Vitver de Augusta, Cristóbal. Augsburgo (antes Augusta) (Alemania), p. m. s. XVI – Estella (Navarra), c.1568. Ceramista.
Su apellido es reseñado en la documentación de diferentes maneras: Xristobal Bibel, Biber, Viver, Vitvier, Vitver, Vutver y Witver de Augusta, y se le presenta como maestro de azulejos o azulejero “alemán” que —de acuerdo a su nombre completo— debemos de suponer que procedía de la ciudad alemana de Augusta, es decir, de Augsburg o Augsburgo, en Baviera.
Cristóbal Vitver de Augusta aparece por primera vez como vecino de Zaragoza en 1529 (1 de julio), firmando un contrato de compañía con Iñigo Tendilla, azulejero de Cadrete (Zaragoza), por el que ambos se asocian por un año para obrar conjuntamente cualquier encargo de azulejos que fuere de “mil azulejos arriba”, pintados “en no más de cinco colores”, repartiéndose a partes iguales las ganancias o pérdidas -en el caso de que la obra se le encargara al primero- y a dos tercios para Tendilla y uno para Vitver -en la que contratara este último-, detalle que está en consonancia con la distinta posición en que se encontraban uno y otro, el alemán recién llegado a la ciudad, abriéndose camino en su profesión, y el morisco haciendo valer el reconocido prestigio ganado por el obrador familiar desde hacia ya dos décadas. Esta asociación podría tener que ver con un encargo recibido poco antes, pues en la misma fecha (12 de agosto), Cristóbal Vitver firmaba un recibo por el cobro de 500 sueldos como pago de los 2.000 azulejos que había entregado para la casa de Juan Coloma, situada en el Coso de Zaragoza, en tanto que, en 1531, firmaba una nueva capitulación por la que se comprometía a producir todos azulejos que“fueran menester para la obra” de este mismo edificio, que era seguida de la constancia notarial de los primeros pagos efectuados. Según este último documento debía hacer las piezas cerámicas según el modelo entregado, en exclusiva y “con los colores y barniz conforme a las muestras” (blanco, verde, amarillo, azul y negro), pagándose a 3 dineros el azulejo –tal como ya se había hecho con anterioridad- y facilitándole el contratante las casas en las que podía vivir a lo largo del año siguiente, por un alquiler de 50 sueldos, sitas “en el barrio nuevo de la parroquia de San Miguel de los Navarros”. En 1529 se halla también documentado en la capital aragonesa el cantarero alemán Baltasar “Birber de Augusta”, padre del anterior, según nos precisa otro documento posterior inédito.
Cristóbal Vitver marcharía poco después a Estella (Navarra), población en la que se encontraba bien situado su tío —Cipriano Vitber (Witver) de Augusta, presbitero, beneficiado y racionero de la iglesia parroquial de San Pedro de la Rúa, de la diócesis de Pamplona— y en la que se halla documentado como vecino desde 1533, año en el que se le concede a censo un solar propiedad del monasterio de Irache. En otro documento notarial de 1539, se le denomina “orcero” (término equivalente a alfarero usado frecuentemente en Navarra y La Rioja) y por él se le da “la torre que está junto al puente, que afrenta con casas del mariscal, casa del dicho Cristóbal y el puente” por un tiempo de dieciséis años y con la condición de que la arreglara a su costa. Un año más tarde, en 1540, se tasan los azulejos que había hecho por mandato de la ciudad “en la sobre escalera de San Martín”, pagándole por ellos 45 ducados viejos. En esta época se había instalado también en Estella su padre, Baltasar Vitver de Augusta, según se registra en 1540 con ocasión del cobro de una comanda con unos vecinos de Quinto (Zaragoza), en la que se menciona a su hijo Cristóbal como su procurador. Pero —a pesar de su marcha de la capital aragonesa— las relaciones con ésta subsistirían en los años siguientes, pues, en 1543, Cristóbal Vitver de Augusta —denominado ahora “cantarero” y vecino de Estella— recibía como aprendiz a Sebastián Romeo, hijo de Jaime Romeo, obrero de villa de Zaragoza, y, en 1544, este mismo —llamado en esta ocasión “azulejero”— y Joan de la Vega, “mazonero de aljez”, vecinos ambos de Zaragoza, firmaban otra comanda expresiva de una obra conjunta que debió de requerir su regreso temporal a la ciudad del Ebro.
Cristóbal Vitver de Augusta se casó en Estella con Isabel de Dicastillo, según queda expresado en otro documento redactado en Sevilla en 1569, en el que el conocido azulejero Cristóbal de Augusta “pintor de azulejo de la obra de Italia”, se dice hijo de los anteriores, vecinos de la villa navarra y ya difuntos. Su esposa debía ser hija, hermana o familiar muy directa de “Jaime Dicastillo, notario e integrante del séquito del emperador”, que era mencionado en un documento de 1538 como procurador junto con el propio Cristóbal Vitver de Augusta del tío de éste, el presbitero de Estella, Cipriano Vitver de Augusta. Este dato, y el hecho de que Baltasar Vitver de Augusta figurara en una firma de aprendizaje de 1529 como fiador de un aprendiz natural asimismo de Estella, tienen un gran interés, pues nos permiten suponer que la vía de llegada de los Vitver a España fue a través de dicha población navarra y que posiblemente fueron traídos desde Augusta (Augsburgo) por el citado notario Jaime Dicastillo, como integrante que fue de la corte y séquito del emperador Carlos V. Es el modo como vinieron a España muchos otros artistas alemanes y flamencos.
La presencia en Zaragoza de Cristóbal Vitver de Augusta parece haber sido fundamental en la evolución de la azulejería de arista del siglo XVI, pues su temprana asociación con el azulejero de Cadrete Iñigo Tendilla —en 1529— permitiría unir la técnica cerámica que los Tendilla y otros ceramistas moriscos zaragozanos practicaban -hasta ese momento dominada por las decoraciones geométricas de lazo y almenas, de derivación nazarí (los motivos de los arrimaderos alicatados de la Alhambra que ellos mismos estampaban en 1501 en los azulejos hechos para el monasterio de Santa Engracia de Zaragoza)- con el nuevo repertorio renacentista que él traía desde Alemania. A partir de este momento la azulejería de arista zaragozana obrada en los alfares mudéjares de Cadrete, Muel, Zaragoza y María de Huerva alternó sendos muestrarios junto con otros temas de tradición gótica (las decoraciones de pervivencia islámica, “al moderno” y “al romano”).
En la segunda mitad del Quinientos, su hijo Cristóbal de Augusta tendría también un papel fundamental en el desarrollo de la azulejería sevillana, pero de una técnica distinta, la pintada a pincel en policromía de tipo italiano.
Obras de ~: azulejos para la casa de Juan Coloma, Zaragoza, 1529-1531 (desapar.); azulejos para la “sobre escalera de San Martín”, Estella (Navarra), 1540 (desapar.).
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Zaragoza, Francisco Berenguer, 15 de enero de 1538, fols. 17v-18r; Miguel de Segovia, 22 de febrero de 1540, fols. 137v-139r; Domingo Monzón, 14 de mayo de 1543, fols. 153r-153v; Pedro López, 16 de abril de 1544, fol. 665r; Archivo Municipal de Estella (Navarra): Libro de Consultas, n.º 3, 8 de octubre de 1539 y 26 de diciembre de 1540, fol. 101 y fol. 161, respect.
J. Gestoso y Pérez, Historia de los barros vidriados sevillanos, Sevilla, 1903 [reed., Ayuntamiento de Sevilla, 1995 (col. Clásicos Sevillanos, vol. 8), págs. 226-237]; M. Abizanda y Broto, Documentos para la historia artística y literaria de Aragón procedentes del Archivo de Protocolos de Zaragoza (siglos XVI y XVII), vol. II, Zaragoza, 1917, págs. 400-406; M.ª I. Álvaro Zamora, Cerámica aragonesa I, Zaragoza, Librería General, 1976 (Colección Aragón, vol. 2), págs. 184-187; “El trabajo en los alfares mudéjares aragoneses. Aportación documental acerca de su obra, controles de su producción y formas de comercialización y venta”, en Revista Zurita (Zaragoza, Institución Fernando el Católico), 65-66 (1992), págs. 97-137; “La cerámica mudéjar de aplicación arquitectónica en Aragón (España)”, en Actes du VIe Congrès de la céramique médiévale en Méditerranée. Aix-en-Provence (France), 1995, Aix-en-Provence, Narration Éditions, 1997, págs. 641-654, pls. XI-XII; “La cerámica aragonesa”, en T. Sánchez Pacheco (coord.), Cerámica española, en J. Pijoán (dir.), Summa artis: historia general del Arte, t. XLII, Madrid, Espasa Calpe, 1997, págs. 221-288; M.ª I. Álvaro Zamora, “Técnicas y tipologías cerámicas aplicadas a la arquitectura aragonesa de los siglos XIII al XVII (1610). Relaciones con el resto de las producciones peninsulares”, en Actas del V Congreso de Arqueología Medieval Española. Valladolid, 1999, Valladolid, Junta de Castilla y León, 2000, págs. 823-849; Cerámica aragonesa, vols. I y II, Zaragoza, Ibercaja, 2002, págs. 121 y 184, y pág. 218, respect.; A. Simón Pérez, El monasterio y la Universidad de Irache: Inventario del Archivo (siglos XVI-XIX), Pamplona, Gobierno de Navarra, 2002, pág. 107; M.ª I. Álvaro Zamora, “Elementos arquitectónicos y decorativos nazaríes en el arte mudéjar aragonés II: Azulejería de arista procedente de la Torre Nueva de Zaragoza”, en Artigrama (Departamento de Historia del Arte, Universidad de Zaragoza), 19 (2004), págs. 303-336.
María Isabel Álvaro Zamora