Aguirre e Ybarzábal, Jacinto de. Vitoria (Álava), 11.IX.1820 – Talavera de la Reina (Toledo), 1894. Benefactor.
Hijo de Prudencio Aguirre Gorbea —natural de Vitoria, donde fue bautizado el 28 de abril de 1785— y de Gregoria Ybarzábal Aguirre —bautizada el 24 de abril de 1787—, que contrajeron matrimonio el 11 de febrero de 1811. Jacinto María, que es como fue bautizado el 11 de septiembre de 1820, fue el cuarto de seis hermanos: José María (1812), Josefa Matilde (1814), Juan Luis Silberio (1818), Luis Gonzaga (1823) y Nicasio (1825).
Prudencio de Aguirre fue en Vitoria administrador del intendente de Ejército, Pío de Elizalde, director de la Real Provisión de Víveres del Ejército y Marina de la provincia de Guipúzcoa y, posteriormente, tesorero general del reino desde el 29 de mayo de 1823. Jacinto llegó con su familia a Talavera de la Reina siendo niño en torno a 1832, pues en 1831- 1832 su padre aún consta como vecino de Vitoria, pero en la petición de causa de remate para saldar una deuda en 1832-1834 ya aparece como vecino de Talavera y residente en Velada (Toledo), adonde llegó tras débitos contraídos en su lugar de origen.
Jacinto de Aguirre perteneció al tercer batallón del Regimiento de Infantería Cazadores de la Reina Gobernadora n.º 27, donde alcanzó el grado de teniente de Milicia en septiembre de 1844 antes de obtener licencia absoluta a finales de junio de 1848, tras más de nueve años de servicio a las armas, desde que se incorporó al provincial de Toledo el 3 de julio de 1838.
Según su hoja de servicios, en 1843 obtuvo cuatro meses de Real Licencia por la que llegó en abril a Talavera de la Reina desde donde se unió, en julio, al levantamiento antiesparterista.
En Talavera de la Reina, Jacinto de Aguirre se casó con Teresa Jiménez de la Llave, hija de una adinerada familia talaverana y hermana del historiador Luis Jiménez de la Llave. Tuvieron un hijo, de nombre Prudencio, que se les murió niño a los siete años. Decidieron dejar su patrimonio mobiliario (títulos de deuda pública y acciones y bonos del Banco de España) e inmobiliario (fincas urbanas y rústicas con más de tres mil hectáreas en total) para constituir la Fundación Asilo bajo la advocación de San Prudencio, en memoria del nombre de su difunto hijo, bautizado como su abuelo paterno y en honor de San Prudencio, patrono de Álava, de cuya capital era oriundo Jacinto de Aguirre.
El capital de la fundación fue tal que en la Relación de Fundaciones con carácter benéfico publicada por el Ministerio de la Gobernación el 6 de noviembre de 1911, ésta, que acababa de constituirse, era, de las 84 registradas, la tercera de España, con un total de 1.281.194,39 pesetas, más unas 7.414 pesetas en muebles y alhajas.
Fallecido Jacinto de Aguirre en 1894 y su viuda en 1909, los albaceas de esta última comenzaron a ejecutar la voluntad testamentaria del matrimonio. Aguirre quería, según consta en su testamento, crear “un asilo para niños pobres” de Talavera, Vitoria o Velada mayores de siete años —pues a esa edad había fallecido el hijo de los benefactores— cuyo reglamento siguiera el de “análoga clase de fundaciones y en especial la de Aguirre de Madrid”. Se refería a las Escuelas Aguirre de Siones (Burgos), Madrid y Cuenca creadas por otro Aguirre con quien no consta su parentesco: el conquense Lucas Aguirre y Juárez, quien tras quedar solo trágicamente en 1859, en su testamento de 1871 hizo herederos universales a los pobres “para su instrucción”.
Tres meses después del fallecimiento de Teresa Jiménez se compraron tres casas y, tras varias pesquisas buscando solares donde ubicar el asilo, finalmente se compró a la Compañía de Jesús el antiguo monasterio de los Jerónimos, donde los agustinos tenían instalado un colegio.
Finalizadas las obras de acondicionamiento, el cuidado del proyecto se confió a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl el primero de abril de 1913, aunque en noviembre de 1911 ya habían llegado para tal fin a Talavera siete hermanas y en diciembre del año siguiente (1912) se sumaron otras seis. San Prudencio abrió entonces sus puertas a cincuenta niños (en realidad, fueron cuarenta y ocho) atendidos por siete hijas de la Caridad —que se encargan del aspecto educativo y asistencial— y un profesor de enseñanza primaria.
Desde entonces, la obra benefactora —centenaria en 2009— sigue cumpliendo los objetivos fundacionales.
En 2003, la Fundación Aguirre Patronato Asilo de San Prudencio y las Hijas de la Caridad recibieron el II Premio Ciudad de Talavera a la Solidaridad.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Diocesano de Vitoria, Fondo 01.02.01.529/Fondos Parroquiales/Archivos parroquiales/ Vitoria-Gasteiz/Santa María, libro 1814-1832, f. 065r.(Sig. 08905/002-00); Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Pleitos Civiles, Escribanía de Fernando Alonso, Pleitos olvidados, C 720/6; Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Pleitos Civiles, Escribanía de Zarandona y Wals, Pleitos olvidados, C 3374/2-L 1219; Archivo Histórico Nacional, Agrupación de Fondos Consejos Suprimidos, Consejo y Cámara de Castilla, Consejo de Castilla, Salas de Justicia, Escribanía de Cámara de Granados, leg. 275997 exp. 30; Archivo General Militar de Segovia, secc. 1.ª, leg. A-445: Expediente de Jacinto Aguirre.
J. M.ª González Cuadrillero, Fundación Asilo de San Prudencio en Talavera de la Reina. Memoria presentado al Excelentísimo Sr. Ministro de la Gobernación por el patronoadministrador ~, Talavera de la Reina, Tipografía Giralda, 1918; J. M.ª Gómez Gómez y J. L. Blázquez Avís, Gratitud y memoria. Fundación San Prudencio y Hermandad de Antiguos Alumnos. 50 aniversario (1953-2003), Talavera de la Reina, Talgrafic, 2003; J. Olmedo Ramos, “Cien años de Beneficencia (1909-2009): “La Fundación Aguirre Patronato Asilo de San Prudencio”, en Alcalibe. Revista de la UNED en Talavera de la Reina (2009), págs. 277-294.
Diccionario Biográfico Español