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Esteban de Rueda

Biografía

Rueda, Esteban. Toro (Zamora), 1585 – 1626. Escultor.

Esteban de Rueda nació en Toro en el seno de una familia aparentemente desvinculada del ambiente artístico local. En 1598, tras la pérdida de sus progenitores, se asentó como aprendiz del escultor toresano Sebastián Ducete. El período de formación se extendió durante seis años, de modo que en 1604 se convirtió en oficial del maestro. Su alta calidad técnica y su ambición le permitieron llegar a tratar como a un igual a Ducete, que en 1609 decidió darle una participación mayor en el negocio, hasta el punto de permitirle contratar con él los retablos de los Carmelitas Descalzos de Toro y Salamanca. La boda de Rueda con Inés del Moral, prima segunda de Ducete, fue la circunstancia propicia para que Sebastián se decidiera a recibir a su discípulo como maestro dentro del taller, de manera que, a partir de 1612, la práctica totalidad de las obras las contrataron al unísono.

La colaboración de Rueda con Ducete se prolongó hasta 1620, fecha en que murió el segundo. Durante este período los maestros de Toro, como acostumbra a llamarlos la historiografía, producen un conjunto de obras de apreciable calidad, donde el manierismo habitual en Sebastián Ducete evoluciona hacia el naturalismo del primer barroco. Relieves como los del retablo de Tordehumos (Valladolid, 1613), donde es evidente la colaboración entre ambos maestros, o bultos redondos como el San Juan de las Carmelitas de Tordesillas (Valladolid, c. 1618-1620), sólo de Rueda, son buena muestra de los esfuerzos del taller toresano por ponerse al día y abandonar los huecos movimientos manieristas.

La muerte de Ducete dejó en manos de Rueda el taller toresano. Los primeros años los empleó el escultor en concluir los encargos pendientes contratados en vida del maestro. El más importante era el retablo mayor de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), asentado en la segunda mitad de 1622, que fue destruido en un incendio en 1971. Sí se conservan los relieves del antiguo retablo mayor de los Carmelitas Calzados de Medina del Campo, hoy en el Santuario Nacional de la Gran Promesa de Valladolid, donde destaca el tablero de Santa Ana, la Virgen y el Niño, que expresa todavía la característica tensión juniana de Ducete.

Las fotografías tomadas del retablo mayor de Peñaranda antes de su desaparición permiten adivinar la apuesta decidida protagonizada por Esteban de Rueda en favor del naturalismo en gestos y actitudes.

Se multiplican los semblantes populares, en ocasiones vulgares, y las variadas posturas de los apóstoles que resultan ennoblecidos por ademanes arrogantes y vivaces. Cierto desparpajo y alegría de vivir se desprende de algunas figuras que ríen abiertamente en los relieves de Peñaranda. La misma característica se observa en el grupo de Santa Ana, la Virgen y el Niño de la pequeña localidad vallisoletana de Villavellid (c. 1624-1626), donde la madre de María, caracterizada como una anciana cuyo rostro se llena de profundas arrugas, dibuja una amplia sonrisa ante la visión del nieto.

La delicada situación económica y demográfica de la ciudad de Toro obligó a Esteban de Rueda a dirigir su mirada hacia el mercado salmantino. En 1624, contrataba varias imágenes del retablo mayor de la parroquial de San Martín, también perdidas, y la Asunción de la capilla mayor de la Catedral Nueva. Esta escultura es significativa de la evolución de Rueda hacia una poética más ponderada, de figuras ennoblecidas pero al mismo tiempo de intensa vida interior, concretada en la actitud de manos y rostro dirigidos hacia la divinidad.

El 31 de octubre de 1626 redactaba el testamento.

Moría pocos meses después. Le lloraron su mujer, Inés del Moral, y sus cinco hijos, ninguno de los cuales siguió la profesión.

 

Obras de ~: Retablo de San Miguel, Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), 1620-1623 (desapar.); Santa Ana, la Virgen y el Niño, Villavellid (Valladolid), c. 1623; Santa Teresa de las Carmelitas Descalzas, Toro (Zamora), 1624; Virgen de la Asunción, Catedral, Salamanca, 1626.

 

Bibl.: M. E. Gómez-Moreno, Escultura del Siglo XVII, en M. Almagro Basch et al., Ars Hispaniae: historia universal del arte hispánico, t. XVI, Madrid, Plus Ultra, 1958, págs. 88-93; J. J. Martín González, Escultura barroca castellana, II, Madrid, Fundación Lázaro Galdiano, 1971, págs. 15-19 y 135- 136; J. R. Nieto y A. Casaseca, “Aportaciones al estudio de Sebastián de Ucete y Esteban de Rueda”, en Boletín del Seminario de Arte y Arqueología (BSAA), XLII (1976), págs. 325- 332; A. Casaseca Casaseca, “La Asunción del altar mayor de la Catedral Nueva de Salamanca”, en BSAA, XLV (1979), págs. 454-462; J. Navarro Talegón, Catálogo Monumental de Toro y su alfoz, Zamora, Caja de Ahorros Provincial, 1980; J. U rrea, “Los Maestros de Toro: nuevos datos y obras”, en BSAA, XLVIII (1982), págs. 243-252; J. J. Martín González, Escultura barroca en España, Madrid, Ediciones Cátedra, 1983, págs. 83-88; L. Vasallo Toranzo, “Esteban de Rueda tras la muerte de Sebastián Ducete”, en BSAA, LXIV (1998), págs. 337-364; Sebastián Ducete y Esteban de Rueda. Escultores entre el Manierismo y el Barroco, catálogo razonado, Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos, 2004; Los escultores Sebastián Ducete (1568-1620) y Esteban de Rueda (c. 1585-1626) (en prensa).

 

Luis Vasallo Toranzo

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