Jofreu, José. Barcelona, 16.II.1676 – Lisboa (Portugal), 19.I.1743. Abogado y artífice de la unidad de la Congregación de la Misión (CM) en Portugal.
La escena biográfica del que fuera “el primero de todos” los misioneros paúles españoles ingresados en la nueva casa fundada en Barcelona (1704) se mueve entre los bastidores de la Guerra de Sucesión. Nació en una familia acomodada. De joven recibió una esmerada formación que le permitió alcanzar el doctorado en Leyes y ejercer, posteriormente, la profesión de abogado, al igual que sus ascendientes familiares.
No obstante la plena aceptación de que disfrutaba, le perseguía la vocación religiosa a la que terminó por abrazar (agosto de 1704), dejando atrás su antigua profesión.
Entró en la congregación de los “missionistas” —así eran llamados los primeros Paúles en España—, que hacía tan sólo un mes se habían instalado en la calle Tallers de Barcelona. Un año escaso más tarde (marzo de 1705) recibió el orden sacerdotal en su ciudad natal y comenzó el ministerio dirigiendo ejercicios espirituales a los clérigos diocesanos; las primeras pláticas y exhortaciones que les dirigió fueron muestras de un carácter firme y exigente ante quienes se declaraban servidores de la Iglesia. Con el Evangelio en una mano y la ley canónica en la otra, exhortaba a sus oyentes a ser fieles a Jesucristo sacerdote y evangelizador de los pobres.
No habían transcurrido diez años desde su entrada en la comunidad (1704-1714) cuando le sorprendió una orden de expulsión de España y de todos sus dominios, orden dimanada del rey Felipe V, que veía en él un insurrecto peligroso para su gobierno en Barcelona; estaba, en efecto, clasificado como defensor de los derechos del archiduque Carlos de Austria. El texto de destierro era claro y conciso: “Ha sido grande fomentador de la rebelión y, con capa de virtud, ha causado graves daños; porque era tenido por persona espiritual y como tal fue llamado por los comunes por consultor de conciencia, y fue de parecer que se resistiesen a la armas del Rey”.
José Jofreu obedeció, al punto, la orden y encaminó sus pasos a Roma y Florencia, donde su Congregación tenía establecidas casas de misiones y ejercicios (1714). Pronto desarrolló allí la misma actividad a la que se había entregado en Barcelona.
Tres años en Italia fueron suficientes para que demostrara su preparación teológica y valía profesional; le asistía una gran facilidad para las lenguas.
En 1718 aparece actuando en Lisboa como árbitro de paz y de unión bajo las órdenes de su superior general, residente en París. Su ideal se cifraba entonces en conseguir, con medios suaves y diplomáticos, la dependencia de la recién creada provincia portuguesa al cuerpo de la congregación, tarea que le obligó a negociar con los altos cargos eclesiásticos y políticos.
Juan V, rey de Portugal, le estimaba por sus dotes personales y estilo de gobierno. Con ocasión de la canonización de san Vicente de Paúl (junio de 1737), el mismo Rey, prendado de las cualidades de Jofreu, se declaró protector de las obras del santo, sufragando el coste de la preciosa edición de las Reglas de la Congregación de la Misión, cuyo prólogo en latín neoclásico, de estilo cortado, se debe a José Jofreu.
La faceta literaria y cultural de Jofreu está por explorar.
Si no es modelo de estilo, muestra al menos un rico filón doctrinal que emerge de las fuentes bíblicas, patrísticas y, sobre todo, del teólogo santo Tomás de Aquino, a quien llama “mi querido maestro”.
José Jofreu falleció en Lisboa el 19 de enero de 1743, dejando una estela de misionero prudente y experimentado en asuntos temporales y espirituales.
Obras de ~: con P. Barrera (eds.), Regulae seu Constitutiones Communes Congregationis Missionis, pról. de ~, Lisboa, 1743.
Bibl.: B. Paradela, Notas biográficas de los que han pertenecido a la Congregación de la Misión en España, Madrid, 1935 (separata de Anales de la Congregación de la Misión).
Antonino Orcajo Orcajo, CM
