Belbix, Antón. ?, p. m. s. XVI – s. m. s. XVI. Ceramista.
Maestro de azulejos instalado en Zaragoza. En los libros de fábrica de la catedral de Huesca se registran los pagos que el cabildo le hizo en 1544 “por los azulejos, cintillas y coronas” que había entregado para la capilla del Sacramento y la sacristía nueva, encargo que continuaba los realizados algunos años atrás a otros azulejeros zaragozanos de Cadrete: Mahoma de Tendilla, Mahoma el Toledano, Alí Sotillo y Alí de Tendilla (1522-1525).
La solería obrada por “Anthon Belbix” para la capilla del Sacramento de la catedral oscense se conserva prácticamente intacta, gracias a la localización aislada de este espacio, situado en alto y por detrás del retablo mayor, desde el que se accedía a su expositor.
Belbix obró para este suelo una azulejería de técnica de arista, de viva policromía (blanco, azul, verde y amarillo-melado), a base de azulejos de cuarto con los que compuso una decoración renacentista de motivos vegetales de diseño radial, inscritos en marcos circulares y poligonales, con los que se configuraron dos alfombras cerámicas perfiladas por cintas.
Se trata de la técnica azulejera más característica del siglo XVI, expresiva de la versatilidad de los artífices mudéjares capaces de adoptar los nuevos diseños clásicos llegados de Italia, de adaptarlos a sus técnicas y concepciones estéticas y de compatibilizarlos —según el gusto del encargante— con otros motivos de tradición islámica o gótica. Su diseño tiene, además, el interés de ser casi idéntico al que aparece en algunos de los azulejos de los arrimaderos de la Casa de Pilatos de Sevilla, obra de los hermanos Diego y Joan Polido (1536-1538), y en otros realizados para el castillo de Sant’Angelo de Roma, siendo pontífice León X (1513-1521), atribuidos por algunos investigadores a los mismos obradores sevillanos y considerados por otros como imitaciones italianas. Esta circunstancia demuestra la unidad alcanzada por esta producción cerámica manufacturada en Aragón (Cadrete, Muel, Zaragoza, María de Huerva), Toledo y Sevilla, debido a la utilización de modelos ornamentales comunes, a la posible difusión de los moldes empleados para la confección de los azulejos y a la movilidad de los azulejeros entre los diferentes alfares peninsulares.
En 1553 vuelve a documentarse a Antón Belbix, en esta ocasión como “cantarero” de Zaragoza, firmando un contrato de aprendizaje según el cual Bernard de Balansu (o Balansum), carretero, vecino de Huesca, afirmaba con él como aprendiz a su sobrino Perico de Lorga, de once años, natural de la misma ciudad, para que le enseñara su oficio a lo largo de los cuatro años siguientes. Este acuerdo debió de tener relación con el trabajo de Belbix en la capital oscense, pudiendo haber estado contratado también Balansu como carretero para el transporte de los azulejos desde Zaragoza.
Obras de ~: azulejos para la solería de la capilla del Sacramento de la catedral, Huesca, 1544; azulejos para la sacristía nueva de la catedral, Huesca, 1544 (no conservados).
Bibl.: R. del Arco Garay, La catedral de Huesca, Huesca, 1924, pág. 192; M.ª I. Álvaro Zamora, Cerámica aragonesa I, Zaragoza, Librería General, 1976 (Colección Aragón, vol. II), págs. 184-187; M.ª A. Durán Gudiol, Catedral de Huesca, Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1991, pág. 164; I. Álvaro Zamora, “El trabajo en los alfares mudéjares aragoneses. Aportación documental acerca de su obra, controles de su producción y formas de comercialización y venta”, en Revista Zurita (Zaragoza, Institución Fernando el Católico), 65-66 (1992), págs. 97-137; “La cerámica mudéjar de aplicación arquitectónica en Aragón (España)”, en Actes du VIe Congrès de la céramique médiévale en Méditerranée. Aix-en-Provence (France), 1995, Aix-en-Provence, Narration Éditions, 1997, págs. 641-654 (pl. XI-XII); “La cerámica aragonesa”, en T. Sánchez Pacheco (coord.), Cerámica española. Summa Artis: Historia General del Arte, vol. XLII, Madrid, Espasa Calpe, 1997, págs. 221-288; M.ª I. Álvaro Zamora, “Técnicas y tipologías cerámicas aplicadas a la arquitectura aragonesa de los siglos XIII al XVII (1610). Relaciones con el resto de las producciones peninsulares”, en Actas del V Congreso de Arqueología Medieval Española. Valladolid, 1999, Valladolid, Junta de Castilla y León, 2000, págs. 823-849; Cerámica aragonesa, vols. I y II, Zaragoza, Ibercaja, 2002, págs. 146 y 184-186, y págs. 211-253 (figs. 348-349), respect.
María Isabel Álvaro Zamora
