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Mahoma de Tendilla

Biografía

Tendilla, Mahoma de. ?, ú. t. s. xv – p. m. s. xvi. Ceramista.

Miembro de una destacada familia de azulejeros mudéjares establecida en la localidad de Cadrete (Zaragoza) —perteneciente al Monasterio Cisterciense de Santa Fe—, entre finales del siglo xv y la primera mitad del siglo xvi.

Mahoma de Tendilla y su padre Amet Ferrero acordaban —en 1501— con el Monasterio de Santa Engracia de Zaragoza la fabricación de cuantos azulejos precisasen para sus obras hasta 1503 (se conservan algunos que coinciden con los descritos en el encargo de 1501 en el Museo de Zaragoza). Según la pormenorizada descripción incluida en el documento los “aliceres y azulejos” solicitados, debían fabricarse de acuerdo a la técnica de arista, pintados en cuatro colores (blanco, amarillo, negro y verde) y decorados con motivos de almenas y lacerías entrelazadas. Los dos firmaban un nuevo encargo cerámico en 1505, descrito en esta ocasión como “los ladrillos necesarios para la solería de la sacristía y escalera” del Monasterio, en tanto que, en 1509, era únicamente el “maestro Tendilla” (supuestamente Mahoma) el que concertaba con el prior del cenobio jerónimo la producción en la localidad de Cuarte (población próxima a Cadrete) de tres mil “arcaduces vidriados a 6 dineros cada uno”, destinados a las conducciones de aguas del recinto. Todavía en 1514 se seguía mencionando en la documentación la aplicación de piezas cerámicas en la decoración mural del monasterio, azulejos que seguramente continuaría fabricando el mismo Mahoma de Tendilla.

La alta valoración dada a su labor debió determinar que, en 1513, fabricara también varias partidas de azulejos para la Seo de Zaragoza, que eran consignados en sus Libros de Fábrica como “los lazos que faltaron para enladrillar el Capítulo”, constando igualmente su trabajo para varias obras civiles no determinadas en la capital aragonesa, como la apalabrada con el mercader Ochoa de Marquina, por la que recibía, en 1517, un avance de pago sobre el total ajustado. En 1522, se le llamaba para realizar otro encargo de entidad, la producción de todos “los azulejos o ladrillos de colores” que se precisaban en las obras de la Catedral de Huesca (iglesia, capillas, sacristía y coro), que se comprometía a realizar según la fórmula del juramento islámico (“por villeille alladí”). En esta ocasión, Mahoma de Tendilla trabajó en compañía de Mahoma el Toledano y Alí Sotillo, establecidos con él en Cadrete, prolongando su quehacer hasta por lo menos 1525, fecha esta última en la que se citaba también a su hijo Alí de Tendilla. Por otra parte, en 1529, aparece reseñado el nombre de un cuarto integrante de esta saga de ceramistas, Íñigo de Tendilla, firmando un interesante contrato de asociación con Cristóbal Vitver de Augusta, azulejero alemán establecido en Zaragoza, con el que muy probablemente realizaría entre 1529 y 1531 los azulejos necesarios para la decoración de la casa de Juan Coloma.

Los Tendilla obraron en Cadrete una azulejería de arista, fabricada con moldes que dejaban las ornamentaciones impresas en relieve, similar a la que por estas mismas fechas se producía en los alfares de Toledo y Sevilla. Con ellos se inició una técnica cerámica que habría de tener un éxito inmediato en Aragón y que se extendió enseguida a los obradores de Muel, María de Huerva y Zaragoza; demandándose para casi todas las obras religiosas y civiles levantadas a lo largo del siglo xvi. En ella es evidente la influencia ejercida por el palacio de la Alhambra de Granada, conocido por los nobles y prelados componentes del séquito de Fernando el Católico a partir de la reconquista de la ciudad (1492), que admiraron el resultado estético de sus arrimaderos cerámicos, copiando el uso de este material como forro mural de rico colorido y sus decoraciones geométricas con diseños de lazo y remates almenados. Son precisamente éstos los temas ornamentales solicitados a los Tendilla en su primer encargo para el Monasterio zaragozano de Santa Engracia, en 1501 (“decoraciones de almenas y de grano de ordio”), en el pedido hecho para la fábrica de la Seo, en 1513 (“los lazos que faltaban”) y en el contrato firmado con la Catedral de Huesca, entre 1522 y 1525 (“cuadrados de lazo y pintados” y “cinticas de lazo”). Finalmente, la documentación notarial ha aportado datos muy precisos acerca del precio pagado por los azulejos, los cuales tienen el interés de mostrarnos una gradual reducción de su coste —pareja a la rápida generalización de esta técnica azulejera en Aragón—, que evoluciona desde los “6 dineros pieza” asignados a los obrados para el Monasterio de Santa Engracia, a los “2,5 y 4 dineros” pactados para los destinados a la catedral de Huesca y los “3 dineros” ajustados para los contratados para la casa de Juan Coloma en Zaragoza.

 

Obras de ~: Azulejos y arcaduces vidriados para el monasterio de Santa Engracia, Zaragoza, 1501-1514 (desapar.); Azulejos para La Seo, Zaragoza, 1513 (no conservados); Azulejos para los suelos de la Catedral, Huesca, 1522-1525 (desapar.); Azulejos para la casa de Juan Coloma, Zaragoza, 1529-1531 (desapar.).

 

Bibl.: R. del Arco Garay, La catedral de Huesca, Huesca, 1924; M.ª I. Álvaro Zamora, Cerámica aragonesa I, Zaragoza, Librería General, 1976, págs. 184-187 (Colección Aragón, vol. 2); A. Durán Gudiol, Catedral de Huesca, Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1991, págs. 139-143; M.ª I. Álvaro Zamora, “El trabajo en los alfares mudéjares aragoneses. Aportación documental acerca de su obra, controles de su producción y formas de comercialización y venta”, en Revista Zurita (Zaragoza, Institución Fernando el Católico), 65-66 (1992), págs. 97-137; “La cerámica mudéjar de aplicación arquitectónica en Aragón (España)”, en VV. AA., Actes du VIe Congrès de la céramique médiévale en Méditerranée. Aixen- Provence (France), 1995, Aix-en-Provence, Narration Éditions, 1997, págs. 641-654, pls. XI-XII; “La cerámica aragonesa”, en T. Sánchez Pacheco (coord.), Cerámica española, en J. Pijoán (dir.), Summa artis: historia general del Arte, t. XLII, Madrid, Espasa Calpe, 1997, págs. 221-288; M.ª I. Álvaro Zamora, “Cerámica decorativa y azulejería en La Seo de Zaragoza”, en VV. AA., La Seo de Zaragoza, Zaragoza, Gobierno de Aragón, 1998, págs. 379-395; J. Criado Mainar, “La fábrica del monasterio de Santa Engracia de Zaragoza, 1492-1517”, en Artigrama, 13 (1998), págs. 253-276; M.ª I. Álvaro Zamora, “Técnicas y tipologías cerámicas aplicadas a la arquitectura aragonesa de los siglos xiii al xvii (1610). Relaciones con el resto de las producciones peninsulares”, en VV. AA., Actas del V Congreso de Arqueología Medieval Española. Valladolid, 1999, Valladolid, Junta de Castilla y León, 2000, págs. 823- 849; Cerámica aragonesa, vols. I y II, Zaragoza, Ibercaja, 2002, págs. 63, 121 y 183-186 y págs. 211-253, respect.; “Elementos arquitectónicos y decorativos nazaríes en el arte mudéjar aragonés II: Azulejería de arista procedente de la Torre Nueva de Zaragoza”, en Artigrama (Departamento de Historia del Arte, Universidad de Zaragoza), 19 (2004), págs. 303-336; J. Ibáñez Fernández, Arquitectura aragonesa del Quinientos. Tradición y modernidad en tiempos de Hernando de Aragón (1539-1575), Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2005 (nota 89); M.ª I. Álvaro Zamora, “Las artes decorativas en Aragón: la cerámica”, en M. C. Lacarra (coord.), Actas del curso: Arte mudéjar en Aragón, León, Castilla, Extremadura y Andalucía. Zaragoza, 2005, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2006, págs. 315-348.

 

María Isabel Álvaro Zamora

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