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Antonio Codorniú

Biografía

Codorniu, Antonio. Fausto Agustín de Buendía. Barcelona, 11.V.1699 – Ferrara (Italia), 9.VII.1770. Jesuita (SI) expulso, filósofo, escritor y operario espiritual.

Ingresó en la Compañía el 31 de mayo de 1719 en Tarragona. Completados los estudios humanísticos en esa ciudad, cursó filosofía (1721-1724) en Urgel, para enseñar luego retórica y humanidades en Lérida. Al terminar su cuadrienio de teología en Valencia, fue ordenado sacerdote en 1728 y allí tuvo el acto público de esa facultad (1729). Enseñó de nuevo la retórica en Gerona y, una vez terminada la tercera probación (1732-1733) en Tarragona, profesó la filosofía (1733-1736) en Barcelona, donde hizo los últimos votos o profesión solemne el 25 de agosto de 1735, de donde pasó a Gerona en 1736. Aquí permaneció hasta la expulsión de 1767, los dos primeros años como profesor de teología y de moral, y los restantes como bibliotecario y operario espiritual con toda clase de personas (estudiantes, militares, religiosas, etc.). Los más de treinta años en Gerona son descritos por Hervás en dos etapas: primero se aplicó con particular empeño a las ciencias sagradas, después de concluir los estudios de filosofía y teología. En una segunda etapa, “[a]bandonado el magisterio de las ciencias, se empleó celosamente en los ministerios apostólicos de confesión y evangelización”.

Fue examinador sinodal de varias diócesis, miembro de la Academia del Buen Gusto de Zaragoza y persona muy próxima al círculo intelectual creado por José Finestres en la Universidad de Cervera.

Torres Amat dice que “en tiempo de Fernando VI fue comisionado para recoger en Gerona todos los documentos y memorias concernientes a la historia eclesiástica y civil de España, como Burriel y Pérez Bayer en Toledo” (F. Torres Amat, 1836). La expulsión de 1767 lo sorprendió trabajando en una Histórica enarratio in Psalmos, cuando iba por el salmo 70, pero tuvo que volver a comenzar el estudio por no habérsele permitido llevar consigo los papeles.

Hervás narra las penurias de los tres últimos años de su vida en el destierro italiano: “Desterrado de España (no habiéndole permitido llevar consigo sus manuscritos, entre los que, por obra grande de sus tareas literarias, reputaba la Histórica narración de los salmos), luego que desembarcó en San Bonifacio de Córcega buscó y con trabajo pudo hallar papel, pluma y tinta para empezar a escribir, sobre el salterio de David, lo que le suministraban su meditación y la memoria de lo que sobre el mismo salterio había escrito en España”.

Esta Historica enarratio in psalmos (no localizada), que el autor había escrito casi hasta la mitad y que quedó el 1767 en el colegio jesuítico de Gerona, debía de ser un eco de la renovación bíblica de su tiempo, que Codorniu intentó reconstruir de memoria en Córcega y que debió de continuar en Ferrara.

A los pocos meses de estar en Córcega “empezó a enfermar y, continuando siempre sus achaques, pasó plácidamente a los eternos reposos en Ferrara a 9 de junio 1770”.

Hervás “logró” reseñar ocho impresos y seis manuscritos.

En Gerona había iniciado su tarea de publicista, que le ha dado cierto renombre, sobre todo por sus obras allí impresas, que reflejan ya el cambio social que la Ilustración había traído a España y en particular a Cataluña: la Instrucción de christiana y política cortesanía, destinada a los alumnos del Colegio de Nobles, o de Cordelles, de Barcelona (1740; reeditada como Galateo, sin año y bajo seudónimo) y sobre todo el Índice de Filosofía moral, christianopolítica, muy significativamente “dirigido a los nobles de nacimiento y espíritu” (1746); además de las Dolencias de la crítica... para precaución de la estudiosa juventud (Gerona, 1760), obra dedicada al padre Benito Jerónimo Feijoo, donde se muestra todavía incapaz de abandonar el pensamiento aristocrático sobre el que se apoyaba la formación humana que se impartía en los colegios jesuitas. Redactó estas Dolencias, animado por el padre Benito Jerónimo Feijoo, para precaver a los jóvenes del peligro de caer en el escepticismo o pirronismo que, por entontes, empezaba a hacer estragos entre los ilustrados.

Como eco de la vuelta al siglo XVI que caracterizó el XVIII, su compañero Onofre Prat de Saba (1733- 1810) intituló Imago optimi episcopi... (Ferrara, 1785) un resumen latino de la biografía de Ramón de Marimon (1763). Codorniu participó en la reacción contra la religiosidad supersticiosa, cuyas manifestaciones más notorias eran las referencias milagreras en los panegíricos o sermones de santos, en los que exigía más rigor histórico. El cariz historiográfico de la época se refleja también en el acopio de documentos sobre la historia eclesiástica recogidos por Codorniu en Cataluña, que dejó en 1767 en el colegio de Gerona, junto con un ecléctico Cursus philosophicus.

En un cierto contraste con esos rasgos ilustrados, y en armonía con el “espíritu de cuerpo” que se achacaba entonces a los jesuitas, se sitúa la intervención de Codorniu en defensa de la Ratio studiorum (en el marco de las polémicas contra Luis Antonio Verney) con su Desagravio de los autores y facultades que ofende el Barbadiño (Barcelona, 1764).

Hoy, sus dos obras más conocidas son el Nuevo Predicador Instruido o El predicador evangélico: breve méthodo de predicar la palabra de Dios con arte y espíritu, donde el padre Codorniu se preocupó por mejorar la predicación y recuperar el rigor dogmático y moral en los púlpitos de la época, en la línea del también jesuita padre José Francisco de Isla. La orden jesuita fue uno de los focos de la reforma de la predicación emprendida por los autores anti barrocos en la España del siglo XVIII. El Nuevo Predicador Instruido (1740) es uno de los ejemplos más claros, porque comparte algunos de los rasgos esenciales de las obras de preceptiva retórica reformista del Setecientos y, al mismo tiempo, de las actitudes de los jesuitas que siguieron fieles a la escolástica y ajenos a algunas de las aportaciones más destacadas de los rigoristas españoles.

Reacciona contra el enrevesamiento y la ingeniosidad de la oratoria sagrada barroquista, afirmando que la predicación, más que en el arte humano, debía basarse en la Biblia, que se constituía, de este modo, en una suerte de modelo retórico. Codorniu se manifestó claramente a favor de un estilo natural en el empleo de los tropos y en defensa de la sencillez retórica.

La otra obra por la que hoy es recordado Codorniu es el Índice de la Filosofía Moral christiano-política, dirigido a los nobles de nacimiento y espíritu (1746), en el que conscientemente expone una ética basada en el concepto de honor y en la conciencia de ser miembro de una clase nacida para mandar. Una idea de ciudadano o de hombre de bien no entra en el horizonte mental de este jesuita, aunque su Índice de la Filosofía Moral fuese calurosamente alabado por el padre Feijóo, quien dedicó la Carta erudita XXIX del tomo III (1750) a comentar el Índice de la filosofía moral del catalán, a quien califica de “este sabio Jesuita de distinguidas prendas”. Del libro dice que “el asunto es importantísimo; el método de una exacta regularidad; el estilo armonioso, proprio brillante, enérgico, dulce, natural [...]; las doctrinas sanísimas, sugeridas de un profundo conocimiento de la Ética cristiana [...]. Finalmente, hallo este escrito, por cualquier parte que se mire, tan cabal, que resueltamente desafiaré al hombre más ínvido, sobre que me señale en él algún defecto probablemente tal”.

Los críticos han valorado bastante favorablemente la figura de este amigo de Feijoo, que tuvo la suerte de ser profesor de filosofía del gran crítico literario Juan Andrés y Morell en Gerona en el trienio (1757- 1759), en el colegio de San Martín. El padre Casanovas dice que “él vislumbró antes y mejor que nadie el espíritu crítico del siglo XVIII”. M. Batllori lo define como “preilustrado catalán” y como “original filósofo, apellidado [por Menéndez y Pelayo] con manifiesta exageración el Gracián del siglo XVIII”.

 

Obras de ~: Nuevo Predicador Instruido o El predicador evangélico: breve méthodo de predicar la palabra de Dios con arte y espíritu. Su author el Padre Antonio Codorniu, de la Compañía de Jesús, Gerona, 1740; Índice de la Filosofía Moral christianopolítica, dirigido a los nobles de nacimiento y espíritu, dedicado al Excelentíssimo Señor Don Joseph Fernández de Córdoba y Alagón, etc., Comendador de Bienvenida en la Orden de Santiago, Teniente General de los Exércitos de su Magestad, Gobernador Político y Militar de Gerona, etc. Escrito por el P. Antonio Codorniu, de la Compañía de Jesús, Cathedrático que fue de Philosophía y Theología y examinador Synodal de varios obispados, Gerona, 1746 (1753; Madrid, 1771, anónimo; ib., 1780); Práctica de la Palabra de Dios en una Quaresma entera, con duplicadas y correspondientes doctrinas. Dirigida a los señores curas y ministros del Santo Evangelio, Gerona, 1753, 2 vols.; Oración fúnebre en las exequias de Lorenzo de Taranco, obispo de Gerona, Gerona, Oliva, 1756; Dolencias de la Crítica que, para precaución de la estudiosa juventud, expone a la docta madura edad... y dirige al... Fr. Benito Gerónimo Feyjóo, Gerona, 1760; Examen de las que quieren ser monjas, Barcelona, 1763; Desagravio de los autores y facultades que ofende el Barbadiño en su obra: “Verdadero méthodo de estudiar”, según la traducción castellana del todo conforme al original portugués. Dedicado a las Universidades y Literatos de España, Barcelona, 1764; El ministro de Jesucrito theológicamente delineado, Barcelona, 1765; El Buen Soldado de Dios y del Rey, armado de un catecismo, y seis pláticas que contienen sus principales obligaciones, y dedicado al glorioso Apóstol Santiago, Patrón de España, Barcelona, 1766; Apuntamientos y copias que ha hecho el P. Antonio Codorníu, de la Compañía de Jesús, de los documentos concernientes a la Historia eclesiástica de España que ha hallado en varias Bibliotecas del Principado de Cataluña, s.f. (inéd.); Sermones panejíricos, Gerona, s.f.; Filosofía moral, s.f. (inéd.); Práctica de la palabra de Dios (inéd.); Historica enarratio in psalmos, s.f. (inéd.).

 

Bibl.: O. Prat de Saba, Vicennalia sacra aragoniensia, Ferrara, 1787, págs. 19-31; F. Torres Amat, Memorias para ayudar a formar un diccionario crítico de los escritores catalanes y dar alguna idea de la antigua y moderna literatura de Cataluña, Barcelona, J. Verdaguer, 1836; C. S ommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, Bruxelles-Paris, Oscar Schepens, 1890, col. 1260s.; J. E. Uriarte y L. M. Lecina, Biblioteca de Escritores de la Compañía de Jesús pertenecientes a la antigua Asistencia de España, vol. II, Madrid, Imprenta Viuda López del Horno, 1925, págs. 257-260; I. Casanovas y M. Batllori, Josep Finestres, estudis biogràfics. Epistolari, Barcelona, Biblioteca Balmes, 1931-1969 (índices); E. Moreu-Rey, El pensament illustrat a Catalunya, vol. I, Barcelona, Editions 62, 1966, págs. 58-78; M. Dubuis, “Un ‘error común’: la antiperístasis. En torno a una carta inédita de Feijoo al P. Agustín Abad, S.J.”, en Estudios dieciochistas en homenaje al profesor José Manuel Caso González, t. I, Oviedo, Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII, 1995, págs. 251-250; F. Rico Callado, “La reforma de la predicación en la Orden ignaciana: ‘El Nuevo Predicador Instruido’ (1740) de A. Codorniu”, en Revista de Historia Moderna, 18 (1999-2000), págs. 311-339; M. Batllori, “Codorniu, Antonio”, en Ch. E. O’Neill y J. M.ª Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, Roma-Madrid, Institutum Historicum, SI-Universidad Pontificia de Comillas, 2001, págs. 832-833; L. Hervás y Panduro, Biblioteca jesuítico-española, ed. de A. Astorgano, Madrid, Libris Asociación de Libreros de Viejo, 2007, págs. 189-192.

 

Antonio Astorgano Abajo

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