Oblitas, Peregrín de. ?, s. m. s. xiii – 1339. Justicia de Aragón.
Al parecer, procedía de una familia infanzona, originaria de Navarra, que se afincó en la villa de Tauste, provincia de Zaragoza. No se sabe la fecha ni el lugar de su nacimiento.
Pérez Martín, en su estudio introductorio a la edición crítica de las Observancias de Jimeno Pérez de Salanova, citando a Blancas, dice que Peregrín fue discípulo de este justicia, ante quien fue declarado infanzón el 6 de abril de 1325.
En mayo de 1327, el infante Alfonso, primogénito de Jaime II, le encargó, como jurisconsulto de Zaragoza, hacer inquisición contra un sarraceno, aunque más adelante revocó la orden y le mandó proceder por la vía ordinaria.
Unos años más tarde ejercía como juez de la Corte del infante Pedro, el futuro Pedro IV (1336-1387), y merino de Zaragoza, sentenciando el 10 de febrero de 1335 en el pleito que mantenían el infante y el concejo de La Almunia de Doña Godina por causa de una carta de vecindad otorgada por el concejo al mercader extranjero Pedro Torrellas, como consecuencia de la cual se excusaba de pagar peaje en Épila. La sentencia fue favorable al concejo y el documento advierte que se dio en la propia casa de Peregrín, que estaba situada en el barrio de la parroquia de Santa María la Mayor, es decir, El Pilar, de Zaragoza.
Formaba parte del Consejo Real cuando Pedro IV, el 22 de julio de 1338, le otorgó el cargo de justicia de Aragón, vacante por la muerte de su antecesor Peregrín de Anzano, y ordenó a los súbditos del Reino y a los oficiales reales que reconocieran al nuevo justicia. Ésta es la fecha del nombramiento oficial, pero Oblitas ejercía el cargo al menos desde el 30 de junio, en que el Rey le ordenó que procediera en el asunto de la indemnización por los daños causados por Jaime II en algunos lugares del difunto Bernardo de Gabasa.
En octubre de ese mismo año certificó y transcribió, a petición del procurador del castellán de Amposta, un documento original del rey Pedro IV en el que concedía la protección real a la Orden de San Juan de Jerusalén, su castellanía de Amposta y sus vasallos. La justificación de la petición del testimonio del justicia era que consideraban inconveniente transportar el documento original de un lado a otro, para sustentar sus derechos y por ello necesitaban una copia, pero con las debidas garantías de autenticidad.
A finales de ese mismo año, entre noviembre y diciembre, intervino, por mandato real, en el pleito sobre el aprovechamiento del agua de la acequia de Canava, que se disputaban los del lugar de Ricla (Zaragoza) y la Orden de San Juan de Jerusalén, aunque finalmente la decisión quedó en manos del zabacequia de Cabañas, pueblo hoy desaparecido al ser absorbido por su almunia: La Almunia de Doña Godina.
En el mes de enero de 1339 debió de sufrir algún percance o enfermedad, porque actuó en su lugar, como regente del Justiciazgo, Pedro Fernández de Castro, consejero real, que el 5 de dicho mes ordenó a Jimeno Cornel, señor de Alfajarín, que suspendiera la construcción de un molino en la acequia de Canava que perjudicaba a los Hospitalarios. Jimeno Cornel se negó a cumplir la orden.
A partir de mediados de febrero intervino Peregrín de Oblitas en los más variados asuntos, a petición o por mandato del Rey, como, por ejemplo, la reclamación de Elvira López contra su marido, ya que éste había donado por su cuenta unos bienes en Alagón que pertenecían a la reclamante. Hay varias demandas como ésta, relacionadas con la posesión de bienes inmuebles, bien entre particulares o entre particulares e instituciones.
También atendió asuntos relacionados con la recaudación de impuestos o sobre reclamaciones contra la actuación de oficiales reales, como el proceso de inquisición seguido contra el justicia de Calaceite, cuya sentencia, a la que se opuso el maestre de Calatrava, reclamó el Rey desde Valencia el 5 de mayo de 1339.
En las Observancias de Jaime de Hospital se transcribe una consulta realizada por el jurisconsulto Pedro de la Sala al justicia de Aragón y la respuesta de Peregrín de Oblitas a la misma. Ambas pasaron a constituir la Observancia primera del título Ne pater vel mater pro filio teneatur en la colección oficial de Observancias encargada por las Cortes a Díez de Aux.
Las actuaciones documentadas, por el momento, de Oblitas terminan el 23 de mayo de 1339, fecha en la que Pedro IV le encomendó la solución del conflicto surgido entre el lugar de Azuara (Zaragoza) y el noble Ramón Cornel y sus hombres del lugar de Letux (Zaragoza) por la delimitación de los términos, ya que se había producido la invasión de los de Letux con sus ganados en tierras de Azuara y se habían apropiado de pastos, leña y abrevaderos.
No ha quedado noticia de la fecha y lugar de su muerte.
Bibl.: A. Giménez Soler, El poder Judicial en la Corona de Aragón, Barcelona, Tipografía de la Casa Provincial de Caridad, 1901; “Justicias de Aragón. Apuntes cronológicos”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, X (1904), págs. 119- 126; Á. Canellas López, Colección Diplomática de La Almunia de Doña Godina, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1962; Observancias de Jaime de Hospital, intr. y texto crítico por G. Martínez Díez, Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1977; M.ª L. Rodrigo Estevan, Documentos para la historia del Justicia de Aragón, vol. I: Archivo Histórico de la Corona de Aragón, Zaragoza, El Justicia de Aragón, 1991; Las Observancias de Jimeno Pérez de Salanova, est. intr. y ed. crítica de A. Pérez Martín, Zaragoza, El Justicia de Aragón, 2000; J. Delgado Echeverría, “El ‘desafillamiento’ en el derecho aragonés”, en Revista de Derecho Civil Aragonés, VII-VIII (2001-2002), págs. 25-46; M.ª L. Rodrigo Estevan, “Fondos documentales sobre el Justicia de Aragón en el Archivo Real de Barcelona (Archivo de la Corona de Aragón)”, en VV. AA., Sexto Encuentro de Estudios sobre el Justicia de Aragón (Zaragoza, 5 de mayo de 2005), Zaragoza, El Justicia de Aragón, 2005.
María Dolores Barrios Martínez