Gragera Castillo, Leopoldo. Puebla de la Calzada (Badajoz), 5.I.1919 – Badajoz, 18.XII.1995. Pintor.
Leopoldo Gragera Castillo comenzó su formación en Madrid, alternando sus estudios de bachillerato con clases de pintura bajo el magisterio de Maximino Peña durante los años 1931 al 1934. Al año siguiente se traslada a Badajoz y continúa su formación artística durante tres años en la Escuela de Artes y Oficios con el maestro Covarsí. Finalizada la guerra civil vuelve a Madrid en 1939 y estudia pintura durante ocho años bajo la dirección de Julio Moisés, simultanea esta formación con las clases de dibujo de modelos en movimiento en la Academia de San Fernando, dirigida entonces por Eduardo Chicharro, y en el Círculo de Bellas Artes. En 1948 vuelve a Badajoz, donde se establece definitivamente. Se casa en 1951, año del fallecimiento de uno de sus maestros, Adelardo Covarsí, que había recibido la Medalla de Primera Clase por la obra El Montero de Alpotreque el año 1948 en que Gragera fijó su residencia en Badajoz.
Desde 1947 (fecha de la primera) participó en exposiciones colectivas en Badajoz, Madrid, Sevilla y Barcelona; se presenta en las Bienales Hispanoamericanas de 1951 y 1954, en la primera con la obra El maletilla y en la segunda consiguió el Segundo Premio con la obra Vendedor de limones. Expuso individualmente en Badajoz (con más frecuencia que en otros lugares), Mérida, Almendralejo, Zafra, Cáceres y en entre otros premios, fue Medalla de Oro del Círculo Pacense.
Leopoldo Gragera, aunque conocía la pintura de vanguardia española y europea de su tiempo a través de sus viajes, se decidió por una pintura figurativa; inspirada en la realidad, aunque interiorizada antes de acometer el lienzo con los pinceles, más concreta en los rostros y en las manos, que son las pruebas de oficio de todo pintor que trate la figura humana, y más desvanecida en los fondos; en composiciones sencillas, lejos de abigarramientos de personajes.
No se perciben claras influencias de su primer maestro, Covarsí, pero sí del segundo, Julio Moisés, y también de Vázquez Díaz y Benedito
Fue hombre de carácter sencillo, como sus composiciones, discreto, prudente hasta en su paleta y silencioso. La figura es el tema principal de la pintura de Gragera, ya en el retrato ya en la composición. Los fondos son sólo una alusión a la realidad, que es punto de partida. Muy representativas de este importante apartado de su producción son las gitanas y los gitanos de la Plaza Alta de Badajoz, los viejos y los campesinos; que no dejan de ser también otros retratos no encargados. Son figuras ausentes, soñadoras, ensimismadas, nostálgicas, captadas en un momento de su mismidad cotidiana. Sin embargo, poetizadas, elegantes, delicadas y dignas, aunque sean populares. En estas figuras es la mirada y la expresión de los rostros lo esencial. Gragera capta así magistralmente la psicología del modelo.
Después de la figura, el bodegón ocupó parte de su actividad pictórica. También el paisaje y la pintura de flores. Las pinturas de Gragera se caracterizan por el predominio de las tonalidades grises, perlinas, nacarinas; también por la utilización de los sienas, ocres y verdes; Son tonos de lograda ponderación, aplicados con suavidad, sin estridencias cromáticas, sin contrastes violentos de color. Su paleta es reducida y es en la tonalidad donde palpita su originalidad estética y su personalidad.
Gragera focalizaba las luces en puntos concretos de la composición y creaba una atmósfera grisácea muy personal.
El realismo de Gragera significa el encuentro del clasicismo y la modernidad en conjunción feliz. Sus figuras humanas - viejos, tipos populares, gitanos - parecen romper el lienzo con la interna fuerza que les imprime la influencia psicológica e individualizada del carácter
Leopoldo Gragera tiene obras, además de en el Museo de Bellas Artes de Badajoz (Estudio de un anciano, Retrato de una pintora, Melancolía, Bodegón), en la Caja Rural de Almendralejo, el Casino de Zafra y en colecciones privadas de España, Francia y Portugal.
Obras de ~: Estudio de anciano, 1954; El maletilla, 1957; El sordo, 1979; Retrato de Doña Concha Martínez, 1952; Retrato de Doña María Luisa Sanz Calcedo, 1972; Retrato de gitana, 1959; Bodegón de los abejarucos, 1951; Bodegón de flores, 1973.
Bibl.: VV. AA., Leopoldo Gragera Castillo, cat. exp. Badajoz, Caja de Badajoz, 1990; M. J. Ávila Ruiz, "Pintores y escultores extremeños en las Bienales Hispanoamericanas de Arte", en Norba, Revista de Arte, t. XII (1992), págs. 203 -230; R. Hernández Nieves, Museo de Bellas Artes de Badajoz. Catálogo de pinturas, Badajoz, Museo de Badajoz, 2003, págs. 387-390; Guía del Museo de Bellas Artes de Badajoz, Badajoz, Museo de Bellas Artes, 2014. pág. 130; A. Gragera Alonso, Leopoldo Gragera (1919 – 1995), Badajoz, Diputación, 2014.
Román Hernández Nieves