Fernández Vinjoy y Pérez de Trío, Domingo Fernando. Quintalonga, Castropol (Asturias), 12.V.1828 – Oviedo, 11.IV.1897. Sacerdote, benefactor.
Hijo de Juan Fernández Vinjoy y de María Pérez de Trío, humildes labradores que trabajaban en el caserío que la familia Valledor tenía en Quintalonga, fue el sexto de ocho hermanos y recibió una educación cristiana.
Siendo muy joven, marchó a Oviedo en busca de mejor vida y, tras pasar un tiempo allí, se trasladó a Madrid en compañía de unos arrieros que le engañaron en el camino. Una vez instalado en la capital, primero trabajó como dependiente en un comercio y luego, puestas las miras en proseguir los estudios, entró a trabajar en casa de una familia aristocrática que solía pasar temporadas en Fontainebleau. Con la ayuda de esta familia logró ir a Francia, donde se encontraba uno de sus hermanos trabajando en un colegio y así poder seguir estudiando.
Regresó a Oviedo para comenzar la carrera eclesiástica de la mano del magistral ovetense Fernando Argüelles Miranda, que había sido promovido obispo de Astorga a finales de 1858 y quien “desde el primer momento adivinó en él un alma eminentemente sacerdotal”.
Muy pronto el obispo le nombró su mayordomo y el 12 de marzo de 1864 Domingo fue ordenado presbítero por el obispo leonés. En 1870 murió el prelado —su amigo y mentor— y de nuevo en la capital ovetense, Fernández Vinjoy fue nombrado sacristán mayor de la catedral, dedicando gran parte de su tiempo a organizar la catequesis de la ciudad y atender a reclusos y otros marginados. Él fue el promotor del servicio pastoral de Delegación de Catequesis, estructura que le acercó a la infancia y le hizo conocer de cerca las necesidades que tenían ciertos sectores sociales. Es posible que por problemas de salud tuviera que dejar de ejercer su ministerio en la catedral, en la que muy en la sombra dirigió espiritualmente a numerosas almas, como así lo atestigua su discípulo el padre Castaño. A pesar de todo, el padre Vinjoy —así le conocía todo el mundo— no cejó en su servicio a los más pobres y desheredados.
En 1876 fundó el asilo de huérfanos, que en un principio estuvo instalado en su propia casa para luego ubicarlo en la calle del Fresno, de ahí su nombre: Asilo del Fresno. El padre Vinjoy recorrió numerosas localidades asturianas pidiendo limosna y alimento para los niños de su orfanato. El mercado de Fontán, las calles de Oviedo y otras parroquias, como las de Ribadesella, fueron testigos de la recogida de subsidios que el padre Vinjoy realizaba montado en un carro, pues el número de niños era cada vez mayor y, por tanto, aumentaba su necesidad. Por falta de medios no pudo levantarse la casa que el arquitecto provincial delineó a petición del padre Vinjoy, pero el canónigo de la catedral, José Sarri y Oller, le cedió un solar y le proporcionó algún dinero para llevar a cabo la obra del nuevo asilo, en la que el propio sacerdote colaboró con su manos. Este asilo fue inaugurado el 19 de marzo de 1880, día de san José, bajo la advocación de Jesús, María y José.
Tras muchos años dedicados a la acogida y educación de los niños huérfanos, el padre Vinjoy murió en Oviedo el 11 de abril de 1897 y fue sepultado en el camposanto de San Pedro de los Arcos. Poco después, y gracias al dinero que sobró de lo recaudado para el batallón de Asturias en la guerra de Cuba, pudo construirse el que sería el definitivo edificio del asilo por disposición del obispo ovetense Ramón Martínez Vigil.
Fue inaugurado en 1906 y tenía capacidad para cien niños.
El 3 de julio de 1917 fueron trasladados su restos e inhumados en el asilo Vinjoy. El Ayuntamiento de Oviedo dedicó una avenida a su memoria.
Bibl.: S. Cañada (ed.), “Fernández Vinjoy y Pérez de Trío, Domingo Fernando”, en VV. AA., Gran Enciclopedia Asturiana, t. VI, Gijón, Heraclio Fournier, 1970, págs. 297-298; J. R. Tolivar Faes, Nombres y cosas de las calles de Oviedo, Oviedo, Ayuntamiento, Imprenta Gofer, 1992; R. Chiquirrín Aguilar, “Don Domingo Fernández Vinjoy, su vida y obra”, en Studium Ovetense, 24 (1996), págs. 15-76.
Diccionario Biográfico Español
