Miura Rodríguez, Juan Manuel. Sevilla, 27.II.1802 – 8.XII.1854. Ganadero de toros de lidia e industrial.
Hijo de Josef Mihura y María Josefa Rodríguez, fue bautizado en la parroquia del Sagrario de la catedral de Sevilla, en cuya collación vivían sus padres. Debió de nacer en el seno de una familia humilde, probablemente artesanos, ya que según declaró en su testamento no aportó ningún tipo de bienes al matrimonio.
Juan Miura Rodríguez contrajo matrimonio el 18 de diciembre de 1822, cuando contaba con veinte años de edad y cuando no era más que un simple oficial de sombrerero, con María Josefa Fernández, natural de Cádiz, hija de Pedro Fernández y María Gertrudis García. De este matrimonio nacieron, como se afirma en su testamento, nueve hijos. La siguiente fecha documentada en la biografía de Juan Miura es la de su examen como maestro del gremio de sombrereros que tuvo lugar en abril de 1826 cuando contaba veinticuatro años de edad. Las ordenanzas del gremio exigían que para poder realizar el examen de maestro sombrerero para llegar a ser oficial se hubiesen pasado al menos cinco años de aprendizaje, una vez alcanzada dicha categoría podía efectuar el citado examen ante dos maestros del citado gremio.
En 1829 aparece comprando los útiles y efectos de una fábrica de sombreros. Dicha compra la ha hecho con orden y dinero que para ello ha aportado Cipriano Díaz, vecino de Sevilla, su padre político, segundo marido de su suegra. En principio, Juan Miura sólo había sido un comisionado de aquél, pero como maestro del citado arte y gran inteligencia se hace cargo de la administración y manejo de la fábrica de sombreros. Unos años después Juan Miura le compró a Cipriano Díaz la mitad de la fábrica con sus útiles pasando a convertirse en socio de su suegro.
La puesta en venta de los edificios conventuales sevillanos tras la desamortización eclesiástica le va a permitir a Juan Miura la adquisición en 1843 del edificio del convento de Regina Angelorum para establecer la fábrica de sombreros. El negocio sombrerero debió conocer un gran auge, como muestran, por una parte, la adquisición del edificio conventual como sede de la fábrica de sombreros y, por otra, la descripción de dicha fábrica en el momento de la muerte de Juan Miura. En la descripción se menciona una máquina de vapor para bordear sombreros, lo que supone de una gran modernidad tecnológica, cuando a mediados del siglo xix en toda Andalucía sólo había algunas máquinas, principalmente, en las minas y muy pocas en la industria textil malagueña y sevillana. De otra parte, la clientela de la fábrica es muy extensa, figurando en ella más de cien individuos de Sevilla, pertenecientes en su mayoría a las clases más distinguidas de la ciudad y otros casi sesenta clientes repartidos por buena parte de la geografía de Andalucía Occidental y Extremadura.
Uno de los aspectos más interesantes de la biografía de Juan Miura es la orientación de Juan Miura hacia la agricultura que se había visto favorecida por un comportamiento muy favorable de la coyuntura agraria, que hacía rentable la inversión en la actividad agraria.
Los inicios de su actividad como labrador hay que situarla en los primeros años de la década de 1840.
En la descripción de bienes hecha tras su muerte en 1854 se puede conocer cuál fue su actividad como labrador. La base de su labor eran el cortijo Cuartos con mil doscientas hectáreas en Dos Hermanas y una hacienda, ambas en arrendamiento. Además de estas dos explotaciones arrienda una serie de dehesas para el mantenimiento de su extensa ganadería. En 1850 llevaba en arrendamiento dos mil doscientas hectáreas en las marismas, propiedad de la Compañía de Navegación del Guadalquivir.
La explotación ganadera, que constituirá el aspecto más destacado de su actividad como labrador, se iniciará como una actividad complementaria a la agricultura.
El ganado de labor estaba constituido por setenta yuntas de bueyes para la labranza, más de cien yeguas para la trilla y el ganado de renta que estaría compuesto por más de mil quinientas cabezas entre lanar y porcino, cuyas crías se comercializan, así como los animales reproductores y las crías de los ganados caballar y vacuno. Especial importancia tiene en la cabaña ganadera de Juan Miura la ganadería de lidia.
Las vacas y las crías, al igual que el resto de la cabaña se alimentaban de las rastrojeras y barbechos de los cultivos de cereal. Mientras que los toros de lidia, sesenta y seis mayores de tres años, se situaban en las dehesas de la zona de marismas. Sobre la formación de la ganadería de lidia de Juan Miura es poco lo que está documentado y muy abundante lo que se ha ido afirmando, aunque con escaso fundamento. La ganadería debutó en Sevilla en 1846 y se presentó en Madrid en 1849, fecha que le confiere su antigüedad. En el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla figura la compra de cerca de doscientas vacas serreras, así como yeguas a los herederos de Jerónima Núñez de Prado, que a su vez procedían del conocido ganadero utrerano José Rafael Cabrera y Angulo.
Juan Miura murió en Sevilla en 1854, en su testamento dejó todo el ganado, así como la actividad agraria a su viuda, María Josefa Fernández, aunque, en realidad, era su hijo Antonio Miura el que llevaba ya tiempo dirigiendo la explotación agraria.
La ganadería fundada por Juan Miura es la más antigua de las ganaderías de lidia existentes que, durante toda su historia, unos ciento sesenta años, ha estado vinculada a la misma familia y al frente de la cual se han sucedido cinco generaciones.
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Antonio Luis López Martínez
