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Fernando Boutelou y Soldevilla

Biografía

Boutelou y Soldevilla, Fernando. ?, p. s. XIX – s. m. s. XIX. Jardinero.

Hijo de Claudio y hermano de Esteban, Claudio y Pablo, Fernando está ya trabajando en 1824 en la Casita de Arriba de El Escorial, y en 1839 es nombrado director general de Jardines y Bosques de los Reales Sitios. Previamente había sido catedrático de Botánica en Sevilla y encargado de los jardines de los Reales Alcázares. forme en el que critica el grave estado de deterioro en el que se encuentra la parte pública del Buen Retiro, describe el abandono de los jardines de Aranjuez y la penosa situación en la que se encuentran la Casa de Campo, El Pardo, San Lorenzo y La Granja, lo que conducirá a una reforma que, según Gómez Mendoza, introduce en España la selvicultura moderna, para lo que se envía a dos pensionados de la Casa Real a la Academia de Tharand. Uno de ellos será precisamente su hermano Esteban, quien continúa así la todopoderosa dinastía familiar debido a la cual se habían mantenido el espíritu y la técnica francesa de la arboricultura. En 1847 se nombra a Agustín Pascual, también pensionado en Tharand y quien verdaderamente introduce el cambio, inspector general de los Reales Bosques, Francisco Sangüesa pasa a encargarse del arbolado y Fernando Boutelou ve recortadas sus atribuciones, pues ha de limitarse a los jardines.

Presumirá en sus informes de haber realizado extensas plantaciones de árboles en los Reales Sitios; llega incluso a afirmar que se habían plantado más de treinta y cinco mil árboles en Aranjuez en un solo año, y critica abiertamente la desidia y la ignorancia de los jardineros, atribuyéndose todos los méritos.

Es uno de los últimos representantes de una familia que rigió la jardinería española durante más de ciento cincuenta años y cuyas características son el interés por la formación en el extranjero, la aclimatación de plantas exóticas, la compra en viveros franceses y la crítica a toda intervención que no provenga de su escuela, como queda patente en el informe que Fernando Boutelou realiza en 1846 sobre el reservado del Buen Retiro, la zona que se había acotado para uso y disfrute de la Familia Real, en la que se estaban llevando a cabo mejoras. En el citado informe dice que “ha mejorado notabilísimamente con las abundantes y exquisitas remesas de plantas y simiente de flores traídas de varias provincias del Reyno, Francia, Alemania, América Septentrional y otros puntos y sólo falta [...] que S. M. se digne aprobar la construcción de la estufa de conservación y propagación de plantas exóticas que tengo propuesta [...]”.

Además de sus intereses al frente de los jardines del Patrimonio Real, se formó como “abogado de los tribunales”y fue miembro de las Sociedades Económicas de Sevilla y Madrid y de las de Horticultura de París y de Londres.

Casó con Manuela Inguanzo y tuvo una hija, Dolores, que nació en 1847.

 

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Mónica Luengo Añón