero director, Lorenzo Solís. Permaneció en Nueva España hasta diciembre de 1756.
En 1761 debía estar en las islas Filipinas, ya que el arzobispo de Manila (también gobernador general de las islas) concedió a Gómez título de capitán de Infantería e ingeniero ordinario. Con el objeto de legalizarlo, remitió la correspondiente consulta pidiendo la confirmación del nombramiento, pero el galeón Santísima Trinidad, alias El Poderoso, que llevaba estos pliegos, fue apresado por los ingleses, cuestión que causaría que Gómez, a pesar de sus continuos trabajos como ingeniero, no quedara incorporado al escalafón del Cuerpo.
Respecto al puerto de Manila, en 1763, Antonio Gómez proyectaba unos diques de encauzamiento que evitasen la acumulación de arenas, que terminaban por cegar la entrada el citado puerto, en la desembocadura del río Pasig, con el objetivo de que pudieran entrar de nuevo los galeones de la “carrera de Acapulco”.
Por una carta del gobernador de Filipinas, de 24 de julio de 1764, se sabe que en dicho año llegó una Real Orden concediendo licencia a Miguel Gómez para que pudiera trasladarse a la península, aunque finalmente no debió utilizarla, ya que permaneció en las Filipinas. En efecto, según el gobernador y capitán general de las islas, no había en el país “absolutamente sujeto más idóneo” como ingeniero.
En junio de 1764 se le ordenaba que formase un Plan del estado en que se hallaba esta plaza [de Manila] cuando los enemigos [ingleses] la tomaron por asalto [1762] como del estado de su fortificación y del que tenga el día de hoy. En el Diario del citado sitio, escrito por Gómez (que al perecer fue retenido por los ingleses), este ingeniero señala que nada se había hecho para mejorar las defensas de la ciudad, desde el tiempo de Manrique de Lara (1663), realizando una detallada relación de las defensas existentes y de sus defectos, acentuados por la escasez de guarnición. En consecuencia, Gómez opinaba que la plaza no debía ser reparada, sino fortificada de nuevo, para lo que realizaba un Proyecto de fortificación para la plaza de Manila, seguido en los años de 1764 y 1765 de dos planos. Acompañaba su proyecto de una carta en la que suplicaba que “se le envíe un Ingeniero Delineador, alegando incapacidad física, pues a los treinta y cinco años, se encontraba ya cansado, apocada la vista, manco y lleno de accidentes havituales” (en Manila, a 22 de junio de 1764).
El proyecto serviría de base al formulado por el director general de Ingenieros don Juan Martín Cermeño, aprobado por el rey en 1766. Miguel Antonio Gómez trabajaba un año antes en la construcción de un hornabeque, en el frente de la marina, delante de la Puerta del Postigo y en el foso de la obra exterior o tenaza que cubría la puerta del Parán.
No obstante, siguió encargado de la dirección de las obras hasta el 11 de septiembre de 1767, en que fue sustituido por el ingeniero Feliciano Márquez, al que ayudó Miguel Antonio Gómez “con mucha aplicación” hasta mediados de diciembre de 1769, fecha en la que se retiró pretextando su mala salud. De él decía el ingeniero comandante de Manila, Dionisio O’Kelly, en una carta, fechada el 1 de enero de 1770: “Ha servido aquí muchos años a satisfacción de sus superiores”.
En 1776, se realizaba un intento muy interesante de relación comercial con la India, aunque finalmente no tuvo continuidad. El 25 de enero de 1776, en Cavite, estaba un barco listo para zarpar hacia Mysore (estado de Karnataka, India). Se trataba de un navío remodelado como fragata, con tres cañones a cada lado y bautizado con el nombre de La Deseada. Ramón Yssassi, comandante del barco y emisario del gobernador general, recibió las últimas instrucciones. Miguel Antonio Gómez, ingeniero militar que más tarde escribiría una detallada relación del viaje, figuraba como comandante segundo. Su nombramiento se debía a su conocimiento de la costa malabar y a sus brillantes servicios durante la ocupación británica de Manila en 1762. Esta comisión de Gómez nos dice claramente el alto concepto que disfrutaba, siendo digno de notarse el título de “comandante de la fragata” en que realizara el viaje. Con el plano apuntado iban adjuntos unos dibujos sobre las ceremonias y otras cosas que el ingeniero presenció en los puntos visitados, escribiendo sus observaciones sobre la vida en Mangalore. Describía los destructivos monzones, así como la fauna y flora de la región, la personalidad de los oficiales de la ciudad, las clases sociales y, especialmente, el tráfico comercial del puerto. Anotaba también con detalle la llegada y salida de los barcos, incluyendo sus orígenes, destinos y carga. Llegaban a Mangalore el 7 de abril de 1776.
El último dato de Gómez se conoce a través de una carta de don Simón de Anda y Salazar (gobernador de la capitanía general de Filipinas Manila) de 17 de enero de 1773, por la que se sabe que había vuelto al servicio activo, “con el mismo sueldo de veinticinco pesos mensuales que se le señaló en 1762”.
Obras de ~: Plano y Perfil del fuerte nombrado Nuestra Señora de la Concepción y del Triunfo de Panqui, en la isla de Mindanao, 1742; Plano ychnográphico de la Plaza de Manila, capital de las Yslas Philipinas y Archipiélago de San Lázaro, 1763; Plano del río de San Juan, que atraviesa el territorio de la estancia de Calamba, 1773; Plano del Proyecto para la fábrica de los Molinos de Pólvora, 1774; Mapa de los pueblos que llaman de la Rinconada de Mórong con los ríos que desaguan en la laguna de Bay, 1773; Plano de la barra, puerto, ríos, poblaciones y fortalezas de Mangalor, Covial y Ulaal, sobre la costa de Malabar a 13 grados latitud septentrional, perteneciente al reino de Canará, que con otros varios, posee el Nabad Hyder Ali Bahaader, levantado por orden superior por el Subteniente de Infantería Miguel Antonio Gómez, Comandante de la Fragata del Rey Nuestra Señora del Carmen Alias La Deseada, que desde la Bahia de Manila hizo el viaje a dicha costa el año de 1776 y regreso en la Monzon de 1777, 1778.
Fuentes y bibl.: M.ª L. Díaz-Trechuelo Spínola, Arquitectura española en Filipinas (1565-1800), Sevilla, Escuela de estudios Hispanoamericanos de Sevilla, 1959; “Las Fortificaciones de Manila en la Edad Moderna”, en Revista de Historia Militar, 8 (1961), págs. 27-46; “La defensa de Filipinas en el último cuarto del siglo XVIII”, en Anuario de Estudios Americanos, 21 (1964), págs. 145-209; H. Capel et al., Los Ingenieros militares en España, siglo XVIII: repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Universidad de Barcelona, 1983; I. González Tascón, “Tecnología constructiva portuaria. Los materiales de construcción. Instrumentos de medida. La entrada al puerto y su señalización. Los faros. Las técnicas de cimentación bajo el mar. La construcción de diques de abrigo. Aterramientos portuarios. Diques y espigones. Sistemas de dragado. El puerto comercial: Muelles. Tinglados. Pantalanes. Aduanas”, en Puertos y Fortificaciones en América y Filipinas, Madrid, Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, 1985, págs. 117-141; J. A. Calderón Quijano, Las Fortificaciones españolas en América y Filipinas, Madrid, MAPFRE, 1996; S. P. Escoto, “Haidar Alí: un intento frustrado de relación comercial entre Mysore y Filipinas, 1773-1779”, en Revista Española del Pacífico, 10 (1999), págs. 45-75; P. Luengo Gutiérrez, Manila, plaza fuerte (1762-1788): ingenieros militares entre Asia, América y Europa, Madrid, Ministerio de Defensa – CSIC, 2013.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño