Reynaud (o Raynaud) y de la Parra, Manuel Bartolomé. Sevilla, 1737 – ¿Palma de Mallorca (Islas Baleares)?, 1822. Ingeniero militar.
De origen francés, era nombrado cadete del Regimiento de Lombardía el 1 de febrero de 1764. Estudió en la Academia de Matemáticas de Barcelona, ingresando en el Cuerpo de Ingenieros como subteniente e ingeniero delineador, a propuesta del ingeniero general Juan Martín Zermeño el 26 de noviembre de 1768. Destinado el 10 de diciembre del último año citado, llegaba como ingeniero delineador a la plaza de Figueras para trabajar en las obras del castillo de San Fernando. En octubre de 1770, pasaba “a continuar su mérito” a Madrid y poco después a Tarifa.
En 1772 embarcó para Filipinas, a donde llegó en la fragata Venus. De su llegada daba cuenta al Consejo el gobernador, Simón de Anda, en carta fechada en Manila el 10 de enero de 1773. Al regreso de Manila, fue destinado a Andalucía por R.O. de 30 de septiembre de 1774 y, el 28 de septiembre de 1775, ascendió a ingeniero extraordinario. En virtud de la propuesta del director general, Pedro Abarca de Bolea, por R.O. de 26 de agosto de 1781 pasó de Andalucía a Aragón. Por otro lado, su ascenso a ingeniero ordinario fue pospuesto debido a que “padecía perturbación mental desde que estuvo en Manila” (posible causa de su rápida salida de Filipinas), por lo que desde Aragón pasó a Cataluña para que el coronel de Ingenieros y director de la Academia de Matemáticas de Barcelona, Juan Caballero, lo observara en una comisión que debía poner a su cuidado exclusivo. Debió de pasar la prueba, pues fue ascendido ingeniero ordinario el 25 de junio de 1782.
En 1783 fue destinado a Tarragona en sustitución del ingeniero ordinario Juan de Santacruz, donde permaneció escasamente un año, aunque desempeñando una intensa actividad profesional. Levantó planos y perfiles del cuartel de la villa de Reus, de la plataforma (baluarte) de San Juan y de la capilla del Glorioso San Magín de Tarragona. En 1784 se le ordenó ocuparse en el reconocimiento de carácter anual de las fortificaciones de Lérida.
Los ingenieros Juan Giraldo y Manuel Bartolomé Reynaud eran enviados en 1789 a Seo de Urgel, donde Reynaud realizó numerosos planos de las fortificaciones de la plaza, como el Plano de la comunicación del Castillo al reducto de la Torre de Solsona, plano de su reducto y batería, varios perfiles de la altura del Cuervo de las Horcas y de diferentes puntos de la fortificación de Seo de Urgel. En 1796 ejercía el mando de la plaza, siendo, además, el comandante de las obras de fortificación y edificios militares. Pidió ser trasladado de esta plaza, en donde dice “haber concluido los 29 planos y perfiles que le habían comisionado”. Al trasladarse Reynaud a Barcelona en ese mismo año, entregó la documentación de lo realizado por él al ingeniero Joseph Falck.
Ese mismo año (1796), después de una breve estancia en Barcelona con ocasión de la guerra del Rosellón, fue destinado a Mallorca, donde realizó un informe sobre el estado de sus defensas: Descripción de la Isla de Iviza [Ibiza], actual estado de la fortificación llamada la Real Fuerza, plan de su defensa y detalle de sus tropas. En el manuscrito, ejemplo clásico de la literatura ilustrada de su tiempo, sus propuestas se corresponden con la política reformista de la monarquía borbónica de la segunda mitad del siglo XVIII.
Propuesto para el ascenso a coronel e ingeniero en jefe, se le retrasó por enfermedad el ascenso hasta el 5 de mayo de 1800; no obstante, el 20 de junio de 1802, “por su poca disposición para el mando, de resultas del accidente de cabeza que ha padecido, queda agregado al Ejército de Mallorca”. A pesar de su falta de condiciones para el mando, durante su estancia en Mallorca estuvo a cargo de la Comandancia de Ingenieros en varias ocasiones con carácter interino, lo que explica que numerosos planos y memoriales fueran firmados por él.
Obras de ~: Plano de la comunicación a Castell Ciudad al reducto de la Torre de Solsona y parte a la que va al reducto de Balira. Lo que lleva la capa de carmín denota ser otra nueva hechas desde febrero de 1795 a noviembre de 1795, con motivo e la última guerra del siglo XVIII contra los franceses; Plano de Seu de Urgel. Plano de la comunicación del castillo de Seo de Urgel al reducto de la Torre de Solsona, 1795-1796; Perfil a lo largo de la altura de las Horcas, 24 de mayo 1796; Plano del reducto y torre de Solsona, 12 de abril de 1796; Perfil a lo largo de la altura del Cuervo, 8 de mayo 1796; Perfil desde el lugar de Montferrer a lo largo de toda la colina de los tres fuertes hasta terminar en la caída opuesta a la altura de las Horcas, Seo de Urgel, 8 de mayo 1796; Plano de la altura de las Horcas, 4 de junio 1796; Plano de la altura del Cuervo, 28 de junio 1796; Descripción de la Isla de Iviza [Ibiza], actual estado de la fortificación llamada la Real Fuerza, plan de su defensa y detalle de sus tropas, 1796.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Exps. Personales.
W. E. Retana, Breve Diccionario Biográfico de los Ingenieros Militares que han estado en las Islas Filipinas, Madrid, Memorial de Ingenieros, 1923; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983, E. Cartañà Marqués, “La isla de Ibiza y sus fortificaciones a finales del siglo XVIII. Un informe del ingeniero militar Bartolomé Reynaud”, en Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, 7, 369 (2002); C. Díaz Capmany, “Los Ingenieros de la Fortaleza de San Fernando de Figueras”, en Annals de l'Institut d'Estudis Empordanesos, 38 (2005), págs. 279-304; M. Galcerán, “Francisco Llovet, Ingeniero Director en el Principado de Cataluña”, en La ilustración en Cataluña. La obra de los Ingenieros Militares, Madrid, Ministerio de Defensa, 2010, págs. 192-211; C. Virgili Belda, “La labor de los ingenieros militares en el siglo XVIII en Seo de Urgel”, en El Arte Abaluartado en Cataluña, Estrategia de defensa en el siglo XVIII, Madrid, Ministerio de Defensa, 2013, págs. 365-398.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño