Uceda, Diego de. Madrid, c. 1600 – Gandía (Valencia), VI.1652. Regente del Consejo de Italia.
Hijo de Melchor de Uceda, vecino de la villa de Madrid, y de Isabel de Mendoza, que ya había muerto en 1648 y había sido enterrada en la iglesia de San Nicolás de Madrid.
Una vez graduado en Derecho y recibido de abogado, se dedicó al ejercicio de su profesión y con el dinero que obtuvo de ella, poco antes de pasar a Sicilia, compró a Sebastián Triviño unas casas principales y accesorias en la calle de Santa María de la Villa y Corte de Madrid. Se desempeñó en los estados de Italia como consultor de los virreyes de Sicilia y más tarde se le concedió la plaza de lugarteniente del tribunal de la Regia Cámara de la Sumaria del Reino de Nápoles (4 de junio de 1646), en lugar del fallecido Fernando de Azcón. En Nápoles le tocó vivir las alteraciones que se produjeron al poco tiempo de su llegada (1648), en medio de las cuales otorgó, apresuradamente, un primer testamento en el castillo de Castelnovo ante el notario público Andrés Fasano (18 de febrero de 1648) y en él consignaba que lo había hecho hallándose “sano del cuerpo y con el juicio y entendimiento que Dios fue servido de darme”, pero temeroso de la muerte porque: “estoy ahora en mayor y mas cercano peligro della por la guerra presente con el pueblo sedicioso desta ciudad de Napoles y las turbaciones de todo el Reyno”.
Fue promovido a una plaza de regente español por el Reino de Nápoles en el Supremo Consejo de Italia (14 de junio de 1652) para la vacante que dejaba el paso del doctor Miguel de Salamanca al Consejo Real de Castilla y poco antes de embarcar rumbo a los Reinos de España otorgó en Nápoles un nuevo testamento (5 de mayo de 1652). No llegó a tomar posesión de esta plaza debido a su muerte, ocurrida cuando se hallaba de camino a la Villa y Corte, por lo que fue nombrado, para reemplazarle, Benito Trelles Villamil (3 de julio de 1654).
Fuentes: Archivo General de Simancas, Secretarías Provinciales, lib. 204, fol. 356r.; lib. 636, fols. 137r.-138r.; leg. 1.469; Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, Prot. 4.502, fols. 298r.-306v. y 151v.-152r.
Javier Barrientos Grandon