Superbiela, Francisco. Sestrica (Zaragoza), f. s. XVII – m. s. XVIII. Ceramista.
Cantarero del siglo XVIII instalado en uno de los núcleos alfareros de producción manual más importantes de Aragón, el de los alfares de la comarca del río Aranda y, concretamente, en Sestrica (Zaragoza).
La fabricación de alfarería de agua por el procedimiento técnico de urdido se concentró en centros que usaban un tipo de arcillas que proporcionaban un barro no apto para trabajarse en el torno y, por el contrario, con la consistencia necesaria para modelarlo manualmente en una labor urdida que daba forma a las piezas mediante el paleteado sucesivo de gruesas tiras de barro. En esta área zaragozana destacaron los alfares de Sestrica, Illueca, Jarque y, más brevemente, Tierga, en los que se obraron grandes vasijas, como tinajones, tinajas y cocios para el lavado de la ropa, además de cántaros, botijos y otras vasijas de imprescindible uso doméstico. Pero, además, de forma más excepcional, se fabricaron lavatorios de sacristía y pilas de agua bendita y bautismales. Estas últimas se decoraron con motivos incisos y estampillados sobre el barro tierno, o moldeados a parte y pegados después con barbotina sobre la pared de las piezas antes de su cocción. Estas técnicas seguían en lo básico las desarrolladas antes en los obradores islámicos y mudéjares de los que tenemos noticia en esta misma área geográfica a través de los materiales de excavación y la documentación, con ejemplos como “Juce el cantarero”, citado en Illueca en 1410, “Alí el ollero y Juce el cantarero”, mencionados en 1455 en la misma localidad, o “Mahoma el cantarero”, reseñado en 1496 en estos mismos obradores. La expulsión de los moriscos del reino de Aragón en 1610 dejó sus talleres vacíos e intactos, porque éstos habían monopolizado los oficios del barro y porque el correspondiente decreto real expresó que se castigaría con la muerte a todo aquel que se llevará algo de ellos. Esta circunstancia y el propio gusto del mercado consumidor aragonés determinaron la pervivencia de muchos de sus temas ornamentales que se unieron a partir del Seiscientos a otros nuevos motivos de corte naturalista barroco.
Dentro de esta orientación destacan algunas piezas excepcionales conservadas en diversas iglesias de esta comarca zaragozana, como el lavatorio de sacristía de la ermita de San Roque de Trasobares (1696) y las pilas de agua bendita de la parroquial de Nuestra Señora de los Dolores de Embid de la Ribera, de la iglesia del castillo de Mesones de Isuela y de la ermita del Rosario de Jarque, obra todas de la primera mitad del siglo XVIII. Una de ellas, la pila de agua bendita de Jarque, tiene además el interés añadido de las noticias que nos ofrece la larga inscripción que recorre el borde de su cuenco, en el que puede leerse: “Francisco Superbiela me hizo en Sestrica a 10 de abril del año del Señor de 1722”. Su alto pie cilíndrico, que se ensancha en la base, y la pila, circular por el interior y ligeramente achaflanada por el exterior, van enteramente recubiertas por una decoración de cordones rectos, curvos y diagonales, de ornamentaciones impresas realizadas con estampillas rectangulares cuadriculadas y circulares con estrellas y puntos, y de conchas y figuras de niños moldeados en abultado relieve. Todas estas piezas son un buen ejemplo de un trabajo cerámico prácticamente desaparecido.
Obras de ~: pila de agua bendita de la ermita del Rosario, Jarque (Zaragoza), 1722.
Bibl.: M.ª I. Álvaro Zamora, Alfarería popular aragonesa, Zaragoza, Libros Pórtico, 1980 (Colección Estudios, vol. 6), págs. 13-57; Léxico de la cerámica y alfarería aragonesas, Zaragoza, Libros Pórtico, 1981 (Colección Estudios, vol. 7); “Pervivencias técnicas y ornamentales de la cerámica medieval mudéjar en la alfarería aragonesa posterior al 1610”, en Actas del II Coloquio de Cerámica Medieval del Mediterráneo Occidental, Toledo, 1981, Madrid, 1986, págs. 433-439; La cerámica aragonesa, Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1999 (Colección CAI100, vol. 18), pág. 27.
María Isabel Álvaro Zamora
