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Juan de Villalonga

Biografía

Villalonga, Juan de. Orán (Argelia), c. 1740 – La Laguna, Tenerife (Santa Cruz de Tenerife), 6.VII.1821. Brigadier de Ejército e ingeniero en segunda.

Ingresó como cadete en el Regimiento de Orán junto a su hermano Ramón Villalonga el 14 de noviembre de 1762. Ambos se formaron en la Academia de Matemáticas de la plaza, su ciudad natal, filial de la Real Academia de Matemáticas de Barcelona y cuyo programa de estudios debía seguir.

El 3 de noviembre de 1767, una vez superado el plan de estudios del centro mencionado, Juan de Villalonga era nombrado ingeniero delineante y subteniente, siendo destinado a Orán y posteriormente a Cataluña.

Ascendido a ayudante de ingeniero, el 7 de agosto de 1771 recibía un oficio del gobernador de la plaza de Cádiz, en el que se le comunicaba una real orden por la que “este ingeniero, que sirve en Cataluña, debe transferirse a Cádiz para embarcarse a continuar su mérito en Puerto Rico”.

El 19 enero de 1781 se encontraba ya en la isla, ya que aparece como testigo en el testamento de Tomás O’Daly, otorgado en la capital de Puerto Rico, junto a su hermano Ramón Villalonga.

Además de trabajar en las fortificaciones de San Juan de Puerto Rico, Juan de Villalonga se preocupó por la mejora de su puerto. La situación de la bahía de San Juan había ido deteriorándose a lo largo del siglo XVIII, al disminuir notablemente la profundidad de sus aguas, debido a los arrastres de tierras y desechos llevados por la lluvia. El 23 de abril de 1772 estaba destinado en San Juan de Puerto Rico el ingeniero del Ejército Tomás O’Daly, quien exponía una vez más en un informe el deficiente estado del puerto de San Juan, solicitando fuera realizado un dragado para evitarlo. Después de mucha insistencia, se dio la orden en 1782 de comenzar un levantamiento del plano de la Bahía de San Juan, sondeos que fueron realizados por el piloto del navío San Juan Nepomuceno. Sin embargo, el resultado del trabajo no estaba de acuerdo con las esperanzas depositadas, porque tenía tantos errores, que fue necesario comenzar de nuevo el levantamiento. En esta ocasión el levantamiento estuvo a cargo del ingeniero extraordinario Juan de Villalonga, que confeccionaba un nuevo plano en 1783, titulado Sondeo del Puerto de la Plaza de San Juan de Puerto Rico. Una vez realizado, se comprobaron los sondeos con facilidad, indicando una constante disminución de los fondos “principalmente en los sitios más propios para anclar los Navíos de Guerra y las Embarcaciones de Comercio”, además, sacando la conclusión, anteriormente anticipada, de que la disminución de fondos era debido en buena medida, al “desagüe de la mayor parte de la Ciudad”. Había sido promovido a teniente e ingeniero extraordinario el 28 de septiembre de 1775 y a capitán e ingeniero ordinario el 25 de junio de 1782.

Villalonga debió de volver a la Península, con destino en el reino de Navarra, donde estuvo trabajando en las fortificaciones de Pamplona. Con fecha de 14 octubre de 1789, recibía un nuevo oficio del gobernador de la plaza de Cádiz comunicándole una “Real Orden por la que este ingeniero, destinado en el Reino de Navarra, pasa a continuar su mérito en esta plaza de Cádiz” y en 1790 se le nombraba ayudante de profesor en la Academia de Matemáticas de la plaza citada. En 1789, se habían suprimido las academias de Orán y Ceuta y creado otras dos, las de Zamora y Cádiz, en ambos casos, al igual que con las precedentes de Orán y Ceuta, debían seguir el plan de estudios de la de Barcelona.

Fue promovido a ingeniero en segunda y teniente coronel de Ejército, después de dos años dedicado a la enseñanza, el 5 de noviembre de 1792. Según un oficio de 15 de diciembre de ese año del gobernador de la plaza de Cádiz, le comunicaba, por una “Real Orden, por la que este ingeniero, Ayudante de la Escuela Militar de Cádiz, pase a continuar su mérito a Aragón y le reemplace en la enseñanza de la mencionada Escuela el Ingeniero Extraordinario Gabriel Vigo, que se halla en la costa de Granada”.

Destinado a la Comandancia del Cuerpo en Zaragoza, estuvo trabajando en el Palacio de la Aljafería para su habilitación como cuartel de Infantería. También realizó varios reconocimientos de la frontera con Francia y puso en estado de defensa la plaza de Jaca. Al estallar la guerra con Francia (Guerra de la Convención, 1793-1795), fue nombrado cuartel maestre general del ejército de Aragón, por cuyos méritos de campaña se le concedió el grado de coronel de Ejército el 25 de noviembre de 1793 (los oficiales de Ingenieros podían ascender en dos escalas distintas: una, la del Ejército, grado o Infantería, por elección, y otra, en el Cuerpo, por antigüedad). Asistió durante esa campaña al intento de ocupación de Urdós y a la sorpresa realizada por los franceses en Broset. En 1795 pasó al ejército de Navarra a las órdenes del príncipe de Castelfranco, pero, al enfermar de asma, se le concedió licencia para Andalucía. Una vez recuperado se reincorporó al ejército, participando en la acción de Orondo el 6 de julio de 1795, siendo promovido por méritos de guerra a brigadier de ejército el 4 de septiembre de ese último año.

El 4 de marzo de 1796 volvía a Cádiz, donde realizó trabajos técnicos, como reparos en sus fortificaciones y mejora de edificios militares, así como la comisión de revisar las fortificaciones desde El Puerto de Santa María hasta la frontera de Portugal. Había recibido un nuevo oficio del gobernador de la plaza de Cádiz “comunicando una Real Orden por la que este ingeniero, que estaba nombrado para servir su empleo en el Campo de Gibraltar, pasa a continuar su mérito a esta plaza (Cádiz), y que le reemplace en el Campo de Gibraltar el Ingeniero en Segunda Ramón de Villalonga, que se encuentra en este reino”. También tomó parte en 1797 en la defensa de la plaza de un ataque inglés.

El 30 de enero de 1800 fue nombrado “teniente de Rey” de la plaza de Palma de Mallorca, poniéndola en estado de defensa, y en 1807 se le designaba vocal de la Junta de Fortificaciones y Defensa de Indias, con retención de su destino en Palma.

Al iniciarse la Guerra de Independencia, se encontraba en Madrid, donde participó en la defensa de la ciudad el 2 de diciembre de 1808. Enfermo nuevamente de asma, fue hecho prisionero de los franceses, aunque conseguía fugarse, presentándose en Sevilla donde la Junta Central le nombró gobernador de la plaza de La Coruña el 26 de octubre del siguiente año. El 20 de julio de 1810, por motivos de salud, renunció al cargo, marchando a Santa Cruz de Tenerife, donde residió hasta su fallecimiento en 1821.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas (AGS), ExpsPers.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1796-1811; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1994; A. Martín-Lanuza Martínez, Diccionario Biográfico del Generalato Español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833), Madrid, Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, 2012; N. Hinarejos Martín, “De Extremadura a Puerto Rico: ingenieros militares a ambos lados del Atlántico”, en Anales de Historia del Arte, 30 (2020), págs. 249-273.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño