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Louis-Antoine Le Meingre de Boucicault

Biografía

Le Meingre de Boucicault, Louis Antoine. Conde de Seissan, en Francia. Francia, c. 1660 – Madrid, 8.I.1728. Militar.

Nacido en el sur de Francia, su filiación parece oscura, toda vez que su apellido no debió de ser propiamente el de su nacimiento —ya que ese nombre de Le Meingre de Boucicault lo llevó un célebre mariscal de Francia que fungió al filo de los siglos xiv y xv, en las postrimerías de la Guerra de los Cien Años; pero esta ilustre familia se extinguió muy poco después, según los genealogistas franceses—. Pero no hay duda de que fue un hugonote francés, emigrado en el otoño de 1685 a causa de la revocación por Luis XIV del edicto de Nantes de 1598 —por el que se toleraba el protestantismo en Francia—. Siguió la carrera militar —iniciada probablemente estando aún en Francia—, y tras su exilio en 1685 comenzó a servir a Federico Augusto el Grande, duque elector de Sajonia. En 1710 pasó al servicio de Holanda, con el empleo de general mayor y obtuvo la coronelía de un regimiento de su propio nombre, el Regimiento de Seissan, formado con desertores religionarios franceses. Por cierto que este regimiento debió de ser pagado en parte por Inglaterra —desde 1689 bajo los Orange de origen holandés y, por tanto, calvinistas—, pues se documentan algunas revistas y cuentas del mismo cuerpo en la British Library. Además, sostuvo entonces correspondencia con el célebre hombre de estado y primer ministro holandés Anthonie Heinsius, pasando luego al servicio de Holanda. Vino a España por vez primera en abril de 1710, en ocasión en que las fuerzas del archiduque pretendiente en Cataluña estaban muy amenazadas por el ataque de Felipe V desde Aragón y la inminente llegada desde Francia del duque de Noailles con veinte mil soldados; y en Barcelona propuso al archiduque y al general Stanhope realizar una expedición anfibia que desembarcase en el Languedoc, para obligar a Noailles a desviarse hacia allí y dar tiempo a que los austriaquistas recibiesen refuerzos desde Italia.

Aceptada la propuesta, Seissan realizó el desembarco en el puerto de Sète el 25 de julio de 1710, sumándosele allí un contingente de protestantes rebeldes a Luis XIV. Logró su objetivo: Noailles abandonó el Ampurdán y a marchas forzadas se presentó en Sète, obligando a los anglo-holandeses a reembarcarse, pero permaneciendo allí muchos meses, recelosos de otro desembarco aliado. Ya en 1715 servía de nuevo a Federico Augusto, duque elector de Sajonia en la guerra de sucesión de Polonia, ya que este príncipe germano fue también rey de Polonia con el nombre de Augusto II desde 1709 a 1733. Seissan se distinguió mucho allí, por ejemplo en la batalla de Opatowiecz, el 6 de mayo de 1715, y en otros combates. Parece ser que de entre sus tropas procedieron los oficiales que en 1717 intentaron el asesinato del rey Estanislao I Leszczynski, entonces exiliado en Zweibrucken, pequeña ciudad del Palatinado alemán, cerca de Baden.

En todo caso, la acción de las tropas sajonas no dejó un buen recuerdo en Polonia, debido a su ferocidad y a sus atropellos. En los últimos meses de 1718, el entonces llamado “chevalier de Seissan” o simplemente monsieur de Seissan llegó a Madrid. En la Corte española se dijo entonces que venía a cumplir una misión secreta por encargo del zar de Rusia: esto no sería extraño, toda vez que por entonces el rey de España había acudido sin éxito al zar Pedro el Grande en el contexto de la guerra contra la Cuádruple Alianza, proponiendo incluso su matrimonio con una infanta de España; además, el Zar era precisamente aliado del rey Augusto II de Polonia —y elector de Sajonia— en la guerra de sucesión polaca, por lo que las tropas de uno y otro eran aliadas, lo que explicaría la relación de Seissan con los rusos. Otras fuentes aseguran que esto ocurrió en tiempos en que el luego celebérrimo barón de Ripperdá desempeñaba la embajada de Holanda, y que por la mediación de este diplomático el cardenal Alberoni encomendó a Seissan —antiguo general holandés— una misión diplomática secreta para abrir directamente las conversaciones de paz con la Triple Alianza. Ambas hipótesis parecen perfectamente compatibles. En todo caso, el general de Seissan no negoció mal su pasaje al servicio de un nuevo amo, ya que, alegando abandonar en Polonia “mayores conveniencias”, obtuvo nada menos que el reconocimiento de su título nobiliario, y el nombramiento inmediato de capitán general de los Reales Ejércitos, caso insólito y único en los anales de este empleo militar.

El año de 1719 fue crítico para la situación militar de las tropas españolas: desbaratada la fuerza de desembarco en Escocia, atacados en Galicia por los británicos, atacados por los franceses en toda la línea de los Pirineos, y puestos a la defensiva en Sicilia, el Rey estaba hondamente preocupado, y sin duda pensaba ya en la destitución del cardenal Alberoni. La misión encomendada a Seissan era, pues, de una gran oportunidad, y —fundándose en los intereses comerciales y marítimos de ambas monarquías— se dirigía sobre todo a hacer cambiar de bando al monarca inglés.

Aceptada la misión, Seissan navegó desde Bilbao a Falmouth, en Cornualles, y llegó a Londres el 15 de septiembre de 1719; de sus andanzas allí informó el marqués de Monteleón, embajador español en Londres y en La Haya, particularmente en una carta remitida al Rey el 4 de enero de 1720, citando una misiva de uno de sus espías y confidentes (que alude a Seissan como notus in judea). Pero la misión del general de Seissan en Londres resultó un completo fracaso que, además, fue un fracaso ruidoso, toda vez que su presencia y su actuación fueron conocidas del público. Después de esta misión diplomática secreta, que fue sin duda la más importante de su vida, la trayectoria del general de Seissan se oscurece de nuevo.

Hacia 1722 parece que le conoció en Madrid el duque de Saint-Simon, que en sus conocidas Memorias le llama “marqués de Seissan”. A la muerte del capitán general marqués de Lede, ocurrida en Madrid en 1725, Seissan solicitó del Rey la Dirección General de Infantería, que no llegó a obtener. Parece que hacia 1724 el general de Seissan había salido de España para instalarse en Bruselas, donde se notó su presencia en 1727, causando un leve incidente diplomático, al escribir y publicar un “papel injurioso”, relativo a un suceso ocurrido en Londres, que molestó sobremanera a los ministros de la archiduquesa María Isabel, que entonces gobernaba los antiguos Países Bajos españoles en nombre del emperador Carlos VI, su hermano.

Tanto molestó, que según manifestó el primer ministro imperial al embajador español, “no se pasó a desterrar al Autor por suponerle empleado en servicio de Su Majestad Católica” —es decir, que a Seissan se le consideraba también allí y entonces un agente secreto del rey de España—. Quizá como consecuencia, durante los últimos meses de 1727 Seissan regresó a Madrid, donde falleció a los pocos meses. Dos años después de su muerte, en 1730, aparecía publicada en Holanda su obra póstuma Les Amazones révoltées, una novela ucrónica bastante pintoresca, escrita en forma de diálogos y presentada como pieza teatral, cuya acción ocurre en una isla del Asia Menor. Urania, princesa de las Amazonas, intenta preservar la independencia de la isla, donde se mueven cortesanos, piratas y hasta un eunuco turco. Entre las abundantes notas que ilustran la obra y que los eruditos consideran muy curiosas, se halla referencia del descubrimiento del Nuevo Mundo por parte de Hércules, por hallarse allí —y no en el norte de Europa, como afirma la leyenda griega— el Jardín de las Hespérides, en donde crecían las manzanas de oro, objeto de uno de sus celebérrimos doce trabajos. Pero Seissan honra la memoria de Colón, llamándole el Alcides de las Españas; en portada figura su nombre hispanizado: don Luis Le Maingre de Boucicault.

 

Obras de ~: Les Amazones revoltées, Amsterdam, 1730.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Secretaría de Estado, leg. 6843; Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 4833 (42); Archivo General Militar (Segovia), Personal, leg. S-2310. Bristih Library, Add, ms. 6.1330.

H. J. van der Heim, Het archief van der raadpensionaris Anthony Heinsius, La Haya, 1787-1780 (las cartas de Seissan se encuentran en los tomos XI, XVII y XIX; en el Staatsche Leger, VIII, bd. III; y en el Repertorium, II); Duque de Saint- Simon, vol. XIX, cap. 1, Mémoires, ed. Chéruel, Paris, 1856- 1858; J. A. Gierowski, Miedzy saskim absolutyzmem a zlota wolnoscia [Entre el absolutismo sajón y la dorada libertad], Wroclaw, 1953, págs. 30-31 y 266-268; F. de Castellví, Narraciones Históricas, ed. de Josep M. Mundet Gifre y J. M. Alsina Roca, t. III, Madrid, 1999, págs. 44 y 124.

 

Alfonso de Ceballos-Escalera Gila, vizconde de Ayala

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