Osma y Ramírez de Arellano, Francisco de. Perú, 17.IX.1833 – Madrid. 16.VI.1891. Militar, coronel de Ingenieros.
Estudió en la Academia de Ingenieros del Ejército de Guadalajara desde el 17 de septiembre de 1848 al 14 de septiembre de 1854, fecha esta última en la que salía de la misma como teniente, después de completar los estudios reglamentarios. En 1855, destinado al entonces único Regimiento del Arma, el Regimiento de Zapadores, Minadores y Pontoneros, tomó parte en las operaciones contra las partidas carlistas de Guadalajara y Soria. Al siguiente año participó en los hechos de armas del 14 de julio, en Madrid, durante la “revolución de 1854”, acciones en las que resultó gravemente herido, por lo que era premiado por su valerosa actuación con el ascenso a capitán del Ejército, con fecha de 16 de julio de 1856 (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas distintas: una, la del Ejército, grado o Infantería, por elección, y otra en el Cuerpo, por antigüedad).
En 1859, en el marco de la Guerra de África (1859-1860), nombrado ayudante del brigadier Julián de Ángulo, asistió a los combates del 9 al 20 de diciembre en el camino de Tetuán, recibiendo como recompensa por su valor, la Cruz de San Fernando de 1ª Clase. Posteriormente intervino en la batalla de los Castillejos, donde construyó un atrincheramiento frente al enemigo, y realizó acciones relevantes en el desfiladero de la sierra de Cabo Negrón y batalla de Tetuán, por lo que fue de nuevo recompensado con el ascenso a 2º comandante del Ejército, con fecha de 23 de marzo de 1860. Era promovido a capitán de Ingenieros por antigüedad el 10 de agosto del último año citado, permaneciendo destinado en el Primer Regimiento del Cuerpo (en 1860 se creaba el 2º Regimiento).
Terminada la guerra y después de permanecer un año con licencia en el Perú, de donde era natural, volvió al servicio de su regimiento. En 1863 se encontraba como agregado militar en la embajada de España en París, en la que desempeñó varias comisiones, entre ellas la de ser portador de pliegos reservados del gobierno para el jefe de la escuadra del Pacífico, mereciendo al dejar este destino un informe muy alabado por el ministerio de Estado.
En 1869, de vuelta en España, era destinado nuevamente al primer Regimiento del Arma, tomando parte con su compañía integrada en la columna de ataque a Málaga y también en otras operaciones en Sevilla y Cádiz, ocupadas por levantamientos republicanos, acciones por las que obtuvo el empleo de teniente coronel de Ejército. En el mismo año, con su compañía y una sección de caballería, persiguió a la partida llamada del “Cura de Alcabón” hasta disolverla y formó después parte de una columna de operaciones en Aragón y Cataluña, acudió a Zaragoza levantada en favor de la república, y a Valencia sitiada por entonces, y en cuyo ataque alcanzó méritos para obtener el grado de coronel. En 1870 pasó a desempeñar el cargo de oficial de Órdenes de S.M. el Rey Amadeo de Saboya.
Al dejar de ser ayudante de Amadeo de Saboya por su abdicación el 11 de febrero de 1873 y posterior proclamación de la Primera República, pasó a la situación de supernumerario hasta su ascenso a comandante del Cuerpo. Ante los graves sucesos en las provincias del norte, inicio de la Tercera Guerra Carlista, se presentó voluntariamente a ofrecer sus servicios en el citado Ejército del Norte, siendo destinado en el Regimiento n.º 3 de Ingenieros, con el que participó durante toda la campaña. El 27 de octubre de 1876 ascendía a teniente coronel de Ingenieros por antigüedad, con destino nuevamente en el Primer Regimiento del Cuerpo.
En 1880 se le nombró ayudante del rey Alfonso XII y jefe de la Comandancia del Cuerpo en Madrid y en 1884 servía en el Tren de Servicios Especiales de Ingenieros. Al ascender a coronel, fue nombrado segundo jefe del citado Tren de Servicios Especiales. El Tren (con acuartelamiento en Madrid) estaba formado por tres Secciones: Telégrafos, Ferrocarriles y Topográfica, y estaba mandado por un brigadier. Fue promovido a coronel del Cuerpo el 4 de febrero de 1885, se le designaba como jefe de la Comandancia de Ingenieros de Madrid, cargo que desempeñó durante poco tiempo y desde el cual pasó nuevamente a la situación de supernumerario, hasta que en 1887 pidió y obtuvo su retiro.
Legó a su fallecimiento tres láminas de la deuda perpetua española exterior al 4 por 100, estableciendo el Premio “Osma”, para que sus intereses se entregaran para la tropa de Ingenieros. El Premio Osma se daba a un soldado de la compañía de Pontoneros que se hubiese distinguido por su conducta, honradez, subordinación y disciplina o por algún acto notable de abnegación. Se entregaba el 16 de junio de cada año y consistía en una cantidad en metálico. Francisco de Osma y Ramírez de Arellano fue capitán durante muchos años, de una compañía de Pontoneros.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. Personales.
Estados del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1854-1893; “Necrología”, en Revista del Memorial de Ingenieros del Ejército (junio de 1891); J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993, 2 ts.; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, Abriendo Camino. Historia del Arma de Ingenieros, Madrid, Imprenta Grafoffset, 1997; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.º 63-66 (2001 y 2002); A. Prieto Barrio, “Premios a los Ingenieros Militares (II y último)”, en Casa Troncal de Caballeros Hijosdalgo de los Doce Linajes de Soria [en línea], disponible en http://www.docelinajes.org/2013/10/premios-a-los-ingenieros-militares-ii-y-ultimo/.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño
