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José Manuel Capuletti Lilllo del Pozo

Biografía

Capuletti Lillo del Pozo, José Manuel. Valla­dolid, 21.III.1925 – Walluf (Alemania), 28.IX.1978. Pintor.

Desde niño empezó a manifestar su afición y ex­cepcionales dotes para el dibujo y la pintura. Auto­didacto, sus comienzos artísticos se desarrollaron pri­mero en su ciudad natal, donde celebró sus primeras y polémicas exposiciones (palacio de Santa Cruz y Librería Meseta), y poco después en Madrid, orien­tando esa primera labor hacia el dibujo, la acuarela y los retratos. A partir de 1946 frecuentó el ambiente de los ballets españoles, y se dedicó desde entonces al diseño de decorados y figurines para algunas de las principales compañías de la época. En 1950, en el transcurso de una gira por el extranjero, conoció a Pilar López Fernández, joven bailarina de la compa­ñía de ballet español de José Greco, que se convirtió un año más tarde en su mujer. Fue la compañera ideal para el artista, su modelo casi único y su principal estímulo.

En 1951 se instaló en París y en marzo del año si­guiente celebró su primera exposición individual en la Galería de André Weil, que fue asimismo su mar­chante. Tras una época difícil y con penurias eco­nómicas, comenzó a abrirse camino en el mundo del arte. Participó en diversas exposiciones y a partir de 1954 ya estaba firmemente asentado en los me­dios artísticos parisinos, convirtiéndose en un joven valor reconocido por público y crítica. Ese mismo año realizó los figurines y los decorados del espectá­culo Arte flamenco puro, que la compañía de Vicente Escudero estrenó en el Teatro de los Campos Elíseos de París.

A partir de 1958 realizó varias exposiciones en las Hammer Galleries, de Nueva York, y, al tiempo que siguió exponiendo en diferentes galerías de París, viajó repetidamente por Estados Unidos, donde ob­tuvo con sus obras un gran éxito de ventas. A media­dos de los años sesenta trabajó como diseñador de fi­gurines y decorados para la compañía Harkness Ballet de Nueva York.

En 1968 decide abandonar París y retornar a Es­paña, tras dieciséis años de ausencia. Se establece en Mairena del Alcor (Sevilla), donde se construye un cortijo. Llevado por su profundo amor a Andalucía y su pasión por el flamenco, dedicó gran parte de su obra a los temas de la fiesta de los toros, el cante y el baile. Así, entre otros muchos trabajos, realizó una colección de cuarenta y nueve retratos dibujados a la témpera blanca y negra de los más célebres cantaores, bailaores y guitarristas flamencos, serie que expuso en diciembre de 1969 en el Ateneo de Sevilla.

En 1973, y tras una época de desavenencias con su mujer, Capuletti abandona su casa de Mairena y se marcha con la que será su joven compañera hasta su muerte, Irish Henrich. Vivieron durante cuatro me­ses en la finca del rejoneador Ángel Peralta en La Pue­bla del Río. Fruto de su amistad y colaboración con el diestro fue el libro ilustrado con grabados titulado Caballo torero. En 1974, Capuletti e Irish se instala­ron en Madrid y al año siguiente nació su hija Irish Desirée. En septiembre de 1978, en el transcurso de un viaje a Alemania, país natal de su compañera, el artista murió repentinamente. Fue enterrado en el ce­menterio de Walluf.

Dotado de gran fantasía creadora, Capuletti cultivó una pintura de grato y sugestivo neorrealismo. Desde sus comienzos acusa una fuerte influencia surreal, so­bre todo daliniana, que mezcla con evocaciones de Giorgio de Chirico, Balthus, Delvaux, Magritte y otros surrealistas. Magnífico dibujante, hizo gala de una técnica académica, muy cercana al hiperrealismo en su última época creadora. El erotismo fue uno de los temas recurrentes de su obra, convirtiéndose la mujer y el desnudo en piedra esencial de la visión del artista. Además de original retratista, cultivó, entre otros temas, los cuadros de naturalezas muertas, en los que consigue sugerentes efectos de trompe l’oeil.

Muy interesante es también su producción como creador de escenografías y vestuarios para espectácu­los y ballets flamencos de famosos bailaores, como Vi­cente Escudero, Antonio o Pilar López. Otras facetas de su fecunda creatividad fueron las de dibujante, de­ corador, ilustrador, grabador y cartelista. Artista muy prolífico, su obra se halla muy dispersa y se conserva en buena medida en colecciones extranjeras.

 

Obras de ~: Nature morte aux escargots, 1953; Retrato del bailarín Antonio, 1955; Il faut qu’une porte soit ouverte, 1960; Primae noctis, 1962; El día de la Anunciación, 1962-1963; La última hora de Lady Godiva, 1965-1966; Serie Flamencos célebres (cuarenta y nueve dibujos a la témpera), 1959-1966; Autorretrato, 1965; El cielo de Mairena, 1968-1969; American footbal, 1967; Retrato del príncipe Juan Carlos, 1972; Caballo torero (quince grabados), 1973; El camino de la Puebla, 1974.

 

Bibl.: J. J. Martín González, “Un pintor surrealista: Ca­puletti”, en Goya, 32 (1959), págs. 133-134; A. Corral Cas­tanedo, José Manuel Capuletti, Valladolid, Caja de Ahorros Popular, 1983 (col. Vallisoletanos, cuad. n.º 14); J. C. Brasas Egido, Capuletti. El pintor y su obra, Valladolid, Caja de Aho­rros Provincial, 1987; VV. AA., Capuletti y el flamenco, Sevilla, Junta de Andalucía, 1994.

 

JoCarlos Brasas Egido

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