López y López, José María. Cádiz, 27.II.1789 – Madrid, 11.IV.1873. Cirujano y médico de la Armada, catedrático. Segundo Decano de la Facultad de Medicina de Madrid (1854-1863).
Conocido como “José María López” y, erróneamente, como “José María López Martínez”, nació en la ciudad de Cádiz, en 1789. Su padre, Francisco de Paula, natural de Osuna (Sevilla), era carpintero de ribera en el arsenal de “La Carraca” de San Fernando (Cádiz), su madre, María del Carmen, nace en el mismo San Fernando. Fue bautizado como “Josef María de los Dolores Julián”.
De ceceante y llamativo acento andaluz que no abandonó hasta su muerte, fue un tipo castizo y de arraigo popular que, tras la crisis del Antiguo Régimen, pudo acceder al Real Colegio de Cirugía de la Marina de Cádiz en 1805. A los veinte días de inscribirse como alumno interno participó en el dispositivo del Hospital Real para la atención de los heridos de la batalla de Trafalgar (21 de mayo de 1805). En adelante, cuidó del “anfiteatro anatómico” actuó como disector menor, se encargó del arreglo de la nueva biblioteca, fue celador mayor, ayudante del laboratorio de Química a las órdenes de J. M. de Aréjula y ya, en su último año de carrera llegó a ser vicerrector de alumnos.
Académicamente obtuvo altas calificaciones; pero fue arrestado tras ser descubierto en una “escapada nocturna”. Se habló de robo y juegos de azar. Sus colegas huyeron o fueron expulsados y él fue forzado a ejercer de practicante en el frente de guerra en un hospital de campaña en La Carraca, por lo que participó en la curación de los heridos de la Batalla de Chiclana. Obtuvo premio de fin de carrera y el puesto de cirujano-médico de la Armada con embarque a América en la corbeta La Indagadora que zarpó rumbo a El Caribe el 1 de agosto de 1812.
Culminada la travesía, se hizo cargo de sus enfermos en el Hospital de Veracruz y en el arsenal de La Habana. Pasó por Puerto Rico destino a Santa Marta, en donde Pierre Labatut apresó la corbeta en febrero de 1813. Sus tripulantes, encadenados y vejados, llegaron a Cartagena de Indias. Allí, en medio de la bahía, J. M. López sobrevivió en un pontón. Fue liberado el 27 de junio de 1813 tras abjurar de Fernando VII, llegando a La Habana el 8 de agosto de 1813 donde se formó consejo de guerra y le tomaron declaración jurada por orden del capitán general J. Ruiz de Apodaca para aclarar lo sucedido, desplegando una asombrosa capacidad de observación y memoria. En 1814 fue embarcado en la fragata Santa María de Atocha hacia Portobelo (Panamá). Tras varias misiones a lo largo del Caribe, la suerte de López dio un giro radical cuando, tras ser nombrado Apodaca virrey de Nueva España el 22 de agosto, éste ordenó su transbordo a la corbeta Diana para ejercer de cirujano mayor de los siete buques de guerra que le conducían a Veracruz. En San Juan de los Llanos (Libres, Estado de Puebla), el convoy fue atacado por unos insurgentes y López asistió a los heridos. Ya en la capital, Apodaca le nombró cirujano mayor. Durante esos años, hasta 1821, tiene certificada su asistencia y visita diaria a tres hospitales de la ciudad. En 1819, siendo ya doctor en Cirugía-médica, fue apoyado por Apodaca y por el director del Colegio de Cirugía de México, consiguiendo ser agregado como catedrático de fisiología el 1 de febrero de 1820. Tras ser depuesto Apodaca y llegar la independencia, López embarcó de regreso a España.
Ya en Cádiz, en 1822 revalidó la licenciatura en Medicina e ingresó en la Sociedad Médico-Quirúrgica de Cádiz (SMQC) con un discurso sorprendentemente romántico, tanto en su forma como en su contenido, sobre el Influjo de la electricidad y el Galvanismo sobre la excitabilidad de los seres vivientes, que incluye la misma hipótesis del Frankenstein (1818) de Mary Shelley. En Cádiz, el Romanticismo arraiga en sus instituciones científicas mucho antes de su triunfo en Madrid. Su alumno, A. García Gutiérrez, autor de El Trovador, es producto de este ambiente cultural.
En la Real Sociedad Económica Gaditana de Amigos del País (RSEGAP), López ejerció de vicesecretario entre 1825 y 1828, se codeó con J. N. Böhl de Faber y continuó la obra del botánico A. N. Cabrera Corro. Ya habían logrado la primera aclimatación de la cochinilla americana en Europa. Sobre este insecto y su codiciado colorante son numerosos los manuscritos que se conservan de López para la RSEGAP (1824-1828) como director de la Empresa de ensayos en grande de la Grana en compañía de P. M. González Gutiérrez, entre otros. El 24 de julio de 1824, F. J. Laso de la Vega y Orcajada, en el Periódico de la SMQC, publicó un extenso resumen de una de tales “Memorias”. A J. M. López le avalaba su estancia en México y el uso del microscopio.
El 10 de noviembre de 1825 López fue agregado al Real Colegio y se le asignó a la Cátedra de Fisiología desempeñada por P. M. González. A partir de 1826, con Apodaca en el Consejo de Estado y luego capitán general de la Armada (1829), López reclamó licencias para acudir a su lado, a Madrid en verano, para asistir a jefes y oficiales de la Marina en la Corte o para “revisar e imprimir” traducciones de Lucas de Tornos.
En 1829 Laso realizó la reseña de otra obra de López: la Observación de un hidrosarcocele curado según el método propuesto por el Dr. Gimbernat que, curiosamente, resultó ser un amañado compendio de un libreto de José Sanz (1814).
El 24 de junio de 1829 consiguió la cátedra de Física Experimental sin realizar oposición. Por seguir en Madrid, le apremiaron para que regresara a Cádiz a desempeñar la cátedra y asistir a la reinstalación de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz (RAMCC). Desde 1832 y hasta 1843, como catedrático de Física, presentó numerosos “Diarios meteorológicos”, realizó un conjunto extenso de obras manuscritas, participó en numerosas comisiones internas de la RAMCC y pronunció un Discurso inaugural en el Real Colegio.
En 1833 acudió comisionado a Madrid con M. J. de Porto y Cepillo al dejar el Colegio de pertenecer a la Marina. El cargo de vicedirector de la RSEGAP lo ejerció de 1834 a 1841. Se le comisionó para responder a la Facultad de Medicina de Londres sobre método de enseñanza. El año de 1835 fue decisivo en la vida de López: murió su protector Apodaca; en Cádiz, se trasladó a la calle San José nº 41, (actual nº 20) con Josefa García como esposa (aunque nunca se formalizara ese matrimonio) y publicó su único libro de texto: Lecciones Elementales de Física Experimental con aplicación a la Medicina y a las Artes, un libro romántico, actualizado y carente de desarrollos matemáticos, pero en el que se hacían prácticas a cada lección. El 4 de junio del mismo año realizó la lectura de un texto de inspiración broussista Observación de una Neumonitis aguda.
En 1836 impartió además Química, Cosmografía y Clínica médica y fue elegido presidente de la Clase de Agricultura en la RSEGAP hasta 1841. En 1837 se le concedió la Cruz de Epidemias por el Tifus castrense y Cólera-morbo asiático de los años 1834-35 y publicó en el Boletín de Medicina Cirugía y Farmacia un resumen de los trabajos de la RAMCC. Llegado 1838 fue comisionado para elegir “El establecimiento de baños y aguas minerales que debe subsistir en la provincia”, optándose por el de Fuente Amarga de Chiclana (Cádiz). En 1839 fue nombrado corresponsal de la Sociedad de Ciencias, Letras y Artes de Amberes. En 1840 ocupó, como sustituto, la dirección de la RSEGAP, de la que fue elegido director en 1842. La sociedad fue nombrada corresponsal de la Institución Nacional para el Fomento de las Ciencias de Washington. Por aquel entonces el Gobierno planteó el cierre del Colegio de Cádiz.
López fue destinado a la recién inaugurada Facultad de Medicina de Madrid al ser nombrado catedrático de Patología general con su Clínica y Anatomía patológica, para el curso de 1843-44. De visita por Madrid, Mateo Orfila, decano de la Facultad de Medicina de Paris, recibió muy buena impresión de la metodología de enseñanza de la Clínica general de López. Desde ese momento ya fue miembro nato de la Academia de Medicina de Castilla la Nueva (germen de la madrileña) de la que fue vicepresidente en 1846, adscribiéndose, hasta el fin de sus días, en la comisión de Medicina Legal junto a Pedro Mata, llegando a firmar numerosísimos dictámenes. El 5 de diciembre de 1846 ingresó en la sección de Agricultura y comercio de la Real Sociedad Económica Matritense (RSEMAP) donde presentó su Dictamen relativo a las cualidades de los vinos (1847) y compartió asiento con A. Maestre de San Juan y P. F. Monlau. En 1859 fue nombrado presidente de tal sección.
J. M. López culminó en Madrid, desde 1846 hasta 1863, su ascenso en el ejercicio del poder institucional dentro de la Medicina tras ser nombrado vicedecano de la Facultad de Medicina de Madrid, donde se le encargaron las obras y apertura del primer Hospital Clínico de España, recibiendo numerosos elogios. Todo un hombre de orden y mando en momentos convulsos, “de acción” en el sentido barojiano de la palabra que, llegada la época isabelina, se funde con la institución a la que representa, ostentando la Cruz de Isabel La Católica (29.XI.1852) y la de Borgoña.
Muerto Bonifacio Gutiérrez el 29 de junio de 1854, la reina le nombró decano de la Facultad de Madrid. Años antes, en 1850 se había visto inmerso en un asunto judicial en apoyo del secretario de la facultad, M. Soler, por el cobro de unos derechos a examen. Frente a ellos se posicionó el catedrático Diego de Argumosa, hombre “austero, orgulloso y rencoroso”, que ya se había confrontado con Hysern y con un alumno que publicó sus clases; acabó perseguido por sus alumnos hasta las puertas de su casa. Su hija impresionada, murió, y Argumosa dejó Madrid y la facultad en 1853. Las generaciones médicas posteriores culparon de todo a López. A su favor, dotó de un laboratorio a la Cátedra de Medicina Legal, dio un gran impulso al Departamento de instrumental quirúrgico en plena revolución de esta rama de la sanidad y, sobre todo, propició la construcción del Gabinete de Observaciones Microscópicas, soporte de la futura Escuela de Histología Española fundada por A. Maestre de San Juan y de la que saldría S. Ramón y Cajal.
Nueve años estuvo López ejerciendo de decano y, en enero 1863, ya con casi 74 años, fue cesado en su cargo por avanzada edad y achaques; quedando como simple catedrático. No debió digerir bien el cese y se marchó a Chiclana, en donde permaneció hasta el abril del siguiente año. Intentó no volver más a Madrid, permutando su cátedra con la del catedrático de la Facultad de Cádiz, Juan Ceballos, pero se lo impidieron. En septiembre volvió a conseguir más licencias y cuando regresó a Madrid le esperaba la sorpresa de que, además de la Patología general, la Anatomía patológica era “con aplicación del microscopio” y le fue encargada otra asignatura más, Fisiología experimental.
Sus clases, al decir de numerosos alumnos (entre los que encontramos a J. Calleja y Sánchez, A. Busto y López y a M. de la Plata y Marcos) eran memorables: su habla andaluza atronadora y ocurrente, sus chistes verdes y el recuerdo de sus aventuras americanas se entremezclaban con una peculiar nemotecnia.
Tras la revolución de “La Gloriosa” fue jubilado por haber llegado a catedrático sin hacer oposiciones. Ya no volvió más a Chiclana, trasladándose a la calle de Atocha de Madrid en 1869, pasando a convivir con la viuda de un amigo que le nombró su albacea fiduciario. Con ella pasó sus últimos años. No dejó de acudir a la RSEMAP ni a la Real Academia de Medicina de Madrid en donde ejerció de decano de la sección de Medicina legal hasta el curso de 1871-72; actividad no ajena a emolumentos.
El 6 de abril de 1873, dictó nuevo testamento, y a las 7.30 h. del día 11 del mismo mes, con 84 años de edad, en la casa de la calle Atocha, murió, soltero, de un “catarro pulmonar”. Enterrado en el cementerio General del Sur de la Puerta de Toledo, al sepelio apenas asistieron siete personas. Había testado que no se imprimieran esquelas, que su Biblioteca, los instrumentos de su profesión y su Gabinete de Historia Natural fuesen trasladados a su domicilio de Chiclana para crear una casa de estudios, y que su cadáver, al cabo de unos años, fuese trasladado al nicho que tenía preparado en esa localidad.
De José María López sólo quedaron en la memoria sus últimos y achacosos años, pero, tanto por su personalidad como por su proyección profesional, fue un excepcional reflejo de la medicina, de la enseñanza, de la psicología, de la historia y sociedad española de los tres primeros cuartos del siglo XIX.
Obras de ~: Influjo de la electricidad y Galvanismo sobre la excitabilidad de los seres vivientes, Archivo Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz, leg. de Memorias y Discursos, IX-17, 6.XII.1823 (inéd.); con P. M. González. J. Santa Cruz, Historia de la introducción y progresos de la Grana fina de América, vulgarmente llamada cochinilla, y de su aclimatación en la Península, Arch. Histórico Municipal de Cádiz, sección Real Sociedad Económica Gaditana de Amigos del País (AHMC-RSEGAP), C-3418, Jardín de Aclimatación. Cultivos varios (1814-24), 3.V.1827 (inéd.); Lecciones Elementales de Física Esperimental con Aplicación a la Medicina y a las Artes, Cádiz, Imp. Vda. é Hijo de Bosch, 1835; “Resumen de los trabajos en que se ha ocupado la academia de Medicina y Cirugía de Cádiz en el año de 1836”, Boletín de Medicina Cirgugía y Farmacia, IV, 1837, nº 145, págs. 117-119; con A. J. Azopardo y J. M. Yanguas y Soria, Noticia sobre los establecimientos de Baños y aguas Minerales que deben subsistir en la Provincia, (AHMC-RSEGAP) C-616, 5.IV.1838 (inéd.); “Resumen de las observaciones meteorológicas, hechas en el gabinete de Física Experimental del Colegio Nacional de medicina y cirugía de esta plaza en el año de 1838”, Revista Mensual de Medicina y Cirugía, I, 1839, págs. 153-154; “Clínica médica del hospital militar de Cádiz, bajo la dirección del Dr. y catedrático D. José María López. Estado demostrativo de los enfermos habidos en ella desde el primero de octubre del año de 1841 hasta el fin de setiembre de 1842”, Revista. Médica Gaditana, IV, 1.XI.1842, nº 9, págs. 193-200; “Memoria leída en la Sesión del 30 de Diciembre por el Dr. D. José María López, Socio Director, en cumplimiento de lo prevenido en el artículo 60 de los estatutos que la rigen”, Boletín Oficial de la Provincia de Cádiz (B.O.P.C.), 10.III.1842, nº 30, págs. 2-3; Continuación de la memoria… B.O.P.C., 19.III.1842, nº 34, págs. 3-4; Continuación de la memoria… B.O.P.C., 2.IV.1842, nº 48, págs. 3-4; Conclusión de la memoria… B.O.P.C., 23.IV.1842, nº 49, págs. 3-4; Instrucciones... sobre inyecciones en los cadáveres... sulfito de sosa a 18º, Arch. Histórico de la Univ. Complutense de Madrid (AHUCM), D-345, 13.V.1848 (inéd.); con M. A. Fuente Andrés y R. Altés, Dictamen sobre las muestras de vinos y aguardientes presentadas al concurso del año 1847, Arch. Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, leg. 398/1, 7.VI.1848 (inéd.); con M. Nieto Serrano, P. Mata, T. Santero y L. Colondrón, Bases para la reforma de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Castilla La Nueva, Arch. de la Real Academia Nacional de Medicina de Madrid, leg. 80/3580, 20.XII.1851 (inéd.); “Asignatura de Patología General. Memoria que en cumplimiento del artículo 61 de las Instrucciones Generales de Clínica de 15 de agosto de 1846, presenta el catedrático Don José María López, encargado de la catedra de Clínica de Patología General de tercer año de la Facultad de Medicina de la Universidad Central correspondiente al curso clínico que dio principio en 1 de Febrero de 1852, y terminó en 31 de Mayo de 1853”, en VV. AA., Memorias de las Clínicas, redactadas por los respectivos catedráticos de las Universidades de la Península, correspondientes al curso clínico próximo pasado, Madrid, Imp. del Ministerio de Gracia y Justicia,1854; Asignatura de Patología general. Memoria que en cumplimiento del artículo 61 de las Instrucciones generales de clínica de 15 de Agosto de 1846 presenta el Catedrático Don José María López, encargado de la Cátedra de Clínica de Patología general y Anatomía patológica. Asignaturas de 3º año, correspondiente al curso clínico que dio principio en 18 de Noviembre de 1855, y terminó en 31 de Mayo de 1856, AHUCM, D-366, 31.V.1856 (inéd.); Programa de Patología General. Curso 1867-1868, Arch. General de la Administración Civil del Estado de Alcalá de Henares (AGACEAH), Educación, 160438, sign. 31/17, 1867 (inéd.); Programa de la Asignatura de Fisiología Experimental. Curso de 1867 á 1868 y siguientes, AGACEAH, Educación, 160438, sign. 31/17, 1867 (inéd.); Programa de Ampliación de la Asignatura de Anatomía Patológica: Curso 1867-1868, AGACEAH, Educación, 160438, sign. 31/17, 1867 (inéd.). Son numerosos los informes manuscritos existentes en todas las instituciones a las que el autor perteneció.
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Juan J. Rodríguez Ballesteros